-¡No está sanando!- Gritó exasperado Adam.- ¡¿Por qué no sana?!- Todos los ojos presentes en nuestra sala de estar se posaron en mí.
Yo estaba arrodillado, frente al cuerpo desganado de Olivia, sus ojos estaban cerrados, aún se veían húmedos, como si hubiera estado llorando, ¡pero no, la chica lleva seis horas inconsciente! Hace dos horas terminó Navidad y el SOLIDUM AQUA, hace seis horas y diez minutos que Olivia había caído desmayada frente a mí en el porche de nuestra casa.
Los chicos me veían con ojos expectantes, estaban muy esperanzados en que mis poderes la curarían, pero no, no fue así. Realmente lo he intentado, llevo las mismas seis horas intentado sanarla, es extraño, todos sus moretones se han curado, sus costillas rotas han sido reparadas, sus hemorragias internas han sido detenidas; pero aun así no despierta, cada vez que intento usar más mi habilidad sanadora siento como si ella me repeliese, como si algo en su sangre no le permitiese aceptar del todo la curación.
-¡No lo presionen más!- salió Eric a mi defensa, su respiración estaba descontrolada por la furia que inundaba su cuerpo- ¡No hay nada que él pueda hacer!- gritó furioso contra Adam, quien se removió en su puesto al sentir los ojos amarillos del hombre lobo sobre él, era obvio que estaba intentando contener al animal en su interior- Lo siento, Adam...- Se disculpó- Me he salido un poco de mis cabales, pero por favor no le grites a Aaron. Espero me entiendas...- El Pelirrojo relajó su cuerpo y permitió que sus ojos ocultaran la pupila canina, para volver a tener una humana.
-Lo entiendo- Dijo Adam, extrañamente más calmado- Sólo defiendes a tu chico, no hay nada malo en ello. Muchos deberían aprender a luchar por lo que quieren- Adam carraspeó ligeramente observando a Elliot de una manera... ¿Extraña? Da igual, ahora no es momento de preguntarme qué pasa por la mente de los hermanos. –Pero, ¿Por qué estás tan seguro de que él no puede hacer nada?- dijo con cierta frialdad el ángel menor.
-¿No lo sientes?- Eric se dirigió a Luke, esta vez. El castaño observó con incertidumbre al hombre lobo, sin entender a qué se refería- Usa el olfato de un perro, lobo, lo que quieras, pero usa un olfato mejor al del ser humano- Luke asintió no muy seguro de lo que hacía.
Becca quien tenía a Sarah abrazada, se alejaron del lado de la quimera, quien cuando tuvo suficiente espacio, deformó lentamente su rostro, dejando que las orejas se alargaran y terminaran más debajo de su barbilla, sus colmillos crecieron, su nariz, boca y barbilla se juntaron y formaron un hocico. Después de unos segundos, teníamos frente a nosotros, el cuerpo de Luke con la cabeza de un perro sabueso.
-¿Sabías que los elefantes son los mejores olfateadores del mundo?- le espetó con sorna Adam- Joder, si hubieras cambiado tu cabeza por la de un elefante, serías como Michael, te parecerías a un Baku, hubiera sido muy cómico- Adam no paraba de reírse imaginando la escena que nos comentó a todos.
-Cállate idiota- Becca le dio un zape en la nuca a Adam- Estamos en algo serio.
La dragona y el ángel parecían querer iniciar una discusión, pero se detuvieron al instante que Luke transformó su cabeza de nuevo a humana. El rostro de la quimera se veía sorprendida y triste.
-Está envenenada...- Susurró un poco abatido
-¡Eso no debería ser inconveniente! ¡Las banshees podemos curarlo todo! ¡Incluso fueron los experimentos locos de un humano sobre cautivos de nuestra especia y nuestra habilidad para curar, lo que encontró la cura para el cáncer! ¡Podemos curar cáncer! ¡¿Cómo no voy a poder con una simple toxina?!- grité al borde de la locura.
-No puedes porque este no es un envenenamiento ni una toxina normal- Eric habló suavemente mientras me abrazaba y reconfortaba- Es un envenenamiento firmado- Cuando esas palabras salieron de la boca de Eric, todos los presentes se tensaron.
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Saga Elementos y Sombras II :Tierra Renaciente
FantasyLa guerra continúa, la caza de criaturas mitológicas y fantásticas sigue igual; pero ahora algo ha cambiado: un antiguo poder ha renacido y posesionado los cuerpos de seis Mythis adolescentes, ¡Los elementales han renacido!, y aunque hayan tenido un...