4. Sueños

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"No recuerdo cómo ni por qué, pero en ese momento me encontraba parada en medio de un gran bosque con muchas flores y árboles, de alguna manera estaba feliz, sentía que pertenecía a ese lugar, miré a un lado y vi que una extraña luz verde que se estaba acercándose a mí, no me asusté, más bien tenía curiosidad, así que la toqué con mi dedo índice.

Estaba tibia y suave, pero después empezó arder y se introdujo a mi cuerpo, de pronto miles de luces verdes entraban a mí y empecé a sentir un dolor en mi pecho de donde poco a poco se había abierto y de la abertura me salió una gran rosa color jade, me resbalé y caí al piso, estaba asustada, quería gritar y moverme, pero de alguna forma no podía, se me empezó a romper el cuerpo como si fuera vidrio, haciéndose polvo y trate de gritar..."

Desperté en la cama de invitados, estaba sentada llena de sudor, jadeando y templando de miedo por ese espantoso sueño, Blanco y Negro entraron a mi cuarto preocupados  por mis gritos, me empezaron hablar,  mas no logré escucharlos bien.

¿Qué era ese dolor? Me empecé a quitar la pijama, por lo cual se voltearon Negro y Blanco, vi que tenía una marca en forma de flor en mi pecho, me cubrí  y corrí al baño, donde me metí a la tina y me talle fuerte mente en el pecho dejando una marca roja en el, empecé a temblar y abracé mis piernas, sentí como las lágrimas recorrían mis tibias mejillas, me limpié las lágrimas, me puse el champú y jabón, salí del baño y me coloqué un vestido corto con tela color durazno y unos zapatos color albaricoque con pequeños diamantes, toque campana y entró una sirvienta por la puerta de ayudantes me peino y salí del baño, y Negro y Blanco corrieron hacia mí con cara preocupada.

—¿Estás bien? ¿No quieres regresar al castillo? —preguntó Negro con un tono de preocupación.

—No, estoy bien, ¿ves? —di una vuelta y ellos me miraron con una sonrisa— saludable, como siempre —los abracé y me dirijí hacia la puerta— vamos a comer.

—Yo tengo que ir hacer algo... —avisó Negro saliendo del cuarto antes que yo— adiós.

—Adiós —dijimos Blanco y yo al unísono.

—¿Sabes a dónde va Negro? —le pregunté a Blanco, sabía que estaba saliendo con Ayami pero él no me dijo nada.

—Está saliendo con una princesa, muy guapa, pero un poco plana para mi gusto —respondió Blanco y le di un golpe en la espalda— ¡auch!¿Por qué?

—Por decirle planas a mis amigas.

—¿¡Tienes amigas nuevas!? Preséntamelas, quiero ver a la más bonita, ¿cómo son? Son altas, bajas, feas... las feas no me las presentes.

—Mejor vamos a comer y tú las veras.

—Okay.

Empezamos a caminar por los pasillos, y me detuve al ver un pasillo en especial, recordé algo de la plática entre Ame y Jake "Ellos son prometidos para poder cerrar un tratado el cual evita que nuestra gente se coma a la suya" me puse sería  y continuamos caminando, llegamos al comedor y como lo pensé habíamos llegado un poco tarde y todos estaban sentados y comiendo pero Anly, Ame, Akira me habían guardado 2 lugares para mí y para Ayami pero ella no vendría.

—Hola chicas, miren, este gran chico es mi amigo Blanco y... —me interrumpió.

—Hola chicas un gusto en conocerlas, tan bonitas son, eso no me lo habías dicho Mori
—después de decir esto Akira y Ame se sonrojaron— ah y se me olvidó comentar que estoy soltero —Las princesas de la mesa de a lado lo miraron y le sonrieron, él les devolvió una sonrisa, que creí que se habían enamorado a primera vista de él.

Después de comer a reventar, nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo, seguidas por los guardaespaldas de todas las princesas, nos detuvimos en una dulcería y vimos a Ayami y a Negro sentados comiendo helados y frutas, todas estábamos entre sorprendidas y emocionadas, pero Blanco me dijo que era acosadora, se rió de que una princesa como yo y todas las demás hiciéramos eso, me paré y empecé a caminar, quería ir con mi nuevo amigo, así que camine más rápido a donde él estaba y le dije a las chicas que se divertirán, Blanco vino conmigo, después de todo era su obligación.

Llegué al árbol y él estaba ahí sentado, parecía relajado, con el viento moviendo su cabello, y empecé a escalar, ya llevaba días viniendo a este árbol y a él parecía gustarle cuando yo venía aquí, cuando ya estaba arriba él me miró con sus ojos color cobalto— Hola ¿cómo has estado? —él hizo una seña "bien".

—¿Ya comiste? — "sí".

—Bueno ya que estás bien,¿quieres ir a pasear? —"no".

—¿Por qué te gusta tanto este árbol y no quieres bajar? O tal vez no quieres estar conmigo, he venido muchas veces aquí y nunca me has hablado ¿me odias? —él hizo una seña "no"— no mientas —y lentamente abrió sus suaves y rosados labios, no había nada. No tenía lengua, el cerro la boca e hizo una sonrisa forzada, entonces, sin saber qué hacer lo abracé y lloré porque no sabía  cómo se sentía él, porque mi egoísmo forzó a enseñar algo que ha escondido, porque él se había mantenido fuerte estos años y lloré por él, me miró sorprendido y me sonrió con lágrimas en los ojos y me volvió a abrazar.

—Lo siento... —él se separó de mi, tocó mi mejilla y sonrío.

(Blanco trató de ver que hacían aya arriba, pero no alcanzó a ver y se rindió)

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