10.5 :Aguantar (sábado) Extra ReiGisa

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[Advertencia: lemon/ contenido adulto]
Continuación del capítulo 10

Las risas del rubio se escuchaban en toda la habitación. Rei se dedicaba a mirarlo y nada más. Se veía que disfrutaba mucho de ganarle a las cartas, y como premio siempre pedía a Rei que hiciera cosas vergonzosas, o...

-Jeje, ¡soy un verdadero genio en estas cosas!

-La verdad me haces pensar que me haces trampa...

-Moo~ Rei-chan, cómo crees eso de mi...

-Bueno, ¿y esta vez qué vas a querer?- el rubio sonrió con picardía.

-Quiero...a Rei-chan.- el más bajo gateó hasta su esposo moviendo todas las cartas a un lado. Sonrió mientras empezaba a ruborizarse.

-¿Es-estás seguro Nagisa-kun? Ayer lo hicimos y no quiero que luego te quejes por el dolor...

El más bajo le dio un pequeño beso.

-Tenemos que aprovechar Rei-chan. Cuando Lara esté en casa ya no podremos hacerlo tantas veces o gemir muy alto.- el peliazul se tapó la boca avergonzado. -Además, si espero hasta mañana el lunes estaré adolorido... Prefiero que sea hoy...

-Si es como lo quieres... Creo que tienes razón.

Nagisa asintió y se acercó más a Rei, que ya empezaba a tomar color, por lo que el más bajo se rió. A pesar del tiempo que llevaban juntos Rei se veía siempre nervioso antes de empezar a tener relaciones.

El más bajo empezó dando besos en las mejillas de su esposo, luego ya fue en su cuello, hasta que siguió por el pecho, desabotonando su camisa hasta sacarsela.

Rei empezó a agitarse rápidamente. Después de los nervios casi siempre venía el descontrol, Nagisa lo enloquecía en todos los sentidos, y en la cama no era una excepción.

Nagisa se bajó el pantalón de dormir y su ropa interior, dejándole ver a su esposo que necesitaba atención. Volvió a besarlo en los labios al tiempo que frotaba su cuerpo con la entrepierna del doctor. El peliazul se encargó de bajar pronto su ropa para sentirlo mejor, y en aquel movimiento de provocación el miembro de Rei se levantó por completo.

Nagisa sonrió por la sensación. Su cuerpo le pedía que continuara, y mientras se autopenetraba observaba a Rei morir de desesperación, de deseo por él. Antes de empezar a moverse se aseguró de que Rei estuviera bien adentro, y en cuanto empezó a moverse sintió las manos del peliazul acariciando sus piernas y su cadera, jadeando casi al instante por el movimiento todavía ligero y la cavidad todavía algo estrecha de su interior.

Era tan extraño a veces para Rei ver aquel cambio en Nagisa. Mientras jadeaba moviéndose encima suyo de aquella forma tan seductora, su rostro se llenaba de una particular lujuria, una que contrastaba con su rostro inocente y lleno de viveza. Enseriaba y se movía lento, fuerte pero sin aumentar la rapidez, sin quedar sin voz por los gemidos, sin dejar que el acto sea opacado por el cuerpo.

Para ellos era más que sexo, era amor. Nagisa bajó el cuerpo para besar a Rei sin dejar de mover sus caderas, se dejó abrazar y acariciar con dulzura, y retiró el beso para apegarse más a él y porque necesitaba respirar. Necesitaba aire, aire para poder terminar, para que el cuerpo le dijera basta.

Rei lo volteó dejándolo bajo suyo, mientras lo miraba hacer todas esas muecas llenas de placer y soltar mínimos gemidos, siempre tan controlados, tan sensuales cuando salían de su garganta. Pero en todo esto, cuando sentía que llegaba al final, Nagisa sonreía, sonreía feliz mientras Rei empujaba su interior una y otra vez.

Rei acabó liberando un gemido ronco, que venía desde dentro y Nagisa se arqueó cuando pudo sentir que se llenaba de él, de Rei.

De nuevo estallaba en risas y besaba a su peliazul. Lo apretaba contra él hasta dejarlo sin aire, porque un abrazo le era muy poco para hacerlo sentir uno con él.

-Jeje... Rei-chan... Te quedaste mudo. -el mencionado se acostó encima suyo, escuchando su pecho todavía latiendo rápido. Nagisa le acariciaba el cabello.

-Es que...eres tú Nagisa... -el rubio sonrió.

-Rei-chan... Siempre diciendo estas cosas...

-Es que así siento cómo late tu corazón cuando te las digo.

Rei levantó la cabeza para verlo y Nagisa sonrió con picardía.

-Reeei...- Nagisa se levantó de la cama y se puso la camisa que recién le había quitado a su esposo- Te dije que esta noche íbamos a aprovechar- Rei enrojeció al ver lo provocativo que se veía Nagisa con aquella camisa llegándole a los muslos desnudos, y sonriendole con aquella expresión. -Ven por mí...

El rubio entre risas salió a la cocina y el otro lo siguió. No habrían límites para amarse esta vez.

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Está algo feito el lemon, pero cuando lo hice quedó así, y ya no quise cambiarlo.

Si todo sale bien hoy publico el capítulo 11.

Beshos...! Gracias por leer (:

Me dicen papá (Soumako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora