Atentamente, Jared. [EDITANDO]

Capítulo 4.

—Jared, acabas de tener un recuerdo que retenias en la memoria. Poco a poco te irá pasando más seguidamente.

—¿Acabaré recordandolo todo?

—Es muy probable.

Sin decir nada, fui a la cocina donde se encontraba Taira haciendo algo de comer.

—Hola mamá.

—¿Que tal cariño?

—Creo que bien. He empezado a recordar algunas cosas.

—¿Tan pronto? —Asenti.

—Darry dijo que lo recordaré todo.

—Ojalá y sea así, mi vida. —Me giré para irme, pero volvió a llamarme. —Jared, ¿Por que no vas con tu hermana a dar una vuelta, y ves a todos tus amigos?

—Es buena idea.

Fui a mi cuarto y me puse unas zapatillas que parecían nuevas.

Tenias bien gusto querido Jared.

Llamé a Briana y cuando ya se había vestido cogió un bolso y salimos de casa.

—¿Que tal si vamos a la placeta con todos? —preguntó ella.

—¿A donde?

—Bueno... Donde solías ir para beber con los inútiles de tus amigos.

Solo asenti y caminamos durante unos diez minutos, hasta llegar a una plaza rodeada de árboles y muros. Había un grupo de gente de mi edad y de Briana, chicos y chicas, mezclados. Estaban desanimados todos, los veía sentados en un muro sin decir ni una palabra.
Cuando me vieron aparecer, un montón de gente desconocida se abalanzó sobre mi diciendo cosas como lo siento, ya me enteré de lo tuyo, te quiero y todo eso.
Lo agradecía, pues me sentía muy solo al no conocer a nadie.
Junto a mi se quedaron dos niños de mi edad, y Briana haciendo de guardaespaldas conmigo.

—Tío, soy Ethan, tu mejor amigo. —Dijo abrazándome cómo un marica.

—Mentira hermano, tu mejor amigo soy yo, Jacob. —también me abrazó.

Se veían buenas personas y bastante graciosos, quizás fui como ellos al ser su mejor amigo. Un grupo de chicas se acercó a nosotros, pero sólo una de ellas se acercó a mi exactamente.

—Cariño, ¿te acuerdas de mi? —Me preguntó.

—Pues no.

—Te refrescaré la memoria...

—Anabel  —la interrumpió Briana. —Deja de zorrear con mi hermano, aunque haya perdido la memoria, no te dejaría que pusieras tus asquerosas manos encima de él. Vete de mi vista, antes de que te parta la cara.

La tal Anabel se quedó mirando a mi hermana, pero Briana parecía enfadada y le devolvió la mirada, esta vez más amenazante. Esa era la típica escena donde sólo hay miradas desafiantes, que dan miedo. Briana consiguió su objetivo y Anabel se retiró como un cachorro desprotegido.

—Menuda payasa, acaba de intentar conmigo y ahora se aprovecha de Jared... —Dijo Ethan al ver que Anabel se había ido.

—¿Quien es esa? —Pregunté al ver la escena.