CAPÍTULO I - Regreso a Clases

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-Betina levántate mi amor, ya es hora de ir al colegio- gritó mi madre.

-Ya voy mamá, despertaré a Mauricio- respondí con gran entusiasmo.

Muy alegré y corrí a la recámara de mi hermano. Por fin habían terminado las vacaciones de verano, ya tenía muchas ganas de ver a Lucy y a Sol, además de comenzar mi primer año de preparatoria, estaba segura de que iba a ser muy divertido, y me encantaba la idea de que Lucy y Sol estarían conmigo.

-Mauricio, Mauricio! despierta ya es hora de ir al colegio.

Casi en cuanto terminé de decirlo Mauricio ya estaba de pie dirigiéndose al baño, al parecer yo no era la única emocionada.

-Betina, estoy muy feliz de regresar al colegio- dijo Mauricio con mucha alegría.

-Yo también Mauricio.

Decidí regresar a mi recámara para arreglarme, no quería llegar tarde el primer día de clases.

Terminé de arreglarme y casi corriendo bajé las escaleras, Mauricio y mis padres ya estaban en la mesa desayunando. Estaba tan feliz y nerviosa a la vez, por lo que no tenía apetito.

-Buenos días- dije anunciando mi llegada.

-Buenos días- respondió mi familia a la vez.

Mi mamá dirigió una mirada hacia mí.

-Betina ¿qué desayunarás?

- Mamá no tengo hambre, los esperaré afuera.

-¿Segura mi amor?- insistió.

-Sí, mami, supongo que no tengo hambre por los nervios.

-Si, eso debe ser, de cualquier manera llévate una fruta en caso de que te de hambre más al rato- agregó mi madre.

Sabía que no podría ganarle así que asentí, me dirigí a la cocina y tome la primera fruta que encontré. Decidí salir al jardín para esperar a Mauricio y a mi madre, pero al parecer se me habían adelantado, ya estaban esperándome en el carro, así que aceleré el paso para no hacerlos esperar más.

Todo el camino hacia el colegio nadie dijo ni una sólo palabra pero cuando llegamos, salimos corriendo del carro.

Mauricio se fue con Juan y yo me fui corriendo con Lucy y Sol.

-Lucy, Sol- grité feliz.

-Betina!!- respondieron a la vez.

Nos abrazamos y gritamos de la emoción por un buen rato.

Mauricio y Juan se acercaron muy pensativos y no movían la mirada de la entrada del colegio, la curiosidad me ganó y decidí voltear. Eso explicaba todo, porque justamente tenía que ser Reynaldo, no podía entender porque él y Mauricio siempre se la pasaban peleando...

Reynaldo se acerco con una sonrisa en el rostro.

-Hola- dijo Reynaldo.

-Hola Reynaldo- respondimos todos en coro.

Note que Mauricio estaba algo molesto, pero esta vez no tenía ningún motivo para estarlo Reynaldo sólo se había acercado de manera amistosa a saludarnos.

-Reynaldo no quiero problemas, mantente alejado de mi hermana- dijo Mauricio molesto.

Reynaldo se hecho a reír en tono burlesco y no se molesto en decir nada más, sólo se fue.

-Mauricio yo puedo defenderme sola de Reynaldo, no puedes pasártela todo el tiempo peleando con él- dije enojada.

-No, Betina para eso estoy yo para defenderte de Reynaldo y de cualquier otro que quiera molestarte, no me importa que eso me cause problemas.

No quería discutir con Mauricio y mucho menos que eso me arruinara el primer día de clases, así que me di media vuelta y me fui a buscar mi salón.

Escuché pasos detrás de mi así que volteé para ver de quién se trataba, me di cuenta de que eran Lucy y Sol que me venían siguiendo.

-¿Estas enojada con Mauricio?- preguntó Lucy con gran interés.

-No, es solo que me molesta que por cualquier cosa siempre quiera estar peleando con Reynaldo.

En eso escuchamos que sonó el timbre y decidimos darnos prisa para encontrar nuestro salón, por fin después de unos minutos lo encontramos, al parecer la profesora acababa de llegar, así que rápidamente buscamos un lugar donde pudiéramos estar las tres juntas como todos los años.

-Buenos días jóvenes de primer año, soy la profesora Lupita y este año tendré el honor de ser la asesora y tutora de este grupo, a continuación realizaremos algunas actividades para conocernos, cada uno pasará enfrente y dirá su nombre y lo que más le gusta hacer.

Todo el rato antes de receso estuvimos presentándonos, en eso sonó el timbre y todos salimos corriendo del salón en cuanto la profesora dijo las palabras mágicas ''Salgan a receso''.

Lucy, Sol y yo como de costumbre nos fuimos a la cafetería para hablar de lo que hicimos en vacaciones, en el camino nos encontramos a Juan y a Mauricio y decidimos invitarlos para que estuvieran con nosotros.

-Juan, Mauricio ¿quieren desayunar con nosotros?- preguntó Sol.

- Sí, claro- respondieron de inmediato, con una sonrisa en el rostro.

Llegamos y todas las mesas estaban ocupadas excepto una, por lo cual Mauricio corrió para ganarla, nosotros lo seguimos y nos sentamos, la mesa era grande, de hecho era de las más grandes de la cafetería, como no éramos tantos nos sobraron dos sillas.

Pablo y Reynaldo se acercaron con sus charolas.

-¿Podemos sentarnos?- preguntaron.

- Pues ya que- respondió Juan.

Justamente en cuanto Reynaldo tomó asiento Mauricio se fue, lo más seguro es que se molesto, pero yo no quería eso.

-Y entonces ¿que hicieron en vacaciones?- preguntó Sol.

-Pues yo me la pase en el rancho de mis abuelos en Durango todas las vacaciones, me divertí muchísimo con mis primos, de vez en cuando íbamos a la playa y montábamos en caballo- respondió Lucy.

Lucy, Sol, Juan y Pablo estaban platicando de sus vacaciones ya que habían salido a otras ciudades, pero yo estaba muy distraída por lo que había pasado con Mauricio. Reynaldo no se integró a la plática, lo bueno es que en lo que va del día no se ha peleado con Mauricio. Me levanté de la mesa para ir a buscar a Mauricio.

-¿Ya te vas Betina?- preguntó Juan.

-Si, es que quiero buscar a Mauricio.

-Yo te acompaño-dijo Juan, y enseguida se levanto y se colocó a mi lado.

Caminamos por toda la escuela pero no encontrábamos a Mauricio, donde se habría metido.

-Betina, Juan!- dijo una voz, que enseguida reconocí que era la de Mauricio.

Volteamos y lo vimos, nos acercamos más a él y comenzamos a hablar, no estaba enojado pero prefería evitar a Reynaldo.

-Ya deberíamos irnos a nuestros salones, ya es hora de entrar- les dije.

-Cierto- dijo Juan.

Caminamos a los salones y me di cuenta de que el salón de Mauricio y Juan que era el de segundo año, se encontraba justo al lado del mío, me despedí de los dos y quedamos de encontrarnos a la salida para irnos juntos al cine, junto con Lucy.

Mi Corazón Te PerteneceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora