Destrucción espiritual

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Romper con las cadenas no es tan fácil como asemeja. Eres ese sabor ocre entre mis dedos que reside entre mis paginas. Esa sensación cortante de ardor en la nuca cuando sabes que algo malo se avecina. Como el que engaña a un amigo. O el que empuja a un simple crío. Un monstruo frío, vacío y dolorido. Más útiles seran las fuerzas si las uso para caminar con cautela silenciando al máximo el tintineo de las cadenas que para romperlas. Porque soy adicto a la penuria. Y así seguiré, anclado a unas cadenas y con mi melancolía a hombros, con la única pena de mirarme al espejo y saber que quien se oculta dentro de este dolor, no es otro, que mi rostro.

Mecánica melancolía mediáticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora