Capítulo 18

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-Día 14-

Volví a casa a descansar, no sin llamar a Jimin para saber cómo estaba Jungkook, que por lo visto estaba muchísimo mejor. Me desperté al día siguiente con un dolor de espalda increíble pero dos horas antes de la hora del trabajo, así que decidí ir al hospital a ver a Jungkook aunque fuera dormido y llevarle una magdalena de arándanos que comíamos antes de que me fuese a Daegu. Me puse el trajecito que no lavaba desde hace días, bebí leche del brick y me marché con el maletín lleno de papeles e intentos de pillar a ese cabrón.

Jimin estaba dormido y me senté en la camilla de Jungkook, agarrando su mano y acariciándole con el pulgar.

-Siento no estar aquí contigo, pero tengo que evitar que ese hijo de puta mate a alguien más o te haga daño de nuevo. Odio tener que verte así, lo poco que te veo, pero espero que me perdones y que podamos estar juntos cuando acabe esto.

Miré el reloj de la habitación, tenía que irme, quería llegar antes que el jefe para mirar grabaciones, casos similares, algo que me llevara al asesino. Me levanté y le di un beso a Jungkook en la frente.

-Se lo diré.
-Jimin –me giré.- Siento despertarte. ¿Qué decías?
-Lo que le has dicho, cuando despierte se lo diré.
-¿Ya no me odias?
-¿Debería? Has hecho tu trabajo, yo te demostré que no hice nada. –Sonrió.
-En realidad nunca te saqué de mis sospechosos.
-Ni me sacarás nunca –rió-, pero es tu trabajo y lo haces por él.

Me puse la chaqueta.

-Tengo que irme, cuídale.

---

Al llegar a la comisaría, solitaria y fría, entendí el porqué de esa tensión que se respiraba en el ambiente, de esa sensación en el estómago de que algo malo está pasando cuando abrí la puerta. Esa sensación de una nueva caja. Una caja de tamaño humano. Y esta vez tenía mucho miedo, aunque sabía que Jungkook no podía ser, lo vi cinco minutos antes de llegar. Pero efectivamente, debía tener miedo.

Jongin, un sombrero, una nota.

“Juzgamos a falsas mentiras, luces rojas, rosas blancas, un juez que dictamina, que le corten la cabeza.”

Muerto como el juez de la película, por ser policía, por ser mi amigo, ser él. Mis compañeros fueron llegando mientras yo no paraba de mirar el cuerpo inmaculado de Jongin dentro de la caja, tan perfecto, tan bien colocado, como si el mismo se metiera ahí y se muriera sin hacer ruido, sin molestar, hasta que alguien, yo, le descubriera.

-Taehyung…

Jongin había sido secuestrado y asesinado por el maldito hombre, o quién sabe si mujer, que me está jodiendo la vida. El único al que podría llamar amigo de mis compañeros estaba delante de mí, con los ojos cerrados, la cara pálida, parecía muerto de hacía unas horas y ese corte desde el pecho hasta el pubis característico de este caso, porque no de ese asesino.

-Taehyung, tenemos que sacarlo de aquí.

Ese asesino en serie sabía muy bien lo que hacía, no puede tener ninguna enfermedad mental porque tiene calculado sus movimientos uno a uno, cambia con la intención de despistar, no hubiera sabido quien era si no hubiera sido por él. Y no sé si me vino bien saberlo o no.

-Taehyung, por favor.
-Llévatelo, pesado de mierda.

El jefe no me dijo nada de mi vocablo, e incluso yo vi que me pasé, los médicos entraron a llevárselo, cogí el sombrero, tenía purpurina, nunca había tenido purpurina. El teléfono de mi mesa suena.

-Diga.
-Altavoz, que se entere toda la comisaría.

Le di al botón del altavoz y puse el teléfono en la mesa. Todos me miraban como si yo hubiera hecho algo malo.

-Si yo fuera vosotros, mantendría la calma, soy el sombrerero loco, el madhatter de Taehyung. Somos más fuertes que vosotros, tened cuidado porque se avecina una ola de asesinos, un tsunami preparado para mataros. Hasta luego.

Colgó y mis compañeros me miraban, esperando respuestas. Y hablé.

-No es el asesino.
-Pero como que no, Taehyung, si lo ha dicho.
-Ah bueno, pues yo soy Beyoncé.
-Taehyung, bromas aparte. –Dijo serio el jefe.
-Pero si sois vosotros, os estoy diciendo que no es él. Él no se hace llamar madhatter ni mierdas, él no me desafía así, no es él.
-Bueno, sea quien sea nos ha amenazado.
-Ya, y las amenazas ya no entran en mi poder.

Cogí mis cosas y me disponía a salir cuando en la comisaría entraron cámaras y periodistas gritando. El jefe se acercó a saber qué pasaba, yo presté atención a lo que decían.

-Sombreros… multitud…concentraciones.

Me abrí paso entre las cámaras, algunos querían hablar conmigo, parece que me reconocían. Yo solo quería salir a la calle a comprobar algo. Un cámara me agarró y me retuvo.

-Taehyung, ¿cómo se encuentra Jungkook? Sabemos que está en el hospital por culpa del que está aterrorizando la ciudad. ¿Qué tiene que decir al respecto?
-Que me olvidéis ya, joder. Intento trabajar.

Salí como pude de esa cantidad de cámaras, cables y micros. La calle estaba llena, no había ni una sola persona que no tuviera ese maldito sombrero. Suhyun tenía razón, hay gente que apoya a este enfermo y que harían lo que fuera. Hay gente que nos va a complicar las cosas con tal de no encontrarlo, hay gente que se atreve a hacerse pasar por él, con lo que podría conllevar eso. Hay gente más enferma aún que el propio asesino.

Volví dentro de la comisaría, la imagen de todas esas personas caminando con sus sombreros me estremecía, me hacía sentir inútil, el detective menos preparado de la historia. Pero dentro había un infierno de preguntas y se encontraban en directo para las noticias de última hora. Y que jodida casualidad que todos quisieran hablar conmigo.

-Taehyung, ¿qué sabemos de esta ola de sombreros?
-No sabemos nada, ni si quiera lo habíamos visto antes de que llegaran. Aunque casi no me dejáis salir para verlo.
-¿No tenéis información de esta situación?
-¿No sabe usted lo que es la confidencialidad? A ver si os enteráis de una vez, somos detectives y policías y ustedes medios de comunicación, no tenemos nada que ver. Hacéis algo que nos desprestigia, os inventáis las noticias, la justicia se va a la mierda por vosotros.
-Taehyung, por favor. –El jefe me miró.- Di lo de la llamada.
-Pero si tanto os interesa, y espero ver todos los titulares correctos, hemos recibido una llamada antes de que llegaran ustedes de alguien que no es el asesino avisando que son más que nosotros, que tuviésemos cuidado, que vienen a matar.
-¿Pero vais a dejar sueltos a todos después de esto?
-No han hecho nada, y no van a hacerlo, solo se comportan como personas obsesivas, quieren imitar a su ídolo, que en este caso es un asesino en serie, muy peligroso.

Sonaba el teléfono otra vez, otra vez el gilipollas de antes dando por culo.

-Kris, altavoz.
-Buenos días, señores y señoritas, Taehyung.
-Es él.
-Exacto, soy yo, aunque no sabes quién soy. –Se rió.- Soy el verdadero, ¿Mad Hatter? Que nombre más absurdo y apropiado.

Mad Hatter. ; VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora