Promesas rotas y palabras hirientes.

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Hoy salgo del hospital, después de estar aquí cuatro semanas de mi vida, no lo soporto, necesito ver a mi pequeña Muru y además saber si aún tengo mi empleo nocturno.

-Con cuidado, pisa despacio.

-Brian, no voy a romperme.

-Perdon, es sólo que no quiero que te pase nada.

-Lo se cariño, ahora, déjame para que pueda cambiarme.

-O...puedo quedarme aqui y ayudarte...-Su mano se posicionó en mi cintura y bajaba muy lento hasta mi trasero.

-Tendrás que esperar Haner.-Tomo su mano y entrelazo nuestros dedos.-Ahora, fuera de aquí.

Hace un puchero y sale de la habitación, me pongo unos jeans, una blusa sencilla color rojo y unas converse.

Salgo de la habitación y Brian está jugado con su celular, aún no nota mi presencia, me acercó a él y pasó la punta de mi nariz por su oreja. Rie.

-Te llevaré a casa y regresare aquí otra vez.

-¿No puedes quedarte conmigo?

-Lo siento, hoy tengo una operación muy importante, tal vez te vea hasta pasado mañana.

-Esta bien.

Salimos del hospital y subimos al auto de Brian.

En todo el camino no digo nada, me limito a observar todo, hace tanto que no veía más que paredes blancas, Brian conduce algo lento.

-¿Por qué no aumentas la velocidad?

-No quiero...no te haré pasar lo mismo otra vez.

-Brian, no pasará lo mismo, esa noche estábamos ebrios, llovía y además no tenías la vista en la carretera.-No me contesta pero sube muy ligeramente la velocidad.

Llegamos a mi departamento y el deja mi bolso en la estancia, puedo notar que ya están aquí las maletas que lleve a California.

-Creo que tengo que irme.

Voy a su lado y rodeó su cuello con los brazos, es más alto que yo así que tiró de el para que su rostro se encuentre con el mio.

-Puedes quedarte un poco.-Digo esto susurrando y con mis labios muy juntos a los de él.

-Perdon...-Me aleja de el.

Me quedo mirándolo sin saber que decir, nunca me había rechazado.

-Si, entiendo, tienes que irte.-Me giro y me quedo dándole la espalda, escucho como la puerta se cierra, se fue sin siquiera despedirse, me quedo mirando el suelo y me voy a mi habitación.

Si la actitud de Brian es por lo del accidente, espero que pronto cambie esto, no soportaría que siguiera de esa forma.

Me meto en la tina, pasó la esponja por mis piernas, cuando llego a una herida con puntadas que tengo justo en un costado de la pierna derecha, pasó las yemas de los dedos, la sensación es extraña así que mejor retiro la mano.

Cuando salgo del cuarto de baño lo veo, ahí sentado sobre la cama.

-No te escuché entrar.

-Jamás salí, no te molestarte en voltear.

Me quedo mirándolo, su expresión es sería y la mía también.

-¿A que juegas Brian?

Se levanta de la cama y se dirige a mi, extiende su mano para tocar mi rostro pero retrocedo.

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