Hell through hole

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Cava un hoyo poco a poco como quien busca un tesoro.
Va avanzando tierra abajo entre compos y raíces.
Pala a pala va sacando cantidades de lombrices.

Y allí era donde enterraría su mal humor,
públicamente le hicieron saber que producía pudor,
y juró poner remedio para frenar su rencor.

Fue entonces cuando, entre angustia y ansiedad,
hizo acopio de una pala en la casa del abad.
Este mismo insinuó, con su mueca de impiedad,
que quizá el fin de aquello albergaba la maldad.

Tras comprarse la herramienta y regresar a su vivienda
se dispuso en el jardín, evadido y obsoleto,
ignorando la contienda que tenía por entonces su razón contra su esencia.

Desde entonces cada día
unos metros más cavaba,
él pensaba que por ello viviría más tranquilo,
pero triste realidad, la que fue de nuestro amigo
cuando un día otoñal revivió lo ya vivido.

Y una vez enmortecido, su alma libre ya,
se dio cuenta de que había excavado su mortaja,
siendo presa de la masa y con ciega fe en el grupo,
creyó que todo aquello le haría más feliz.
Mas ahora ya no está, solo quedan los recuerdos,
epitafio sin tallar
y su mujer viste de luto

Mecánica melancolía mediáticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora