Mi Corazón Te Pertenece

CAPÍTULO VII - El Gran Día

Los próximos días no hice nada más que organizar y cuidar que no faltara nada, envié las invitaciones y ya estaba todo listo, mis padres habían llegado ya de su viaje como lo habían prometido; y tal y como Reynaldo se lo había dicho a Mauricio mi padre se había asociado con el suyo, por lo que me obligaron a invitar a Reynaldo, era lo peor que me podían pedir, seguramente Reynaldo iba a arruinar todo, aunque supongo que se tendría que controlar ya que sus padres estarían presentes.

Por fin mañana era el gran día, lo bueno era que ya todo estaba listo, mi madre me había ayudado a organizar algunas cosas, ya tenía lista también la ropa que me pondría, parecería una princesa lo único que me faltaría era mi príncipe, me pregunto si algún día encontrare a mi príncipe azul ,  ¿como será, donde estará? y muchas cosas más que no podre saber hasta que lo encuentre, hace mucho ya había hablado con mi madre sobre eso y ella me dijo que debía tener calmay que la persona indicada para mi llegaría a su tiempo, tengo mucha curiosidad en saber como se siente enamorarse de alguien y que esa persona te corresponda, aunque a la vez no quiero que eso me pase pronto porque en muchas ocasiones el amor aparte de hacerte feliz te hace sufrir. Para ser sincera creo que nunca me he interesado lo suficiente en un chico, en la primaria me parecían tontos y raros, y en la secundaria fue hasta tercero que empece a darme cuenta de que muchos de mis compañeros eran muy atractivos, pero ninguno logro robarse mi corazón.

Hasta este momento se me ocurrió pensar en que Reynaldo no me había molestado hace mucho, tal vez seria porque estaba demasiado ocupado haciéndole la vida imposible a mi hermano.

Lo mejor sería que ya me durmiera para estar lista para mañana, estaba muy emocionada.

-Feliz cumpleaños, Betina- escuche decir a mi familia, y enseguida me cantaron las mañanitas para que despertara.

Cuando abrí los ojos todos estaban alrededor de mi cama, después de un rato me felicitaron y me abrazaron, estaba muy feliz no podía comenzar este día mejor, cuando todos salieron de mi cuarto me metí a bañar para comenzar a arreglarme al parecer me había levantado algo tarde, no tardaban en llegar los invitados, y yo debía estar abajo para recibirlos.

Cuando ya estaba lista no podía dejar de mirarme al espejo, y es que enserio que mi vestido parecía de princesa, era color rojo, como la sangre, tenia un encaje hermoso, era de esos vestidos que van ajustados a la cintura pero que la falda cae suelta, me llegaba poco arriba de las rodillas y tenía una hermosa flor en uno de los tirantes; llevaba unos zapatos plateados muy brillantes, de plataforma plana,  y también llevaba un juego de joyería que incluía tres pulseras, un collar, un anillo y un par de aretes, que hacían el juego perfecto con los zapatos, mi cabello lo arregle en media cola, y cuando mi madre llego a ayudarme me lo rizo un poco, me puse un poco de maquillaje pero solo lo básico, me enchine las pestañas y me puse rímel y un poco de delineador  para hacer resaltar mis ojos, puse un poco de rubor sobre mis mejillas y un lipstick perfecto para mis labios, ahora si parecía una princesa por completo, ahora como ya lo había dicho antes solo me faltaba mi príncipe.

Mi madre me informo que algunos de los invitados ya me esperaban abajo así que decidí darme prisa, y aunque estaba muy nerviosa no quería hacerlos esperar más, baje las escaleras y no vi a nadie, seguramente todos debían estar afuera, camine y cuando llegue, ahí estaban todos, que al verme quedaron impactados, todos se acercaron, me felicitaron y me dieron un regalo, aun faltaban invitados seguro que no tardaban en llegar, a lo lejos pude observar que Juan estaba solo por lo que me preguntaba donde estaba Mauricio, me acerque un poco a Juan.

-Juan ¿Donde esta mi hermano?-

-Es que vino Lucy y le pidió que si podía hablar con él a solas y se fueron.

Al escuchar esas palabras supe de lo que se trataba Lucy le iba a decir a Mauricio todo lo que sentía por él.

-Gracias, Juan-