HOMOSEXUAL (relatos gays)

El chico de la moto(IV)

No lo podía creer aun, me encontraba en esa plaza, estaba en el piso totalmente desorientado por lo que estaba viendo frente mío, no podía creer que este acosador psicópata el cual me estuvo siguiendo todo el día y quien sabe desde que tiempo se tratara de esta persona. Se me pudieron ocurrir miles de nombres en todo este tiempo pero el, este chico, el chico que fue lo más importante durante toda mi adolescencia, era el mismo que ahora se encontraba delante mío.

-¿Qué rayos haces aquí?

-Se nota la alegría que sentís al verme después de tanto tiempo, ¿cuanto? ¿3 o 4 años?

El chico solo hablaba como si nada hubiera pasado entre nosotros, como si los años nunca pasaron, como si esos días que tan mal la pase detrás de él, detrás de ese amor que sentía y hasta ahora no estoy seguro si sigo sintiendo, aun no podía asimilar lo que estaba pasando.

-¿Por qué hiciste todo este juego enfermo?

-¿Juego enfermo? Siempre vos tan exagerado y dramático, siendo sincero hice todo esto para jugar contigo, sabía que te ibas a estresar, sabía que no ibas a poder ignorar todo lo que te estaba haciendo, sabía que ibas a venir hasta aquí y que no ibas a irte tan fácilmente hasta saber quién era "tu acosador" como dices.

Solo lo mire muy atentamente todo lo que decía aun tirado en el piso de esa plaza y el sentado en cuclillas frente mío, no podía creer que hizo todo esto solo para jugar, pero a decir verdad que de él puedo esperarme cualquier cosa, desde que éramos compañeros del colegio siempre me sorprendía con las cosas que hacía, pero creo que esto es demasiado, y eso que aun me debe la explicación del porque todo esto, porque luego de tantos años vuelve y a demás de esta forma tan estúpida.

-Estas tratando de decirme que esto es solo un juego para vos?, solo te despertaste hoy y dijiste voy a fastidiar a ese chico del colegio al cual le hice los últimos años del mismo los peores solo para divertirte?

El idiota solo se rio, no paro de reírse, esa risa de siempre, en ese momento estaba más calmado comencé a observarlo detenidamente, ese cabello enrulado color castaño tan brillante como siempre, esa sonrisa que mostraba su perfecta dentadura, esos ojos color miel en los cuales me perdían en casi todas las clases, todo eso estaba de vuelta en mi presente.

-No cambias nunca, aun me miras con esa cara de idiota enamorado, es bueno saber que aun sigues siendo el chico de antes y que no cambiaste casi nada, pero te veo mejor la verdad.

Con ese comentario volví de pisar tierra, por fin me levante del piso de esa plaza, di media vuelta con la cara colorada de vergüenza por lo que había escuchado y trato de irme, no podía volver a mirarlo en la cara luego de que descubrió que ese sentimiento no murió, sino solo estaba dormido.

-Lucas, espera, ¿Dónde vas? Diciendo esto dejo su moto a un costado de la plaza y me siguió casi corriendo, yo simplemente trate de ignorarlo y seguir mi camino, solo quería huir de esta situación tan incómoda, quería saber el origen de todo esto, pero verlo después de tantos años era algo de lo cual no estaba totalmente preparado.

El llego hasta a mí, me tomo del brazo deteniéndome, me dio la vuelta con un poco de fuerza, yo no pude mirarle a los ojos.

-¿Por qué huyes de mi? Mírame Lucas, no tienes el porqué de bajar la cabeza.

Solo quede en silencio, no dije nada, quería quebrarme en lagrimas, pero no iba a permitir que mi viera llorar una vez más, era algo que no podía pasar.

-Adrián, - Se me escapa un suspiro, no se a que quieres llegar con esto pero no me interesa, déjame en paz, para mí es como que ya no existís (mentía al decir esto), quiero irme a mi casa se está haciendo tarde. Dicho esto me desprendí de su agarre y volví a retomar mi camino.