Capítulo 3

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Maratón 1/10
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~Len~

Apenas llegó ese camión blanco vi a todos mis compañeros cayendo lentamente frente mis ojos, cuando quedaba solamente yo apareció una chica rubia de cabello largo, quizás sea Rin... Pero sus ojos eran azules, ella los tiene verdes, además en la foto que me mostraron tenía su cabello corto y no largo ¿Será ella? No lo sé. No me había percatado de que ella tenía un arma.

-¡Rin! ¡Dispara! -gritó una chica que se encontraba sobre el camión negro.

-¿Eh? -murmuró Rin, entonces ella disparó, pero la bala solo rozó mi hombro.

-¡Es tu oportunidad! ¡Corre! -gritó un chico con gafas.

Rin no tardó en obedecer, corrió a su lado y luego se subió al camión en donde antes se encontraban sus refuerzos, ellos se subieron con ella, después se fueron dejándome con todo mi equipo en el piso.

-¡Len! Agh ¡Vas a ayudar o te quedarás ahí como un idiota! -me gritó Meiko mientras gemía de dolor.

-¡Ya voy! -le grité y luego corrí al camión a buscar algunas vendas, rápidamente cubri su pierna, es todo lo que puedo hacer por el momento.

-Ve ha ayudar a Luka, esta más herida que Kaito -habló Meiko sin dejar de gemir de dolor.

-Si -respondí.

Corrí al lado de Luka y le quite la chaqueta que tenía puesta para así vendarle su hombro, no es mucho, pero es lo menos que puedo hacer. Luego tomé a Meiko en mis brazos y la lleve al camión, hice lo mismo con Luka, cuando iba a tomar a Kaito el comenzó a despertarse.

-¿Qué... ? ¿Qué paso? - preguntó confuso.

-Te golpearon y luego te desmayaste -le respondí mientras ayudaba a levantarlo.

-Gracias Len -dijo Kaito.

Asenti y luego ambos subimos al camión donde estaban las chicas.

-¿A dónde se fueron? -preguntó Kaito.

-Ni idea, salieron disparados -respondí sin quitar la vista de el camino ya que yo estaba conduciendo.

-Yo los vi -informó Meiko- dejaron un rastro de aceite.

-¡Ya lo vi! -grité.

-¡¿Rin eres idiota o qué?! ¡Pudiste haber muerto! -se escucho un grito que venía del camión blanco.

-Lo siento, pero estaba comprando -respondió una voz femenina, es obvio que es ella.

-No me refiero a eso ¡Te quedaste como idiota mirando a ese rubio de pacotilla! -gritó la misma persona de antes, esperen ¡¿Me llamó rubio de pacotilla?!

-No grites ¿Quieres que nos descubran otra vez? -preguntó otra persona.

-No, pero a veces actúa tan irresponsable -respondió el mismo hombre que me había insultado.

-No insultes a mi hermanita, ¿Oiste bien? -preguntó una chica, ella había sido la que estaba sobre el camión.

-No importa Lenka, pero aun así gracias -habló Rin, bueno por lo menos tengo el nombre de uno de los integrantes, luego de eso hubo silencio absoluto.

-Pues entonces... ¿Qué hacemos Len? -me preguntó Kaito.

-Por el momento seguirlos... Luego se me ocurrirá algo - respondí.

-Entendido -dijo Kaito.

Estuvimos una hora y media siguiendolos hasta que llegamos a una casa algo vieja y descuidada, estacione el vehículo detrás de unos árboles que estaban cerca de varios arbustos. La casa no parecía la gran cosa, hasta que Rin se bajo, ella se acercó a la puerta del lugar procurando de que nadie la siguiese, tiró de una cuerda que colgaba del techo, y la puerta vieja de madera se cambió por una de hierro. La rubia se dio vuelta para después hacerles señas a su equipo para que se acercaran a su lado.

-Ya se me había olvidado esta casa -dijo Lenka viendo con nostalgia el lugar.

-Si, era donde veníamos cada verano -respondió Rin sería- adentro, ahora -dijo forzando su voz, provocando que suene grave.

-Tu no me mandas -dijo un chico con el cabello de color blanco.

-Dell, entra y cállate -ordenó Rin.

-Hazle caso a Rin -dijo otro hombre con gafas.

-Bien -respondió de mala gana, creo que su nombre era Dell.

Todos entraron y dejaron la puerta semi abierta.

-Es nuestra oportunidad -susurre- ¿Quién se siente capacitado para acompañarme? -pregunté.

-Yo -dijo Kaito.

-Bien, ustedes dos se quedan aquí para vigilar -les dije a Meiko y Luka, ambas están heridas y no puedo fallar esta misión- vamos.

Yo iba adelante, abrí con mucho cuidado la puerta mientras que con la otra mano sostenía mi arma, Kaito también tenía la suya. Al entrar estaba todo oscuro, ni una sola luz encendida, de pronto se escucha a alguien presionando algo, en menos de lo que canta un gallo una especie de celda cae del techo.

-¡M13rd4! ¡Es una trampa! -grité.

-Muy tarde rubio... ¿O debería decir Len Kagene? -preguntó una chica entrando a la habitacion.

-Rin Kagamine... -susurre mirando a la antes nombrada con odio.

-Vaya te aprendiste mi nombre -exclamó sorprendida.

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Wooooolaaaa bueno, antes de seguir con esta maratón les diré que los capítulos de esta historia serán cortos, porque la historia no están larga que digamos. Eso era todo, sin más que decir me despido.

-¡Sayonara!

Ema. D-

¡Enamorarse No Es La Misión! [RinxLen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora