Capítulo 19.

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-Día 14-

-Me gustaría avisar de este malentendido. Las personas que hay ahora mismo en la calle con sombreros son impostores. No me importa de qué lado estén o lo que hagan, no podrán inculparme. De hecho, por favor Taehyung mantén la calma y quédate dentro de la comisaría, estoy fuera, frente a la comisaría, sin sombrero. Puede que sea de los pocos sin el sombrero puesto.
-Déjame verte.
-No salgas.
-¿Es una amenaza?
-Tómatelo como quieras, pero yo no saldría.

El jefe me miró y negó con la cabeza. Pude leer en sus labios “cuelga, tenemos que hablar y están en directo”, pero yo no podía colgarle, tenía que colgarme él, tenía que ser él y solo él. Porque su voz, era lo único que tenía. No había usado nunca un modificador de voz y ahora la tele lo estaba grabando, tenía esa información para siempre.

-Mad Hatter.
-Taehyung.
-¿Qué pretendes con esto?
-Que nadie se haga pasar por mí, porque eso le costaría muy caro a toda la ciudad. Adiós, Taehyung.

Y colgó, sonó como una despedida, como si nunca más fuera a hablar con él, como si no hubiera nada más que hacer contra él. Pero hablaría con cualquier persona hasta escuchar tu voz. Necesitaba encerrarte, que te pudrieras en la cárcel, que murieras ahí.

El jefe echó a la tele, desde dentro se les escuchaba avisar a la gente del peligro, que nadie se hiciera pasar por él, y lo malos que éramos por no tratar este asunto con seriedad y ayudando a la gente de la calle. Parece que no se dan cuenta que la mitad de la gente de la calle está de parte de un psicópata asesino en serie, no sé si se dan cuenta que la mitad de la gente de la calle moriría por este loco, que atacarían a los civiles con tal de complacer a su ¿dios? Quién sabe qué es esa persona para esa gente.

Entre el jefe y los expertos en estas cosas se declaró una alerta de terrorismo en toda la ciudad, se le avisó a los medios y estos difundieron la noticia. Me dieron el resto del día libre, piensan que tengo que descansar porque este criminal me volvería loco. Lo primero que hice fue ir recto desde la comisaría, donde decía que se encontraba Mad Hatter, sabía que no lo encontraría, pero era algo que necesitaba hacer, ponerme en su piel, estar donde él estuvo. ¿Qué coño hará? ¿Quién coño es Alicia? ¿A quién mierda matará como la pequeña Alicia?

Fui al hospital, Jungkook salía hoy y Jimin me ayudaría a ir a casa con las cosas que trajimos para que Jungkook no se aburriera aquí cuando no podíamos venir. Resulta que al final Jimin era más bueno de lo que parecía, aunque seguía teniendo sospechas, sé que no es el verdadero asesino, puede pertenecer al grupito de Sohyun pero parece no haber hecho ningún movimiento últimamente.

Llegamos a casa, abrí la puerta y dejé caer la mochila de Jungkook al suelo. Jungkook me gritó, Jimin me gritó que la recogiera, pero yo no podía hacer más que mirar las dos cajas que estaban en el salón, abiertas, incluso era capaz de ver los pies de las dos personas. Entré directo a ver quienes eran, aunque es cierto que un peso se me quitó de encima sabiendo que tenía a Jungkook detrás. Eran las dos reinas, la roja Sohyun, lo cual me enfadó bastante porqué no podría sonsacarle información. La reina blanca, era la madre de Jimin que ya estaba detrás de mí viéndolo todo. Ninguna llevaba sombrero, me asomé a mi despacho y allí estaban, colocados en el estante, con el papel correspondiente, con los nombres completos de cada una de las víctimas.

Llamé a mis compañeros para que se ocuparan de esto, Jimin no paraba de llorar, Jungkook con un ataque de ansiedad intentaba calmarlo, que irónica situación. Yo miraba los cuerpos. Sohyun tenía puesto un vestido rojo, muy vistoso, tenía perlas, y brillos, y una carta. “Yo si pertenezco a la red real de los cómplices de Sin Pruebas, de hecho ya nos vimos una vez”. Lo suponía, y ahora has muerto para él, Sohyun, porque no ha podido encontrar a mi madre ni a la de Jungkook. La madre de Jimin vestía un vestido blanco sencillo, parecía un camisón para dormir, simple y liso, digno de una inocente.

Y mirando a la madre de Jimin, con una rosa roja en la mano fui capaz de adivinar quién sería la pequeña Alicia que moriría.

-Mi hermana… -Dijo Jimin entre lágrimas.- ¿Dónde está?

Mad Hatter. ; VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora