¡Enamorarse No Es La Misión! [RinxLen]

Epílogo.

Querido papá y mamá:

Ya han pasado tres años desde entonces. Mi hermana lleva tres años sin ver la luz del día, junto con mi mejor amigo y una amiga que creí tener.

Aveces pienso, que me gustaría olvidar todos mis recuerdos. Pero luego me retracto ya que se debe aprender del pasado y apreciar aquellos momentos que disfruté con esas personas.

Es probable que se sientan decepcionados por la decisión que tomamos Len y yo de formar una familia, sin embargo, ambos nos sentimos bien ante esto, ya que finalmente podemos ser felices.

Por cierto, mañana es el cumpleaños de mi pequeño Lui.

Me siento tan agradecida en ese aspecto, ya que por un momento creí que perdería al bebé y Len se ha preocupado mucho por este. No quiere dejarlo ni un segundo solo, inclusive ponía la cuna al lado de nuestra cama todas las noches. Lo hubiesen visto, era realmente tierno.

Luego de una larga búsqueda que duró al rededor de cinco meses descubrimos que Miku fue quien te mató, padre. Y ella también es la culpable de la muerte de ti, madre.
No sabemos por qué lo hizo y quién la ayudó, ya que Neru nos mostró pruebas sobre que no tenía relación alguna con los asesinatos.

Tras la muerte de Miku, su hermano, Mikuo, se hizo cargo de la agencia, a pesar de que Oliver se lo hubiese negado. Pero él se retiró unos días después al saber lo que hizo su amiga. O algo así pasó, Len sabe más del tema que yo.

Respecto a Rui, nosotros nos hicimos cargo de ella ya que no podíamos dejarla a un lado. Ella nos trata como si fuésemos sus padres, aunque no me molesta ya que si así lo quiere, entonces será así.

Al final, creo que todo terminó bien.

Ahora, los cuatro vivimos en la casa vieja de Miku junto a Dell, Kiyoteru, Piko, Ia, Tei, Kaito, Meiko, Luka, Oliver y Neru.
En otras palabras, somos una manada de locos viviendo bajo el mismo techo.

Creo que ya es hora de decirles adiós, debo terminar de preparar las cosas para el cumpleaños de Lui.

Les mando un fuerte abrazo desde este mundo.

Atte Rin Kagamine.

Guardé la carta dentro del sobre y suspiré con una pequeña sonrisa. Sentí unos brazos rodear mi cintura mientras que el responsable de aquello posaba su cabeza sobre mi hombro.

—¿Qué haces? —preguntó en voz baja cerca de mi oído.

—Acabo de terminar de escribir una carta —respondí dejando dicho objeto sobre el escritorio.

—¿Para quién es? —preguntó el rubio, luego hundió su cabeza entre el espacio de mi cuello y hombro.

—Para nuestros padres —respondí con sutileza mientras acariciaba las manos del contrario.

—¿Quieres que te lleve al cementerio para que se la entregues? —cuestionó, el sentir sus labios sobre mi piel me causó un leve cosquilleo.

—Me encantaría.

—Entonces... —murmuró separándose levemente de mi, en un acto rápido tomó la carta que se hallaba en el escritorio— iremos cuando me quites esto de las manos —exclamó juguetón mientras me resfregaba el papel en mi cara.

—Devuelve eso —pedí, intenté agarrar el sobre, pero Len era más rápido y no se dejaba atrapar— ven aquí.

—Déjame pensarlo... No —levanté ambas cejas ante su respuesta, él parecía divertido por mi actitud.

—Vamos al auto —dijo al cabo de un rato en silencio.

(...)

Luego de poner la hoja de papel entre las dos tumbas me levanté del suelo y permanecí en silencio mientras observaba con atención a mis padres.

—¿Vamos? Está haciendo frío —susurró Len a la vez que apoyaba su brazo sobre mis hombros.

—Sí, debo ir a preparar la cena —respondí, sin decir una palabra más volvimos a casa, el viaje fue silencioso, pero no era nada incómodo, ya que se sentía un ambiente muy agradable y tranquilo.

—¡Ya llegaron! —exclamó el peli-azul en cuanto nos vio bajar del automóvil, en cuestión de segundos se podía ver a Rui corriendo rápidamente hacia nosotros con Lui en sus brazos.

—¿A dónde fueron? —cuestionó la peli-negra con el ceño fruncido— me dejaron sola con el bebé.

—¿Qué hay de malo con eso?

—¡Que hace un rato se hizo del número dos y no se cambiar pañales! —respondió Rui con enfado, ninguno de los dos pudimos aguantar la risa.

—Déjame, yo lo cambio —mencionó el rubio tomando al bebé en sus brazos, luego entró a la casa con este.

—Entonces... ¿A dónde fueron? —preguntó la peli-negra tras unos segundos.

—Al cementerio —respondí— quería ver a mis padres un poco.

—Ya veo... ¿Te ayudo a preparar la cena?

—Justamente te iba a pedir eso —sonreí con diversión, Rui hizo lo mismo— vamos.

Y bueno ¿Qué me queda por decir? Si al fin y al cabo, ninguna historia tiene un final ya que siempre sucederá algo a continuación.
Pero supongo que este es uno.

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Y con esto acaba el epílogo de esto :'3
Para el primer capítulo especial les daré tres opciones respecto a las personas que van a narrar.

•Miku

•Lenka

•Nero

Y pues bueno, espero que les haya gustado, sin más que decir…

-Sayonara!

Ema. D-