Capítulo 9

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Ian

Su nombre quemo en mi paladar por distintas razones y ninguna de ella era adecuada. —: Lucía endemoniadamente sexy en esa ropa. Tenía un aspecto que iba más allá de lo sensual; ella tenía esa aura oscura que te causaba intriga, que te cautivaba, que te hacía querer saberlo todo y al mismo tiempo no desearlo. Pero todo se opacaba en una nube gris con aquellas manos alrededor de ella. Una extraña ansia por quitar esas manos de su cuerpo creaba un eco de incertidumbre en mi interior. 

<<Qué estoy pensando...>> de ninguna manera. —Me regañe. No es asunto tuyo.

Pensándolo bien....sí si es asunto mío. Él supondría un obstáculo para mí si ella...y él.

<<Supongo que tendré que averiguarlo.>>

Dado que su compañía masculina resultó ser nada más y nada menos que el contrincante y "colega" de Siegel, no me resultaría difícil sacar algunos trapos.

Conforme me fui acercando la atmósfera se lleno de inquietud. Di unos pasos hasta quedar a lado de mi amigo.

—Ian. Siempre tan imprudente. ¿Es que no te enseñaron modales?

Siegel estaba siendo sarcástico.

—Y al parecer a ti no te enseñaron a formular preguntas directas. —conteste indiferente.

Por el modo en que Sarah se había enderezado supe que se tensó de sorpresa. Al menos ya somos dos.

El chico: Paul, cuadro los hombros y me miró con ojos fulminantes.

<<A mí tampoco me agradas.>> Le dije mentalmente.

—Parece que es innecesario presentarme —. Dije —Me has hecho los honores, Siegel. —Añadí sin dejar de prestar atención detalladamente a Sarah y las inquietas manos de su...lo que sea que fuese él. Ella se veía incómoda y nerviosa, ya era por él, por mi o por todo este numerito. Realmente no lo sabía con precisión.

— ¿Ustedes dos se conocen?—preguntó Siegel.

— ¿Lo hacemos, Sarah? —me dirigí a ella. Le haría hablar. Su silencio me mataba, me provocaba. Ahora yo incitaría sus instintos de acción.

—S-Sí—. balbuceó. —En realidad nos conocimos en el aeropuerto esta mañana. <<Yo diría que nos conocemos desde mucho antes. >>

Sonreí.

—Así que eres nuevo por aquí. —Paul habló.

Mi sonrisa se borró de mi cara.

Fije mi mirada en él.

—Puedes verlo así —.  Dije utilizando un tono agresivo. Vi furia en sus ojos, una que se guardaría por Sarah. Mientras tanto yo me divertiría mucho provocándole. Su pecho bajo bruscamente, buscaba calma en sí mismo.

Me dejo saber que conseguí sacar chispas al fuego. 

—Parece que va siendo hora del espectáculo—. Comentó Siegel buscando enfriar las cosas. Él era de esas personas que sabía cuándo intervenir. A veces odiaba esa parte de él. Me arrebataba toda diversión.

—Así es —. Mi amigo. Y no sólo eso.

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