Capítulo 28: Sin vuelta

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Llegó la noche, y estos dos no aparecían por más que esperásemos. A medida que pasaba el tiempo me preocupaba, pero al recordar que el pirado jashinista era inmortal se me pasaba.

Llegó la mañana del día siguiente. Yo estaba en cama, durmiendo plácidamente, soñando en como Deidara me rodeaba con sus brazos, estando rodeados de peluches de gatitos de todo tipo. Montañas de peluches nos rodeaban, él me abrazaba y nos tirábamos sobre los muñecos riéndonos, era un sueño que me hacía estremecer y reír estando dormida.

Sin más, el rubio de mis sueños se empezó a quitar la ropa, hasta quedar encima mía, en ropa interior.

-Te mostraré mi arte, hm...!- Cuando iba a sacarse sus boxers ajustados, cuando por fin iba a colmarme de placer al verle... alguien me despertó tirándose encima arruinando mis sueños.

-BUENOS DÍAS LEBEEEEN!!!- Cómo no, era Tobi...

-ARHG! TOBIIII!!!- Le tiré la almohada a la cara, tirándole al suelo de culo, se pasó la mano por la máscara, en señal de que le había dolido.

-Au, eso duele, Leben...

-No haberme despertado!!- Refunfuñé, sentándome en la cama.

Me percaté de que todo estaba muy silencioso; no se escuchaba a nadie charlar, ni tampoco los insultos de Hidan... y eso me preocupaba... (para ser sólo una persona, se hace bien de notar!)

-Oye, Tobi, dónde están todos?

-Hidan y Kakuzu aún no han vuelto, pero los demás están por las afueras pasando el tiempo, no hay ninguna misión pendiente, por ahora.

-Entiendo... oye, sal de la habitación, anda, tengo que cambiarme...

-Tobi es un buen chico y se va!- Sin más el enmascarado se largó de mi habitación y pude comenzar a vestirme.

Tras acabar, me dirigí a la cocina con el propósito de desayunar.

Mientras tomaba mi Cola-cao tranquilamente, alguien me tocó el hombro, me giré, y vi a Deidara, con una gran sonrisa.

-Tengo buenas noticias, hm!

-Cuales?- Di un sorbo a mi taza mientras le miraba interrogante.

-Quieres salir conmigo? Pain nos ha dado permiso para estar juntos, con la condición de que cumplamos siempre las misiones como hicimos hasta ahora... ves? Tal como te dije, hm!- En ese instante me puse roja, y solté de un único chorro todo el cola-cao que estaba tomando en ese momento sobre la túnica de Deidara, empapándole.

-Lo...lo siento!! Es que...- No podía estar más roja, tampoco más avergonzada porque no era posible!

-No importa, voy a limpiarme... ahora vengo, hm...- Dio media vuelta, dirigiéndose a su habitación.

Yo me sentía mal al haberle bañado en cola-cao de la impresión que me habían provocado sus palabras; así que decidí seguirle y ayudarle.

Secretos de tela: La historia de LebenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora