Tres faros en la niebla

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Ese aura que me acecha. Esa luz que me persigue y me perpetra. Cada noche acude a mí y me hace estremecer. Enciende el viejo vídeo de los recuerdos y lo pone en modo repetición. Borra las ideas de catarsis y se sienta a disfrutar de mi sufrir como quien saborea su última vez. Pero ambos sabemos que no sera la última , ni la penúltima. Los dos sabemos que por bien que todo fluya en mi ser, tarde o temprano derribará la puerta de mi paz y entrará en mi conciencia, haciendo estragos en mi autocontrol. Quemando mi estabilidad y mi placer. Gritándome a la nuca que lo haga, que no hay demonio ni ángel, que solo está ella para empujarme al vacío y una vez más, degustar como destruyo todo lo que amo con mis propias manos, con la impotencia de que alguien me dirige y con el sentimiento de que nunca volveré a ser yo.

Mecánica melancolía mediáticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora