"Despierto al amanecer, abriendo lentamente mis ojos, con más frío que nunca. El frío es insoportable. Siento como si alguien me hubiera metido en una cámara frigorífica y hubiera cerrado la puerta, y no me hubiera dejado salir en una semana.
El fuego se extinguió hace mucho, solo quedan cenizas, cubiertas de hielo. Miro hacia arriba y veo que todo el suelo está cubierto de hielo—y que todos los árboles están cubiertos de hielo también. Todo, hasta la rama más pequeña, está cubierta de hielo. No puedo creerlo. Es una tormenta de hielo.
El mundo es tan hermoso como frío, todo está congelado, brillando en la luz de la mañana. Siento que desperté en el palacio de Supermán.
Trato de moverme, y siento mi cuerpo cubierto de hielo, pegado al árbol. Levanto mis brazos y hombros y rompo pequeñas partículas de hielo. Ben se ha quedado dormido junto a mí, apoyado en el mismo árbol y Bree está dormida en mi otro lado. A cuarenta y cinco centímetros de distancia está Logan, acostado justamente como lo dejé, contra su propio árbol. Todos están dormidos, menos yo. Todos parecen congelados. De hecho, todos"parecen muertos, y por un momento, me pregunto si se habrán muerto de frío.
Mi corazón late salvajemente mientras me incorporo. Muevo a Bree. Penélope se despierta, mirándome, con los ojos soñolientos y después, finalmente, Bree abre sus ojos también. Me lleno de alivio. No estamos muertos, todavía.
Me acerco y sacudo a Ben, después me levanto y sacudo a Logan. Afortunadamente, cada uno se despierta, aunque todos se ven congelados, medio muertos. Sé que no podemos quedarnos más tiempo aquí.
"Tenemos que levantarnos", les digo. "Tenemos que mantenernos en movimiento. Si no lo hacemos, moriremos de frío. Andando. Levántense", digo, con la voz más enérgica que puedo, para hacer que se muevan.
Les ayudo a levantarse, y poco a poco, y lentamente, cada uno de ellos empieza a hacerlo; se oye un crujido de hielo cuando logran ponerse de pie. Logan hace el intento varias veces, pero parece que no puede levantarse con su pierna lastimada, que está cubierta de hielo. Espero que el hielo le haya ayudado a reducir la inflamación, por lo menos. Me agacho y pongo uno de sus brazos sobre mi hombro y Ben toma el otro. Juntos, lo levantamos. Pierdo el equilibrio al"hacerlo: parece como si pesara cuatrocientos cincuenta kilos.
Logan gime mientras se pone de pie y se tambalea, inestable."No puedo soportarlo", dice él.
"Te guiaremos", le digo.
Miro a Ben, él asiente con la cabeza, y juntos, empezamos a llevar caminando a Logan, él se apoya fuertemente en nosotros, cojeando de una pierna. Bree se apresura a ir a nuestro lado, sosteniendo a Penélope. Echo un último vistazo a nuestro pequeño campamento, a la hoguera congelada, a los bosques brillantes que hay alrededor. Me da gusto dejar este lugar.
Vamos renqueando por el bosque, nosotros cuatro, caminando al amanecer, cada uno de nosotros doloridos y agotados. Llegamos a un espacio abierto y notamos que las vías del tren continúan junto a ellas; nuestros pies crujen con cada paso que damos en el hielo. Nunca había tenido tanto frío en mi vida. Hace un frío que aturde, que me evita pensar con claridad.
"¿A dónde vamos?", pregunta Bree, rompiendo el silencio finalmente.
Eso mismo me pregunto. Todo lo que sé es que nos dirigimos hacia el norte, a alguna remota ciudad en Canadá, que probablemente ni siquiera existe. Con cada paso que damos, siento más y más la inutilidad, la imposibilidad de nuestra misión. También vamos reduciendo la velocidad a cada paso, y dudo seriamente si sobeviviremos al anochecer"No sé", le respondo a Bree, con sinceridad."Busco un refugio a medida que avanzamos, pero no veo ninguno. Solamente una infinidad de árboles y las vías del tren y el río congelado a nuestro lado. No hay señal de ningún pueblo en este momento; no hay barcos, no hay casas viejas—nada. Estamos en medio de una vasta extensión de páramo y, caminamos y caminamos. Cada minuto hace más frío, se endurece más el hielo y mis piernas me duelen aún más.
"Deténganse", dice Logan.
Ben y yo nos detenemos y volteamos para verlo. Él gime de dolor, con el rostro demacrado, demasiado pálido. Parece un cadáver andante.
"Ya no puedo más", dice él. "Déjenme aquí. Irán más rápido sin mí. De todos modos, no voy a sobrevivir".
"No te vamos a dejar", le digo.
Logan quita los brazos de nuestros hombros, y de repente, se derrumba en el suelo. Se queda ahí tirado, sin moverse.
"No puedo continuar", dice él, ahí tendido.
Todos intercambiamos una mirada de preocupación.
"Déjenme", dice él. "Hablo en serio".
No sé qué hacer. Sé que no puedo dejarlo. Pero si se niega a caminar, no puedo obligarlo.
Me doy cuenta de que tiene razón: no estamos llegando a ningún lado"Nos está retrasando. Pero al mismo tiempo, no me importa. Recuerdo cuando me ayudó. No me dejó morir, por algún motivo. Y no"voy a dejarlo morir. En especial, ya que se lastimó tratando de salvar la vida de Bree.
"Podemos quedarnos aquí todo el día, si quieres", le digo a él. "No vamos a dejarte. Si no puedes caminar, vamos a hacer el campamento aquí".
Logan niega con la cabeza débilmente, está demasiado cansado para volver a discutir.
Al estar ahí, escuchando el aullido del viento, sintiendo más frío que nunca, tratando de pensar qué hacer, de repente, escucho un ruido.
Ben y Bree deben escucharlo también, porque al mismo tiempo, todos nos volvemos y miramos al horizonte.
Me quedo ahí parada y veo el horizonte y me pregunto si mis oídos me están jugando una broma. Primero hay un estruendo leve, como el sonido de un motor. Al principio me preguntaba si era una lancha de un tratante de esclavos, corriendo por el Hudson, pese al hielo, que viene por nosotros. Pero después me doy cuenta de que el motor suena diferente. Es una especie de vehículo. Tal vez sea un camión.
Miro alrededor y no veo signos de una carretera. Pero de alguna manera, el sonido se hace más fuerte, está más cerca. Incluso empiezo a sentir que el"suelo tiembla por debajo de mí.
"¡Un tren!", grita Bree, emocionada.
En el segundo que ella lo menciona, me doy cuenta de que tiene razón. No puedo creerlo. No tenía ni idea de que"fuera posible. ¿Un tren? ¿Corriendo? No he visto un tren en marcha desde hace años. Pero nuevamente, nunca había estado de este lado del río.
¿Pero a dónde va el tren? ¿De dónde viene? ¿Quién lo conduce? No parece ser posible.
En efecto, a medida que sigo mirando, ahí, en el horizonte, comienza a aparecer un enorme, oxidado tren de carga, desplazándose hacia nosotros, en las vías del tren. Va despacio, resoplando, arrojando grandes nubes de gases de escape.
Me doy cuenta de que esto podría ser lo que necesitamos. Podría ser un regalo del Cielo. Si podemos subirnos a ese tren de alguna manera, tal vez tenga calefacción—o si no la tiene, al menos estará protegido de los elementos. Sea como sea, tiene que estar más caliente que aquí afuera. Y podríamos subirnos y descansar y no importa a dónde vaya, al menos irá hacia el norte. ¿Y quién sabe? Quizá realmente va a algún lugar civilizado.
No tenemos elección. Aquí moriríamos congelados.
"Logan, ¡tienes que levantarte!", le digo gritando. "¡Ahí viene un tren! ¡Tenemos que tomarlo!"
"No", se queja.
Ben entra en acción: se agacha, y con todas sus fuerzas levanta a Logan. Lo sujeta del"hombro y lo arrastra a sus pies, mientras Logan gime. Me acerco y lo"ayudo y nos las arreglamos para hacer que se levante.
Logan abre los ojos y me mira.
"Logan, por favor", le digo. "Tú me salvaste una vez. Ahora vamos a salvarte. Deja que nosotros te salvemos. Por favor. Sobrevive. No queremos quedarnos sin ti".
Los ojos de Logan se abren por un momento, después asiente, cediendo.
Nos paramos a un costado, ya que el tren viene hacia nosotros. Por suerte, va despacio, quizá a unos ocho kilómetros por hora. Supongo que porque quieren ahorrar combustible.
Pero es perfecto para nuestros propósitos. Nos dará la oportunidad de subir en él y poner a Logan a bordo.
Esperamos a que pase, observando, y veo que se trata de unos veinte vagones de largo. Los vagones están hechos de una vieja madera desgastada y algunas de las puertas están abiertas, revelando vagones vacíos. Me pregunto una vez más, cuál es su propósito.
Nos ponemos en posición y arrastramos a Logan cerca de las vías.
"Logan, tienes que ayudarnos", le digo. "Cuando nos acerquemos, Ben subirá de un salto y abrirá la puerta. Él te subirá y yo te empujaré. Bree, cuando Ben salte, sube junto con él y entra. ¿Están listos todos"Todos volteamos cuando se acerca el siguiente vagón.
"¡AHORA!", grito."Ben sube de un salto al vagón, gira y extiende una mano. Junto a mí, Bree sube de un salto con Penélope, entrando fácilmente en el vagón. Yo empujo suvamente a Logan con todas mis fuerzas, y Logan hace su mejor esfuerzo, mientras sujeta la mano de Ben y se empuja a sí mismo. Ben, en su haber, tira de Logan con todas sus fuerzas. Le doy un empujón final, y sube de cabeza en el vagón. Sus piernas sobresalen, pero él ya subió.
El vagón ha ido más allá de donde estoy, así que corro para alcanzarlo. Mis piernas se mueven lentamente, están más rígidas de lo que pensaba y me resbalo. El tren va cada vez más lejos.
"¡Brooke!", grita Bree.
Recupero mi posición y me obligo a correr más rápido, el aire frío llega a mis pulmones.
Escucho la voz de mi papá en mi cabeza.
¡Vamos, soldado. ¡Vamos!
Corro con el dolor que tengo en mis extremidades congeladas, respirando con dificultad. Corro más rápido que el tren, alcanzo el vagón, y luego extiendo el brazo y agarro la mano de Ben. Subo al pestillo de hierro y él me jala. Entro al vagón del tren"tambaleando.
Me siento, miro alrededor y no puedo creerlo. Estamos adentro. Lo logramos. Nosotros cuatro. Penélope ladra.
Río a carcajadas, es una risa victoriosa. Es contagiosa, y todos estamos"ahí sentados, riendo. Lo logramos. Ya no estamos en el frío y estamos avanzando.
Aquí está mucho más caliente que en el congelante frío del exterior. Ésta es la oportunidad que necesitábamos para descongelarnos. Para descansar. Y aún mejor, nos permite mirar la campiña mientras avanzamos, permitiendo que busquemos alguna ciudad—o cualquier cosa—mientras avanzamos.
"Lo logramos", les digo.
Bajo la mirada y veo a Logan sonriendo, acostado en el suelo. Bree y Ben están sentados cerca.
"La pregunta es: ¿adónde?", pregunta Ben. "¿Adónde va el tren?"
Es la misma pregunta que me hago a mí misma.
"Adonde vaya", dice Ben, "no puede ser bueno. Supongo que la única gente lo suficientemente organizada para manejar un tren, deben ser los tratantes de esclavos".
"Podría ser algún tipo de gobierno o unidad militar", le digo. "Tal vez hasta esa ciudad en Canadá de la que Logan estaba hablando".
Pero incluso al decirlo, sé que no es posible. Sé que Ben probablemente tiene razón.
"¿Y si no lo es?", pregunta él.
"Como yo lo veo, nos saca del frío y nos da un punto de ventaja para explorar la campiña. Si pasamos por alguna ciudad, refugio, estructura, embarcaciones—cualquier cosa—buena podemos bajarnos."Estar varados en tierra salvaje, no nos estaba ayudando precisamente".
Ben se encoge de hombros, no está convencido.
"Es arriesgado", dice él. "No sabemos quién lleva esto. Ni lo que nos espera".
Una parte de mí sabe que él tiene razón, pero al mismo tiempo, no veo que tengamos otra opción. Tenemos que seguir en el tren y ver hacia dónde nos lleva.
Y espero y rezo para que sea lo mejor.
*
Abro los ojos, alerta de inmediato. Algo malo ha pasado. Miro a mi alrededor y veo a Bree, Logan, Ben y Penélope, todos dormidos frente a mí. La tenue luz de la tarde entra a través de los listones de la madera. Todo parece estar muy tranquilo. Pero estoy segura de que algo anda mal. Puedo sentirlo.
Y entonces me doy cuenta de que no nos estamos moviendo. El tren se ha detenido.
Trato de orientarme, para recordar. Estoy sentada exactamente en el lugar que me instalé cuando llegué, en las rendijas de la puerta del tren, para poder mirar hacia afuera. Recuerdo estar aquí sentada viendo pasar la campiña, durante horas. Miraba de un lado y Ben del otro lado. Nos hicimos la promesa de avisarnos"el uno al otro si veíamos algo por lo que valiera la pena bajar del tren. Pero observé durante horas y no vi nada. No había nada más que tierra salvaje y desolación. Nieve y hielo hasta donde"podía ver. Era una tierra estéril: como cruzar la cara de la luna.
Y luego, en algún momento, debo haberme quedado dormida. Fue tonto de mi parte. Debí haberme quedado despierta, en guardia. Pero miro alrededor y veo que los demás se quedaron dormidos también. Estábamos demasiado cansados.
Y ahora, nos detuvimos. No sé por qué. Ni dónde. Miro hacia afuera y no veo nada más que tierra salvaje.
Mi corazón late con fuerza, mientras me pregunto cuál será el destino. ¿Debo despertar a los demás? ¿Deberíamos saltar ahora?
Antes de que pueda decidir, escucho un ruido. Al principio es débil, pero después se hace más claro. Se oyen pasos que se acercan en la nieve y el hielo. El crujido se oye más fuerte, ya que varios pares de pasos se acercan. Me preparo, preguntándome quién puede ser. Tengo la sensación de que quienquiera que sea, no será nada bueno.
Miro a los demás, mi primer instinto es protegerlos. Bajo la mano hacia mi cintura, siento mi cuchillo, y pongo la mano sobre él, lista para usarlo, si es necesario.
"Ben", siseo.
Él no responde, está adormilado.
"Ben", siseo otra vez.
Finalmente, él abre sus ojos, parpadeando varias"veces, desorientado.
"Tenemos compañía"."Ben se incorpora, alerta. Logan, ahora despierto también, desliza su pistola hacia Ben, quien la toma.
De repente, la puerta del tren se desliza para abrirse, la luz inunda el vagón. La luz es cegadora, y por un momento, no veo lo que sucede. Me arrodillo a un lado, fuera de la vista; por suerte, Ben, Logan y Bree también están en un costado. Todos nos escondemos en las esquinas oscuras, y no hay manera de que alguien nos pueda detectar sin mirar con cuidado. Mi corazón late con fuerza en mi pecho, mientras me pregunto quién podría ser.
Escucho los gritos ahogados y gemidos de varias personas, y momentos después, los cuerpos son arrojados a través de umbral, dentro del vagón. Uno tras otro, los cadáveres caen al suelo con un ruido sordo en el vagón donde estamos. Están atados y amordazados, con las manos atadas fuertemente a la espalda, los pies atados juntos, y caen con fuerza al suelo, retorciéndose. Me doy cuenta de que alguien debe haberlos arrojado adentro.
Son prisioneros. ¿Pero de quién? ¿Y a dónde los llevan?
Me preparo, preguntándome si alguien va a seguir, si tendremos que luchar.
Pero la puerta del tren"se cierra con la misma rapidez, y se cierra de un portazo. Escucho un nuevo sonido, uno que hace que se derrumbe mi corazón: es el sonido de un perno de metal pesado, que se"deslizó en su lugar. Y entonces me doy cuenta: acaban de encerrarnos.
El tren vuelve a avanzar, y empezamos a movernos.
Estoy abrumada, con emociones encontradas. Una parte de mí quiere salir de inmediato, como reacción de contragolpe, romper la puerta. Odio estar encerrada, en cualquier lugar. Y ahora me siento como prisionera.
Pero otra parte de mí me obliga a permanecer calmada, para investigar lo que está pasando. Y posiblemente esperar. Después de todo, no hay buenas opciones tampoco.
Ben baja el arma y yo bajo mi cuchillo. Los cuatro intercambiamos una mirada cautelosa, viendo a nuestros nuevos invitados.
"¿Brooke?" Bree me llama nerviosamente.
"Tranquila, Bree", digo con seguridad en todo el vagón.
Los seis prisioneros voltean al escuchar nuestras voces, se retuercen y miran hacia mí. Entra suficiente luz por los listones para que yo pueda darme cuenta. Son de nuestra edad. Adolescentes. Están demacrados. Se ven cansados, enfermos, congelados. Parecen muertos vivientes. Me miran con desesperación, con los ojos ahuecados. Uno de ellos, una chica con el cabello marrón fibroso, pegado a su cara, ha conseguido quitarse la mordaza."Ayúdenme, por favor", susurra con la voz ronca. "Por favor, desátame. Te lo ruego".
Miro a Ben, y él asiente con la cabeza.
"No lo hagas", se oye una voz.
Logan se incorpora, luchando con su pierna. "No los desates".
"¿Por qué?"
"No los conoces. No sabes cómo van a reaccionar".
"No voy a hacerles daño", susurra la chica hacia Logan.
"Sé que ella no va a lastimarme", dice él. "Pero podrían llamar una atención que no necesitamos".
Miro entre ella y Logan, debatiendo. Logan es tan cínico; no comparto su opinión. Y no puedo evitar sentirme terrible por ella.
Me apresuro hacia ella, y uso mi cuchillo para cortar las cuerdas que están detrás de su muñeca. Luego corto las cuerdas que atan sus pies. De inmediato se inclina hacia adelante y se frota los muñecas y tobillos, jadeando, rompiendo la mordaza.
Ella examina el vagón del tren, mirando frenética, con los ojos bien abiertos.
"Deben salir mientras puedan", dice ella apresuradamente, frenética. "No entienden. No entienden lo que ellos les harán".
Ella mira alrededor, como loca, como buscando un modo de escapar."¿A quienes te refieres?", pregunto. "¿Quién eres? ¿Adónde te llevan?"
"Tengo que salir", dice ella, poniéndose de pie. "No puedo dejar que me lleven".
"¿Llevarte adónde?", pregunto, sintiéndome cada vez más alarmada. Mueve la cabeza rápidamente hacia todas partes, se levanta y corre por todo el vagón.
"¡Espera!", le grito, preocupada por lo que ella va a hacer, preocupada de que ella llame la atención sobre nosotros. Logan estaba en lo cierto. No debí haberla desatado.
Pero es muy tarde. Ella corre por todo el vagón y va a la pequeña puerta que conecta los dos vagones. Ella intenta abrirla, pero no puede.
Se inclina hacia atrás, y patea la madera con los pies descalzos. Patea una y otra vez, aunque sabe que se está cortando los pies. No importa de qué esté huyendo, realmente está desesperada. Lanza su cuerpo a través de la madera y finalmente la rompe. Una ráfaga de aire frío entra al vagón.
"¡Detente!", grito, corriendo hacia ella.
Pero no logro detenerla a tiempo. Ella salta entre los vagones, después baja de un brinco, cayendo descalza en la nieve y el hielo.
A ella no parece importarle. La miro, y sigue corriendo, corriendo lo más lejos"del tren que puede.
De pronto, el tren hace una parada brusca, enviándome volando por el vagón y haciendo que golpee mi cabeza contra la pared.
Me doy vuelta y miro entre los listones y la veo corriendo por el campo. Después veo a un tratante de esclavos. Él da un paso hacia arriba, tiene una pistola y dispara.
"¡No!", grita Bree, que está de pie a mi lado, también mirando.
Él le dispara por la espalda, y ella cae de bruces, muerta.
El tratante de esclavos se vuelve y mira nuestro vagón. Siento como si me estuviera mirando.
"Lo siento", dice Bree. "No debí haber gritado".
Mi corazón se rompe al ver a los tratantes de esclavos acercarse a nuestro vagón.
"Tenemos que irnos de aquí", les digo insistentemente.
"¡Ya vienen!", grita Bree, quien todavía está mirando a través de los listones. Volteo y veo a los tratantes de esclavos. A miles de ellos. Vienen directamente a nuestro vagón. Estamos acabados.
Fui una tonta. No debí haber liberado a la chica.
"¡Tenemos que rendirnos!", dice Ben. "Nos van a matar"."¡No!", grito, decidida a jamás ser capturada de nuevo. "No nos rendiremos. ¡Cuando abran la puerta, dispara!"
Sujeto mi cuchillo, listo para lanzarlo.
De repente, quitan el cerrojo de la puerta, se abre.
A la primera señal de ellos, Ben dispara. En su haber, atina a disparar al tratante de esclavos en el pecho. Primero cae de bruces, en el vagón.
Mientras lo hace, la pistola del tratante de esclavos cae de sus manos, resbalando por el suelo hacia mí. Me abalanzo sobre ella.
Me arrodillo, con la espalda hacia la pared del fondo, y abro fuego. Saco a uno tras otro. Ben saca a otros él mismo. Los cadáveres se acumulan. No puedo creerlo, el daño que estaban haciendo.
Me pregunto cuánta munición me queda, cuando de repente la pared se abre detrás de mí. No tenía idea de que hubiera una puerta corrediza del otro lado del vagón, también, y ahora me doy cuenta de que mi espalda no estaba contra una pared, sino contra una puerta. Se abre detrás de mí y siento unas manos que me sujetan y tiran de mí hacia atrás.
El mundo y el cielo pasan volando, mientras voy volando por el"aire, y caigo fuerte de espaldas en la nieve. Siento que mi cabeza y espalda caen en el hielo, siento que el viento me derribó.
Aturdida, sobre mi espalda, miro hacia el cielo azul, hacia las nubes, y luego veo"a varios tratantes de esclavos de pie junto a mí, con el ceño fruncido a través de sus máscaras. Antes de que pueda reaccionar, uno de ellos levanta la bota.
La última cosa que veo, bajando directamente a mi cara, son los gruesos dibujos de goma de la suela.
Y después, mi mundo se volvió negro.Hola chic@s lamento no haber escrito desde hace unos días pero aqui está el capítulo espero les guste
Para las chicas que leen esta nove díganme quien prefiere a Ben y quien a Logan😍
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Arena dos la Trilogía de la supervivencia
Science FictionHabiendo salido de lo que una vez fue Manhattan Brooke Ben Bree Rose y Logan van por el río Hudson en una lancha con poca comida y poco combustible se dirigen hacia el norte a buscar la cuidad en Canadá Se dan cuenta de que hay más arenas que son...