CAPÍTULO XXVI - Me haces mejor persona

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Camine deprisa hacia el auto porque Mauricio y mi madre ya me esperaban ahí, llegue y enseguida nos dirigimos al colegio, no podía dejar de pensar en como actuaria con Reynaldo, me daba mucha pena lo que había ocurrido ayer.

Llegamos a la escuela y Mauricio y yo caminamos juntos a nuestros salones, en el camino nos encontramos a Lorena y Reynaldo,  y enseguida Mauricio se fue con Lorena.

Yo voltee a ver a Reynaldo, y sentí como empezaba a sonrojarme.

-Hola, Betina – dijo Reynaldo mientras me da un beso en la mejilla.

Yo no pude responderle, él solo me observaba y en eso lo abrace.

-¿Estas bien Betina?

-Si

-¿Segura?

-Ay Rey...

-Betina, ¿Estas así por lo que ocurrió ayer?

-Reynaldo perdón, es que me siento extraña, nunca había hecho eso con nadie, y se que no hicimos mucho, pero me da mucha pena.

-Betina, tranquila, no pasa nada, supongo que es normal.

- Seguramente no estas acostumbrado a hacer ese tipo de cosas con niñas tontas como yo, que todo les da pena, supongo que solo has tenido novias de tu edad o mas grandes...o más experiencia.

-Betina, no digas eso, ¿Por que crees eso?

No sabia porque, pero empezaban a darme ganas de llorar, me sentía tan patética, tenia tanto miedo de que Reynaldo encontrara a alguien mejor que yo, a alguien a quien no le diera miedo nada...

-No lo se – dije tratando de retener las lagrimas.

-Mi niña tranquila – dijo Reynaldo mientras me sostenía de los brazos y me miraba fijamente a los ojos - mira, para empezar yo nunca había tenido novia, tu eres mi primer novia, contigo fue mi primer beso, y por lo tanto eres la primera chica con la que llego a tanto, bueno sabes a que me refiero.

- ¿Es en serio Reynaldo? ¿Nunca habías tenido novia?

-Es en serio, tu eres mi primera novia y estoy feliz de eso.

-No puedo creerlo.

-¿Por que?

-Siempre te vi como el chico malo, y además estas súper guapo, y no se me imagine que ya habrías tenido al menos unas 5 novias.

-Pues no – dijo riéndose – de hecho fue hasta los 14 años que las chicas empezaron a llamarme la atención, pero hasta ahí, ósea no me veía soportando a una chica todos los días, diciéndole cosas cursis y cumpliéndole todos sus caprichos, pero luego... Empecé a conocerte a ti, y cambiaste mi forma de pensar, e incluso empezaste a cambiarme a mi...

-¿Cambiarte a ti?

- Si, antes nada me importaba... Ósea me refiero a la escuela y andar de pleito en pleito... Y ahora tengo buenas calificaciones y ya no tengo problemas con nadie, y todo gracias a ti. Pero volviendo a lo que estábamos hablando, ¿Por que te da pena?

-Ay Rey, es solo que no estoy acostumbrada a esa clase de cosas.

-Yo tampoco, pero...

-¿Pero que?

-No nada, ¿entonces no quieres que vuelva a suceder?

-Dime Reynaldo, yo no dije eso.

-No Betina, ¿Entonces?

-¿Por que ni me quieres decir? , no se Reynaldo.

-¿Me prometes que no pensaras mal de mi?

-Si, te lo prometo.

-Es que me gusto mucho lo que paso... Y... Bueno no – dijo Reynaldo apenado.

- ¿Y que más?

-Betina no.

-Dime por favor – dije lo mas tiernamente que pude.

-No me hagas esto, hermosa, sabes que cuando haces eso, consigues que haga lo que quieras.

-Ándale, por favor, ¿si?

-Betina, agggg, me... Me excite y... Bueno ya sabes lo que pasa cuando un hombre se excita.

Me di cuenta de Reynaldo se estaba sonrojando, se me hizo tan lindo, nunca lo había visto así.

-No Rey no se, explícame – dije, haciéndome la tonta.

-Ay Betina, si sabes.

-No no se.

-Tuve una erección.

Nos quedamos mirando fijamente a los ojos sin decir palabra, hasta que decidí hablar.

-Rey, a mi también me gusto lo que paso ayer, y bueno también me excite, solo que en las mujeres es menos notorio, ya sabes, y bueno... eh... Me di cuenta cuando te sucedió eso.

-Ay Betina, ¿En serio te diste cuenta?

-Si – dije mirando hacia el piso.

-Que pena – dijo él mientras me abrazaba.

-¿Puedo pedirte algo?

-Claro mi niña.

-Por favor, que esto quede entre nosotros.

-Si, hermosa.

Por los micrófonos de la escuela anunciaron que las primeras dos horas serian libres para mi grupo y el de Reynaldo, debido a que nuestros maestros estaban en junta.

-Betina, me gustas mucho.

-Tu también me gustas mucho, Reynaldo.

Me sonrió y me abrazo, Reynaldo era el chico con la sonrisa más bonita del mundo.

Mi Corazón Te PerteneceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora