La brisa del aire rozaba mis mejillas haciendo un raro cosquilleo, mi cabello se movía como un caballo desbocado y una bota se me había caído por tan bruscos movimientos. Ren iba adelante de mi en un caballo negro y yo en uno blanco con manchas cafés, eran los mejores guardias de confianza de su reino.
—Está anocheciendo y llevamos horas de trayecto, tendremos que acampar ¿está bien por ti Mori? —El caballo de Ren se detuvo y los dos me miraron— ¿Mori?
—Está bien por mi, he pasado peores cosas —hice una risa para ocultar mi dolor.
—Oscar y Hugo descansen, pueden volver a su forma —los caballos se hicieron dos hombres altos de cabello negro y castaño.
—Príncipe Renato ¿ponemos un campamento?
—Si, mientras ten, Mori —Ren me dio unos panes y una botella con mermelada de moras— no has comido bien ¿cierto?
—La verdad no, gracias —embarre un poco de mermelada en el pan— ¿tienes un poco de agua?
—Claro —me dio una botella. Oscar y Hugo habían hecho fuego y un pequeño campamento.
—Es hora de descansar, mañana partiremos al amanecer y será un día largo.
—Está bien —tomé un sorbo de agua y me fui acostar, me metí en la pequeña casa de acampar y mis ojos se cerraron solos.
Sonidos extraños se escuchaban afuera de la casa de acampar, eran voces gruesas.
—Sigue dormida la princesa, ¿ya es hora no lo crees?
—Si, estamos lo suficiente cerca de la muralla del otro reino, si su padre la quiere nos sedera un buen motín antes de que la matemos —eran Oscar y Hugo— ¿sigue dormido Renato? Amárralo antes de que despierte, yo me encargo de ella.
—Está bien.
Mi cuerpo estaba demasiado débil para poder usar mis poderes, estaba temblando y solo pedía ayuda; tal vez así terminaría todo, moriría aquí, sola, mis lágrimas empezaron a salir y sentí como me agarraban el pie y me arrastraban hacia las frías rocas.
—No te muevas o no voy a poder amarrarte bien —no podía dejar de temblar, no quería que todo se acabara ahí, yo siempre pensé que ser una princesa era fácil y sin Blanco y Negro no podía hacer nada, era una inútil, ellos iban a morir y yo no los iba a poder salvar, después de todo era estupida niña mimada por mi madre y odiada por mi padre, no me iba a salvar, porque no me quiso siempre fui un error, diferente e inútil. Pero a mi nunca me importó ser diferente, eso no era malo, todos somos diferentes decía mi madre, bueno, hoy, hoy no es el día de rendirse.
—Suéltame... —mi garganta estaba seca, pero mi alma estaba al máximo.
—¿Qué dijiste ramera? —me tomo del cuello y me levanto del piso.
—Que me soltaras... idiota... —lo mire directamente a los ojos y el cielo se nubló, el piso empezó a temblar y salieron plantas las cuales se le metieron a la piel como gusanos y empezaron a devorar todo por dentro hasta dejarlo sin fuerzas y que me soltase. El sujeto empezó a gritar y de sus orificios empezaron a salir sangre, hasta quedar inconsciente o posiblemente muerto, toque el piso y arrastre al otro sujeto que estaba golpeando a Ren, el cual empezó a gritar y tratar de convertirse en caballo— No te muevas o me voy a enojar.
—Me vale tres kilos de cagada lo que diga una ramera como tu.
—Tu lo pediste —enrede plantas por todo su cuerpo y las apreté lo suficiente como para asfixiarlo.
—M-mori ¿qué has hecho? —Ren estaba temblando y con los ojos morados y sangre en su labio.
—L-lo suficiente para salvarnos, no ves que n-nos iban a ma-matar —el me tomo de los hombros y me miró a los ojos.

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Secreto
FantasiaÉl, solo. Ella sola. Mientras la rosa negra oculta un misterio el árbol lo protege. La felicidad no es un sueño, la verdad es un secreto. Edición de portada hecha por mi y sinopsis hecha por mi amiga Mywii9.