CAPÍTULO XXI - Mi hermana

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Por la mañana me desperté tarde, por lo que me di prisa para estar listo a tiempo, baje corriendo y fui enseguida al carro en donde ya me esperaban Betina y Paco.

-Buenos Días joven Mauricio.

-Buenos días Paco.

Betina me volteo a ver pero no dijo ni una sola palabra, durante el camino a la escuela ni Betina ni yo cruzamos palabra, pero cuando caminábamos a nuestros salones empezamos a hablar.

-Mauricio, no me gusta que estemos peleados.

-A mi tampoco Betina, pero entiende, no quiero que Reynaldo te lastime.

-No lo hará

-Eso no lo sabes, tu lo quieres y es por eso que no puedes ver sus verdaderas intenciones.

-¿Que intenciones?

-Se acerco a ti solo para molestarme a mi.

-No Mau, las cosas no son como tu crees, él me quiere.

Sentí como se me llenaban los ojos de lagrimas por la frustración y el coraje de que Betina lo defendiera tanto, y no pudiera darse cuenta de lo que realmente quería, yo quería mucho a mi hermana, pero sentía que me había traicionado, que me había cambiado, yo siempre la defendí y estuve para ella, y en la primera oportunidad ella me cambio, prefirió a alguien que se la paso molestándola por mucho tiempo, que a mi que daría mi vida por ella.

Camine hacia mi salón, Betina me siguió pero deje de escuchar lo que me decía y la ignore por completo, finalmente ella se metió a su salón y yo me quede afuera del mío, después de un rato llego Juan.

-Mau ¿Estas bien?

-Siento que estoy perdiendo a mi hermana y eso no me gusta, es horrible.

-Mauricio, cuando venia subiendo las escaleras, vi que Betina estaba con Reynaldo, Sol y Pablo abajo, pero...

-Pero ¿qué?

-Ella estaba llorando, y Reynaldo la estaba abrazando y alcance a escuchar que le dijo: tranquila todo se arreglara.

-¿Crees que lloraba por mi culpa?

-Supongo que si.

En eso voltee y venían Betina, Sol, Pablo y Reynaldo, y la maestra Lupita venia detrás de ellos, me quede observando a Betina y vi que le dio un beso en la mejilla a Reynaldo y se metió a su salón, Sol hizo lo mismo con Pablo pero ella le dio el beso en los labios; Pablo y Reynaldo se quedaron afuera del salón platicando, y en ese momento decidí que debía hablar con Reynaldo, debía averiguar que era lo que quería con mi hermana y además si ella estaba llorando por mi.

-Juan, iré a hablar con Reynaldo.

-Te espero en el salón.

-Esta bien.

Camine hacia donde estaba Reynaldo con Pablo y ambos se me quedaron viendo mientras me acercaba.

-Reynaldo ¿Podemos hablar?

-Si, ¿Que paso Mauricio?

-¿Podemos hablar a solas?

-Bueno me voy – dijo Pablo ofendido mientras caminaba hacia el salón.

-¿Entonces de que quieres hablar?

-De mi hermana.

-¿Qué sucede?

-No te creo el cuento de que de un momento a otro empezaste a quererla.

-No necesito que tu me creas, me basta con que ella lo haga.

-Solo quiero decirte que si la lastimas te vas a arrepentir.

-Mauricio, jamás la lastimaría, se que no me crees, pero la verdad es que realmente la quiero, se que antes mi comportamiento con ella no era el mejor, pero después la conocí, y me di cuenta de lo increíble que es, y así con el tiempo fui queriéndola cada día mas, hasta llegar al punto de enamorarme de ella.

-¿Sabes que? Mejor cállate, no te creo nada.

-Si no quieres creerme no lo hagas, pero en estos momentos quien la esta lastimando eres tu, no yo.

-¿Por que lo dices?

-Hace rato estaba llorando porque siente que la odias.

-Chicos, entren al salón, ya vamos a empezar la clase – dijo el profe Armando mientras se aproximaba al aula.

Mi Corazón Te PerteneceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora