Capítulo 21: Cerca de mí

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Al rato, Deidara aparecía detrás de mí, con la túnica abierta, haciéndose su preciada coleta, al hacerla, colocó unos mechones del flequillo con su mano vagamente. Luego me abrazó por detras dulcemente.

-Qué tal estás?- Le pregunté al rubio, mientras cogía una de sus manos y la entrelazaba con la mía.

-Ahora que estas conmigo, mejor...- Me separé de él, y comenzamos a andar, me agarró de la mano tiernamente.

Deidara me miró interrogante.

-Crees que debería comentarle a Pain sobre...lo nuestro?

-Supongo, aunque... No sé si considerar que estemos saliendo, aún no me lo has pedido- Bajé la mirada, algo decaída. El rubio sonrió

-No te pongas así, Hm...! Sólo espero al momento perfecto. Además, si se lo comento, seguro que no le importa mientras cumplamos nuestras misiones! Y cuando acepte nos entregaremos el uno al otro! Hm!

Me sonrojé por lo último que dijo, sonrió más. Entonces una pregunta se me pasó por la cabeza. Me ruboricé más.

-Erhm... Deidara... tú... bueno, esto... alguna vez has... ya sabes...- Me miro con curiosidad entonces su mirada cambió por completo al entender a lo que me refería

-Oh!- Se sonrojó, soltó una risa floja- Te refieres a... icha-icha?- Asentí tímida, él se mordió el labio, parecía que confesar sus intimidades le avergonzaba.

-Verás...digamos que nunca he estado con una mujer... tú eres la primera, pero tengo algo de experiencia en eso...hm- Me ruboricé más al llegar a la conclusión de que sino había estado con ninguna chica, y estaba experimentado dentro de ese tema...

El rubio se ruborizó como un tomate y miró a un lado, al suelo, al cielo... Buscando evitar mi mirada, temía mi reacción, eso sólo me hizo cuestionarme otra pregunta.

-U-Uke o seme? Tranquilo no diré nada a nadie puedes ser sincero- Él ya sabía claramente que su secreto estaría a salvo conmigo. Con timidez dijo.

-Fui uke muy pocas veces, pero soy seme normalmente, así que soy seme, hm....

-Entiendo...

-Y tú, Leben? Alguna vez has echo... icha-icha?- Sin poder estar más ruborizada, comprendía que ahora me tocaba confesar a mí.

-Nunca lo hice, así que sería mi primera vez- Deidara se sonrojó, sin más, comenzó a sangrar abundantemente por la nariz, se la tapó con las mangas de la túnica y salió corriendo al interior de la guarida sin mediar palabra. Yo me quedé quieta, observando su reacción, decidí seguir su camino, me puse a andar tranquilamente suspirando de resignación. Si lo llego a saber, no le cuento nada.

Secretos de tela: La historia de LebenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora