Capítulo 46

1.6K 106 2
                                    

-¡No Tom! ¡Para!- y se quedó quieto. A pesar de los pequeños gritos Hayden no se despertó lo cual me pareció curioso.

Tom respiró hondo.

-¿Aquí no ha pasado nada?- negué con la cabeza para dar mi respuesta. Despues de esto fui a darle un buen abrazo.

- ¿Que haces aqui? ¡Que sorpresa! ¡Que alegría!- le agarré la cara- ¡Dios mío!- y volví a darle las gracias.

-¿Te acuerdas de que hice un curso de aparición? Pues este es el resultado. No puedo aparecerme siempre por si hay alguien más en la habitación. Pero como es de noche, pensé que no había nadie- dijo mirando hacia Hayden.

- Olvidate de él.

- ¿Ese es Hayden?

- Sí, te acuerdas de él?

- Más o menos. Bueno, y tu que tal estás?

No sabía que responderle. Realmente no pensaba que nuestra conversación iba a empezar con un "que tal" . Todo lo que yo pensaba y sentía se lo mandaba por cartas. Me quedé callada. Tenía que sacar un tema de conversación de algun lado.

- En menos de un mes es mi cumple!- puso cara de insatisfacción.

- Solo me cuentas eso?

Fue en ese momento cuando oímos un ruido. Era Hayden que se había despertado.

- ¡AH! ¿Tom? ¿Tom Riddle? ¿Que haces? ¿Anna?

- Ehh... Bueno, pues vino a hacerme una visita.

-¿Y como logró entrar? Pues chaval, dime como lo consigues para así irme yo tambien- dijo de broma. Tom no se lo tomó así, de echo se puso serio.

- Hayden, por favor. Y tranquilo, que Tom ya se iba- este puso cara de sorpresa. Sí, realmente quería que se fuera. La conversación que íbamos a tener no me daba buena espina y prefería quedarme con el recuerdo de que me vino a visitar.- Hasta luego.

- Hasta luego- y se fue por la puerta, sin darme abrazo alguno. Sabía lo que pensaba, que había venido aquí para nada.

- Que seco. ¿Es que teneis algo o...?

- ¡Que va! - que pena. Noté que Hayden sonrió- ¿Te puedes ir?- se fue.

16 de Agosto

Me desperté con una alegría tremenda. ¡Por fin 17! ¡Por fin podía usar la magia! Pero toda alegría desapareció cuando recordé que nadie de mi alrededor iba a saber que podía utilizarla ya. Empecé a llorar. Echaba de menos a mi padre, quería que estuviese aquí conmigo, a mi lado. Me seque mis lágrimas y me vestí. No sabía si la gente de aquí me iba a felicitar, si se habían olvidado o si celebraban los cumpleaños y decidí sacar mi lado pesimista pensando que no.

Miré por la ventana y vi como unas cinco lechuzas viniendo hacia mi ventana. Se pararon todas en la balda de la ventana. La abrí y cogí todas las cartas que traían. Eran felicitaciones! Respondí a todas con mucha ilusión y además había una de Tom. Eso significa que no esta enfadado conmigo y confía en mi. Salí de mi habitación más feliz de lo que me había despertado. Pero aun tenía que probar una cosa.

Abrí el armario y aparté toda la ropa que tenía en la balda superior. Cogí una caja pequeña y alargada donde ahí tenía escondida mi preciada varita. La agarré con cariño. Pronuncié el hechizo Accio apuntando a una hoja de papel y esta vino hacia mi. Era perfecto! Ahora podía realizar cualquier hechizo sin que luego venga alguien del ministerio a llevarme allí por incumplimiento de normas.

Abrí la puerta de mi habitación y vi a todos mis "amigos" en la puerta esperando a que saliera para gritarme <<Feliz cumpleaños>> y consiguieron darme un susto. Todos ellos estuvieron conmigo a lo largo del día aunque yo realmente solo valoraba la compañía de Hayden. Notaba en él algo diferente a los otros muggles. Lo curioso fue que todas las trabajadoras me felicitaron también.

A partir de ahora iba a empezar lo bueno. A partir de ahora podía utilizar magia.

31 de Agosto, a la mañana.

Tom apareció en mi habitación justo a las diez y media, tal y como le dije. Le pedí a él, ya que puede aparecerse en cualquier lado, que me hice aparecer en determinados lugares mágicos para el empiece de este curso ya que debía de comprar nuevos materiales e ir a Gringotts.

Le di un abrazo en cuanto lo vi. Él me pidió que le agarrara del brazo y en cuanto le toqué fuimos teletransportados. La sensación no fue muy agradable. Me pitaban los oídos y la cabeza me daba vueltas. Tal y como me dijo Tom, eso se me pasó en cuestión de minutos. Primero fuimos a Gringotts y allí saqué todo el dinero para comprar material escolar y para gastos extras. Luego fuimos a comprar lo que realmente necesitábamos. Yo sabía que Tom andaba escaso de dinero y yo accedí a pagarle unas cuantas cosas pero este se negó.


-Bueno, pues por lo menos dejame invitarte a algo de comer.

- La madre de Avery cocina mucho y como llegue para comer y no tenga hambre, pobre de mi - comencé a reír.

Él sugirió dar una vuelta y accedí a ello.

- Mañana se acabará la espera - enseguida pillé el doble sentido de la frase.


1 de Septiembre

Mi preciado grupo de amigos y yo nos bajamos ya del Expreso de Hogwarts. No me costó mucho despedirme de la gente del orfanato ya que sabia que a donde iba era un sitio muchísimo mejor.

Teníamos que ir a cojer los carruseles que nos llevarían hasta la puerta de Hogwarts. Toda la gente estaba muy emocionada por volver y yo me incluyo.

Busqué con la mirada a Tom quien estaba muy guapo con el uniforme. Estaba más guapo que ayer y eso era difícil. Fui hacia él y él hacia mi. Nos paramos cuando estuvimos cara a cara. Ambos estábamos serios.

-Se acabó la espera- dijo él.

- Has llegado ya a una conclusión?

-Sí, y tu?- asentí.

Y al mismo tiempo los dos nos fundimos en el beso. Estuve conteniéndome todo el verano para esto.

Tenía la certeza de que este iba a ser un año lleno de aventuras.

La historia de amor de Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora