Mad Hatter. ; Vkook

Capítulo 2

-Día 2-

El pájaro parecía recién muerto o al menos con algunas horas de antelación. Supongo que las que lleva el paquete aquí. Tomé nota de cómo estaba todo y decidí quedarme con el caso. Mis compañeros me tomaron como un loco al pensar que esto iría a más, pensaron que sería una simple bromilla para los novatos y ya está. Pero nadie le hace una broma con un cadaver a un detective de asesinatos. Y la verdad, este pajaro no se había suicidado abriendose en canal. Ni tampoco él después de muerto se ha sacado las tripas para, supongo, causar más miedo. Pero a mí esto ya no me da miedo.

Así que me quedé el caso, porque aunque pensaran que no, esto se alargaría. ¿Por qué? Porque nadie mata a un animal y lo manda a la policía, expresamente para el nuevo empleado y con un sombrero. El sombrero era lo que más me desconcertaba. ¿Qué necesidad había de dejar un sombrero puesto a un pájaro? Supuse que era la firma del autor o tal vez tenga algún significado con el caso. Pero necesito que lo hagas más, seas quien seas, necesitos que sigas matando, al menos animales, quiero saber quién eres y con qué finalidad haces esto. Sé que no eres nadie que lo hace por aburrimiento. Sé que no eres de un solo delito. Me vas a dar más porque cuando el detective quiere, el homicida quiere más aún.

Intenté que me analizaran el pájaro para ver si tenía alguna pequeña pista del asesino, no era un asesino aún, pero me daba igual. El caso es que no quisieron analizarme nada porque nadie confiaba en mí y encima no dejaban de decirme que dejara el pajarito y lo tirara a la basura. Pero no les eché cuenta y lo mantuve en mi mesa hasta que tuve que irme a casa. No tenía nada que hacer en esas aburridas siete horas ahí dentro pero bueno, si no querían ayudarme a trabajar no sería yo quien lo cuestionaría. Aunque ya empezaban a caerme un poco mal.

Cuando llegué a casa ya había llegado la puerta del baño y los muebles que pedí por la noche, eso de gastarse algunos euros más para poder tenerlo todo antes no estaba tan mal al fin y al cabo. Pude ordenarlo todo bastante bien antes de que llegara Jungkook y pude crear el mejor sitio de trabajo -que no utilizaría mucho por culpa de mis compañeros- que existía. Y allí puse a mi preciosa caja con mi precioso pajaro y su precioso sombrerito, que por cierto, estaba un poco manchado de sangre. Era un sombrero de copa, me parecía muy bonito, tenía colores azules y esa mancha de sangre que al fin y al cabo quedaba tan bien. ¿Lo habría hecho a proposito? Eso ya lo vería en el siguiente. Espero que no me deje con ganas de ver otro de sus sombreros.

Jungkook llegó muy ilusionado, dejó todo por el medio y me llevó a la cama. Me tiró en ella y encima de mí se puso a darme besos como un loco.

-Te he echado de menos todo el día. -Dijo alborotando mi pelo.- Pero engo que irme a mis clases, ya sabes que las tengo por la tarde.
-Pues no me hace gracia irme por la mañana, volver y que no estés. Pero bueno, tenemos toda la noche. -Dije sacándolo de encima de mí.
-Eso. Por cierto, antes de irme veré la casita.

Se levantó de la cama y fue a observarlo todo. Cinco o diez minutos después gritó como un loco y seguí su voz. Estaba en mi sala de trabajo, con la caja del pajaro abierta, con la cara descompuesta.

-Forma parte de mi trabajo, Jungkook. -Dije intentado excusarme.
-¿Te lo piensas quedar?
-Hombre, sería lo suyo...
-No pienso vivir en una casa donde también "viven" -E hizo las comillas con los dedos.- cadaveres. Así que cuando vuelva de las clases lo quiero fuera de aquí.

Jungkook lo soltó todo, me besó y se fue. No podía creer que él también me pudiera empedimento en mi trabajo. No pensaba quedarmelo mucho tiempo. Pero lo necesitaba para trabajar. Acabé haciendole millones de fotos a todos lados, tuve que tocar al animal, resultó estar pegado con pegamento, interesante dato. Metí al pajaro en una bolsa, cogí la caja y salí a tirarlo todo al basurero de en frente. Luego volví a casa y coloqué el sombrero en la estantería. Cogí un papel y lo doblé por la mitad. En el escribí "1. Pájaro." y lo puse frente al sombrerito. Supongo que no pasaba nada por quedarse algo de recuerdo, ¿no?