"La oscura cueva y la noche estrellada"
Ya no podía correr más, la falta de aire por haber llorado no me permitía seguir respirando normalmente, me detuve y todos seguían corriendo, coloque mis brazos sobre mis rodillas flexionadas, todo estaba oscuro casi podía diferenciarlos entre el bosque y sus pequeños cuerpos que se emergían aun mas dentro de este, la visión se hacía borrosa, comenzaba a pestañar con más frecuencia, creo que el no haber dormido bien me comenzaba afectar, –¿Ahora que tenemos a Dark casi en los talones me pasa esto?– trate de hablar, todo se comenzaba a distorsionar, la imagen de Chris se comenzó acercar a mí, me miraba y quizás me hablaba pero no podía entender lo que decía, mi cuerpo no podía sostenerse más, correr alrededor de ocho kilómetros sin descansar y más aun sin beber un sorbo de agua, – Agua...– pensé. Comencé a tambalearme hasta que no me pude sostener y comencé a caer, solo observe las manos de Chris que se acercaban a mí con rapidez
–Chris...– Logre decir y entonces caí, todo se volvió oscuro
(*)
– ¿Dónde estoy? – Me levante mientras me sobaba un poco la cabeza ya que me dolía con intensidad
Al ver que nadie respondía a mi pregunta, decidí observar un poco a mí alrededor, todos estaban durmiendo y nos encontrábamos dentro de una pequeña cueva, donde las plantas tapaban la entrada lo que no permitía que el sol pasara por ella, por lo que la cueva estaba bastante obscura, entre abrí un poco la persiana de plantas y Salí rápidamente evitando levantar a los que aun dormían, coloque mi brazo como escudo a los rayos del sol
– ¿Qué horas serán? – Dije
Quise caminar un poco dentro del bosque, buscando algo de agua, la sed no me dejaba ni siquiera pronunciar bien las palabras, camine durante unos minutos pero sin olvidar el camino de regreso a la cueva, a lo lejos pude observar algo de agua cristalina resplandeciente, a penas la visualice mis pies salieron a trote como si de un famoso se tratara y cuando ya la tuve a mis pies me arrodille y decidí probarla a ver si era agua dulce , cuando ya mi paladar aclaro mi duda, se trataba de un pequeño riachuelo, sumergí mis manos y luego me la lleve a mis labios hasta extasiarme de ella, me seque el agua que aun caía de ellos y mire a mi alrededor, – Cada día me asombro mas con este mundo– Pensé.
Camine de regreso a la cueva cuando unos sonidos me asustaron y en seguida me escondí tras un árbol, asome un tercio de mi cabeza, lo suficiente como para poder detallar lo que hacia esos ruidos, me asuste al ver aquel chico que decía ser el líder de Dark quizás con unos 5 o 6 con el e iban a donde la cueva se encontraba – ¿Qué hago santo Dios? – Le hable a la nada mientras observaba formas para llegar primero que ellos, al encontrar una corrí más rápido que anoche y pude llegar, todos se encontraban dormidos aun y no quería levantarlos, seguramente no habían tenido la oportunidad de dormir como lo hice yo, cuando volví a sentir los pasos me percate de lo cerca que estaban de la cueva, me asome un poco sin que ellos se diesen cuenta de nuestra presencia y pensé en una manera de distraerlos y así evitar que entraran – Piensa Alex piensa...– me dije a mi misma. La imagen de Josh intentando enseñarme a levitar una piedra me vino a la mente – Si tan solo pudiese mover una piedra...– intente hacerlo, me levante respire profundo, aclare mi mente y trate de pensar en cosas positivas, medio abrí la hojas para tener a la vista alguna piedra y cuando estuvo a mi alcance entre cerré los ojos intentando hacer que levitara, pero nada funcionaba – Vamos, vamos, ayúdame tierra, no quiero que se den cuenta de nosotros, ayúdame por favor– Hable de manera sutil como si la tierra pudiese escucharme, lo volví a intentar, esta vez pensé que quería protegerlos a todos, y la ira que sentía por no poder lograrlo, entonces cerré los ojos con fuerza, y al abrirlos la piedra se encontraba justo en frente de mi pero sin llamar la atención de nadie de los que se encontraban alrededor, levante mi mano y con el dedo índice la empuje y ella callo lejos de donde nos encontrábamos y sonó lo suficientemente fuerte como para atraer la atención de Dark, cuando se alejaron lo suficiente me volví a sentar y a recosté mi espalda a la piedra que bordeaba toda la cueva, suspire y fue cuando mis nervios se calmaron
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Atalanta
AcakElla nunca pensó que su vida fuese a cambiar tan de repente. Que todo lo que creyó ser y vivir solo era la vida típica de cualquier adolescente. Sus padre con empleos normales, su hermano tan fastidioso como cualquier otro. Lo que nunca imagino fue...