CAPÍTULO VI - Mi hermano esta enamorado.

7 2 0
                                    

Abrí los ojos,  ¿cómo era posible que hubiera amanecido tan pronto?  me pareció que apenas había cerrado los ojos, pero no ya solo quedaban cuarenta minutos para entrar al colegio, decidí darme prisa, en cuanto estuve lista baje corriendo y le pedí a Gloria que me hiciera un licuado de plátano para llevármelo a la escuela, cuando me lo dio me fui corriendo al carro en donde ya me esperaban Paco y Mauricio.

-Buenos días- salude.

-Buenos días, niña Betina- me contesto Paco.

Pero Mauricio estaba muy extraño conmigo lo más seguro es que siguiera enojado, pero porque le había molestado tanto que le preguntara eso, lo mejor sería que hablara con él, para tratar de solucionar las cosas. Ya íbamos a medio camino, y ni siquiera me di cuenta cuando el carro empezó a avanzar.

-Mauricio, ¿Estas enojado conmigo?

-No, Betina, nunca podría enojarme contigo, lo que sucede es que últimamente he estado muy confundido y me he sentido algo extraño.

-¿Y eso? ¿Por qué?

-¿Me prometes que si te cuento no le dirás a nadie?

-Te lo prometo.

-Se trata de Lucy.

-¿Qué pasa?

-Es que ella es muy linda conmigo, últimamente hablo mas con ella y estoy empezando a sentir algo por ella que nunca había sentido antes, ósea si me han gustado más niñas pero con todas era solo atracción y con Lucy es algo más que eso.

-Mauricio, eso es muy lindo, deberías decírselo.

-Me da miedo perder su amistad.

-No creo que la pierdas, además el que no arriesga no gana.

Me daba mucho gusto escuchar que mi hermano sentía lo mismo que Lucy, nada me haría mas feliz que ver a una de mis mejores amigas y a mi hermano juntos.

Llegamos a la escuela y caminamos juntos hacia nuestros salones, y en el camino nos encontramos a Lucy.

-Hola, chicos – saludó Lucy.

-Hola, Lucy.

Mauricio y Reynaldo 2-A favor de pasar a la dirección- anunció la directora por la bocina.

Lucy y yo nos fuimos a nuestro salón a buscar a Sol, ahí estaba Sol sentada en su mesa banco al parecer acababa de llegar.

-Hola, Sol- saludamos.

-Hola- respondió con una enorme sonrisa en el rostro.

- Niñas ¿Me podrían ayudar a organizar mi fiesta?, ya ven que se acerca mi cumpleaños, bueno pues mi mamá me dijo que si quería hiciera una fiesta en la casa.

-Claro, Betina, supongo que será divertido-comento Sol.

-¿Cuando empezamos?- pregunto Lucy.

- Lo mejor será empezar lo más pronto posible, contando desde hoy sólo nos quedan 18 días, así que tenemos que darnos prisa.

-Si quieres comenzamos hoy mismo- propuso Sol.

-Si, estoy de acuerdo con Lucy- agregó Sol.

- Si, yo también.

Llego la profesora y como siempre nos puso mucho trabajo, no nos dejaba ni respirar, suena una exageración pero era cierto. La profesora dijo que quien terminara podría salir, así que me di prisa y cuando termine salí corriendo del salón, Mauricio y Juan me estaban esperando ahí afuera, me acerque a ellos, estaba ansiosa por saber que había sucedido.

-¿Mauricio que pasó?-

-Digamos que me van a suspender un día, iban a ser tres pero mi tío y los padres de Reynaldo se molestaron mucho y la directora decidió reducir el castigo..

-Bueno al menos sólo será un día.

Mauricio asintió, caminamos a la cafetería y en el camino les conté sobre lo de mi fiesta, ellos enseguida se ofrecieron a ayudarme en lo que necesitara, fuimos y compramos una rebanada de pizza y un jugo de naranja  para cada uno.

-Mauricio ¿Ahora su me dirás la razón por la que te peleaste con Reynaldo en las albercas?

-Nos peleamos por muchas cosas-

-mmm dime algunas de esas muchas cosas-

-Lo que paso con Sol, y me empezó a provocar como siempre, pero me dijo algo que me desconcertó mucho.

-¿Qué dijo?-

-Dijo que su papá se había asociado con mi papá para abrir una nueva empresa exportadora o algo así, pero te imaginas, si nuestros padres se asociaron tendremos que ver a Reynaldo más que antes.

-Mauricio no es para tanto.

-Claro que lo es...

Juan sólo nos observaba en silencio, y después se integro a la platica y estuvimos hablando un buen rato sobre mi fiesta, no podía creer que ya fuera a cumplir dieciséis años, ya me sentía más grande, claro no tanto como Mauricio que ya tenía diecisiete.

El resto del día me la pase pensando en que tanto necesitaba para mi fiesta, además de a quien iba a invitar y detalles así, se me paso el tiempo tan rápido que no lo podía creer, sonó el timbre y salí del salón Lucy y Sol se fueron conmigo para empezar a organizar mi fiesta.

-Miren ahí va la manchada- gritó Reynaldo riéndose a carcajadas.

Enseguida supe que se refería a Sol, ella al escuchar eso se sintió mal.

-Reynaldo déjanos en paz, eres un tonto- le grite.

-Uy que miedo, Betina me grito- se empezó a burlar.

Preferí seguir caminando e ignorarlo, no quería que llegara Mauricio y se volvieran a pelear, cuando salí de la escuela con Sol y Lucy mi tío nos estaba esperando en el carro. Le explique que ellas me ayudarían a organizar la fiesta, y él estuvo de acuerdo, nos quedamos esperando un rato hasta que Mauricio llego y pidió permiso para ir a casa de Juan, mi tío le dijo que si, se suponía que Mauricio estaba castigado pero mi tío no era tan estricto como mi papa.

Llegamos a mi casa y comimos, estuvimos platicando un rato y después mis amigas y yo subimos a mi habitación para comenzar con la organización.

Buscamos en internet diferentes diseños de manteles, invitaciones y todo lo necesario, tardamos unas tres horas pero ya teníamos elegido todo, ahora sólo faltaba hacer los pedidos que llegarían en unos días.

Mi Corazón Te PerteneceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora