Marzia estaba emocionada. No podía estarse quieta. Durante la una hora y media desde que Jonathan se había marchado, ya había dejado inservibles la mitad de los utensilios de la cocina; el baño rebosaba de líquido jabonoso; y las sábanas de Jonathan se teñían de rosa en la lavarropas. Finalmente, después de aceptar que nunca sería un ama de casa hecha y derecha, se sentó a ver televisión y tratar de calmarse. Justo en ese momento, el timbre sonó, y Marzia saltó sobresaltada. «¿Será Jonathan? Pero que cita tan corta».
-Oh, Dios. -Corrió a la puerta-. Corazón, una mala cita no significa que... -comenzó a decir mientras abría la puerta, pero se detuvo al no ver que no era Jonathan quien estaba del otro lado-. Mike, ¿qué haces aquí? -preguntó, asombrada de verlo en la puerta.
-¿Jonathan fue a una cita? -preguntó, y Marzia asintió.
-¡Sí! ¿Puedes creerlo? Dimitri al fin... -comenzó Marzia, exaltada y dispuesta a contar todo con más detalles de los que nadie pudiera procesar.
-Marzia -llamó Mike, y Marzia calló de inmediato al oír ese dejo de dolor en su voz.
Se quedaron callados. Marzia no sabía qué decir y Mike estaba demasiado metido en sus pensamientos como para hablar.
-¿Quieres pasar un rato? -le invitó Marzia, y Mike solo pasó sin responder. Fueron a la sala, Marzia trajo unas bebidas enlatadas y solo se sentaron a beber, hablando de vez en cuando.
-Mike, sé que no quieres responder esto, pero... necesito saber. -Marzia se animó a preguntar en un punto de la conversación-. ¿Tú sientes algo por...?
Y el timbre volvió a sonar. Marzia lanzó una maldición y se levantó enfadada a ver quién la había interrumpido en un momento tan importante.
-Más vale que... -comenzó a refunfuñar mientras abría la puerta, pero se detuvo de inmediato-. Hell, no! -exclamó al reconocer a Sofía del otro lado y se dispuso a cerrar la puerta, pero no contó con los rápidos reflejos de Sofía para mantenerla abierta.
-¿Cita? ¿De qué cita hablas? -preguntó la chica, muy demandante, empujando la puerta para que Marzia no la cerrara.
-¡Ninguna que te importe! -respondió Marzia y trató de cerrarla, pero la pequeña Sofía tenía más fuerza de la esperaba-. Vete de una vez. No tienes nada que hacer aquí.
-¡Tú no tienes nada que hacer aquí! -enfatizó Sofía.
-¡Yo vivo aquí!
-¡Eso no lo acepto! -Sofía se plantó, comenzando a abrir la puerta para hacerse paso.
-Enana gruñona, vete de una vez -siseaba Marzia, empujando con todas fuerzas.
Ambas se ponían rojas del esfuerzo, ninguna con planes de ceder un solo paso.
Mike se acercó y observó la escena.
-Así que esta es Sofía -concluyó, y ambas mujeres se detuvieron para voltear a verlo.
-¿Y tú quién eres? -preguntó Sofía y pasó a mirar a Marzia-. ¿Te atreves a traer a tus sucios novios a la casa de mi hermano? ¡Serás puta! -gritó Sofía con todas sus fuerzas, y Marzia se encendió.
-¡Y con orgullo! -respondió Marzia-. ¡Era la puta mejor pagada de esta zona!
-¿Eh? -Sofía retrocedió, tratando de procesar lo que acababa de escuchar-. ¡Mientes! -negó la chica.
-No, no miente -interrumpió Mike, parándose al lado de Marzia-. Era muy buena, pero lamentablemente ya no ejerce. -Dio otro paso para quedar más cerca de Sofía-. Aunque corres con suerte, porque estoy yo aquí y puedo explicarte paso a paso lo que venía en el paquete Premium de Marzia... -susurró, coqueto.
Los colores se le subieron al rostro a la chica. Parecía a punto de explotar. Mike se sonrió. Ambos hermanos eran tan fáciles de molestar. Sin embargo, no contaba con lo que sucedió a continuación.
-¡No! -gritó Sofía y empujó a Mike, que cayó al suelo-. ¡No quiero a nadie más que Marzia! -agregó la pequeña, mordiéndose la lengua al captar lo que acababa de decir.
-Hell, no! -exclamó Marzia, al comprender lo que Sofía había revelado inconscientemente, y cerró la puerta de golpe-. ¡Llamaré a Jonathan!
Mike, que seguía en el piso, atónito por la fuerza de la pequeña mujer, tardó un poco más en entender que lo había sucedido. Sofía le hablaba desesperada a la puerta, tratando de explicarle a Marzia -y a sí misma- que sus palabras no significaban lo que parecía que había significado. Y Mike se mató de la risa en el suelo.
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Insecurity
Humor¿De dónde vienen nuestras inseguridades? ¿A dónde nos llevan? Jonathan estaba seguro de que aportar su granito de arena vociferando su opinión contra el matrimonio homosexual era lo correcto. Dimitri era un transeúnte más; un homosexual que disfruta...