Makoto sostenía su mano con fuerza.
No había dejado de llorar, ni mucho menos de decir que estaba bien y que sólo tenía una alergia muy fuerte y que por eso caían así sus lágrimas.
-Est-oy bien, Mak-Mako-chan.
No podía estar bien si temblaba de esa manera.
-Nagisa-kun...
El pequeño rubio se esforzaba por mantener la mirada fija, por detener el llanto, pero le era imposible.
Makoto ya llevaba unos preocupantes 10 minutos a su lado, y su clase no había podido iniciar desde que dejó a Gou con él y lo encontró así.
Agradecía que las niñas jugaran tranquilas en el salón, después de haber creído eso de la alergia.
-V-ve Mako-chan... No... No es nada.
-Entonces llamemos a Rei. Si es una alergia él sabrá qué puedes tomar-. Los ojos de Nagisa se abrieron grandes.
-¡No! No, Mako... No quiero que él sepa-. Esta vez bajó la mirada mientras seguía llorando.
-Nagisa... Si no vas a contarme al menos debes calmarte. Las niñas están aquí.
El más bajito mordió su labio. Apenas entró a la sala, había empezado a llorar sin poder detenerse.
Asintió, poniendo la manga en su rostro, y tratando de respirar hondo.
-Vendré a buscarte en el primer descanso -prometió Makoto, y se fue lleno de congoja a su sala, donde los niños lo esperaban.
Sonrió como siempre, a pesar de seguir preocupado, y empezó su clase como la había planeado.
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Todavía se preguntaba por qué había reaccionado de esa manera. ¿Por qué no pudo sólo bajarse del bus?
Gruñó ligeramente, sintiendo a su ira alzarse contra él mismo.
Aquella expresión que estaba haciendo sin darse cuenta, hizo bajarse a todos los que estaban compartiendo el ascensor con él apenas se abrió la puerta en el segundo piso.
Ya estaba cerrándose nuevamente, cuando un hombre llegó empujando desordenadamente su cuerpo dentro del aparato.
-Un poco de amabilidad no te habría matado, ¿eh?- Aunque era un reproche con todas las letras, no le contestó- ¿Qué? ¿También te comieron la lengua los ratones?
Su tono irritante hizo a Kise voltear sólo para soltarle su mal humor. Sin embargo al verlo, las palabras le quedaron atoradas en la garganta.
-No -dijo cortante, a lo que el pelirosa hizo un puchero.
-Tienes media lengua entonces...
-No estoy de humor para hablar- contestó pensando que así haría que el otro guardara silencio.
-Bueno... Eso es un avance. ¿Quién está de humor cuando tiene que levantarse temprano para trabajar?
Kise le dedicó otra mirada. El más bajo hablaba con una sonrisa a su parecer exagerada, pero que estaba seguro de que era falsa.
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Me dicen papá (Soumako)
Fiksi Penggemar💖 "Los grandes cambios vienen de la mano de cosas pequeñas" Sousuke tenía una vida normal: su trabajo, un hobbie, un departamento. Todo marcha bien hasta que unos niños aparecen en la puerta de su departamento con una extraña carta. "Son tu respons...