9. Por acción u omisión, todo tiene repercusión

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Este capítulo contiene algunas pequeñas referencias a la saga de La Guerra de las galaxias. Si nunca has visto las peliculas... Bueno, pues que pena xD

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Ha pasado una semana desde que Milo y yo hablamos por última vez.

Estos días lo he estado evitando deliberadamente. Me levanto más temprano en la mañana y salgo al colegio antes de que exista siquiera la mínima posibilidad de encontrarme con él en el camino. En los recreos suelo esconderme dentro del salón o en el baño de las chicas.

Dora me acompaña en cada momento, y a pesar de que cada dos por tres me pregunta sobre lo que ha pasado, sé que entiende cuando no suelto palabra.

Aquel día mi conversación con Milo terminó de forma abrupta. Recuerdo haberme sentido demasiado decepcionada por algo que era desmesuradamente obvio.

Si apenas se enteró de mis sentimientos, ¿cómo es que iba a pedirme ser su novia?

Aunque sigo sin entender por qué no me dijo nada. De eso tendríamos que haber hablado, sin embargo terminé huyendo para que Milo no viera cuan afectada estaba.

Por eso tampoco deseo contarle todo a Dora, me siento un poco tonta por mi manera de interpretar las cosas.

Mamá nota que estoy rarita; al principio pude disimularlo un poco, pero con el pasar del tiempo, fue volviéndose cada vez más difícil.

Una noche, cuando ya estoy en mi cama pero sin lograr dormirme, llaman a mi puerta.

—Cariño, ¿puedo pasar?Es mi padre.

—Claro papi Contesto sentándome. Él entra y enciende la luz, se acomoda a los pies de la cama y me sonríe como solo un padre puede hacerlo.

—¿Cómo estás mi pequeña padawan? Pregunta. Sí, ahora saben su secreto, papá es un friki total, ama La Guerra de las Galaxias y siempre que puede, lo demuestra.

Quiero decirle que me encuentro de maravilla, pero las palabras se atascan en mi garganta. No puedo fingir con él. Me observa sin decir nada y abre sus brazos en una clara invitación. Sin dudarlo me lanzo hacia él y comienzo a llorar.

—Tranquila, princesa Me arrulla acariciando mi cabello.

—Soy... una... tonta Le digo entre sollozos ¿por qué no hablé con él... desde un principio? Y ahora... no hago más que evitarlo— continúo¿Dejaremos de ser amigos?

Mi padre me toma por los hombros y me dirige una mirada seria.

— Escúchame bien, pequeña Comenta en tono grave Primero, tú— Me apunta con su dedo no fuiste, no eres ni nunca serás, una tonta. Y aquél que diga lo contrario tendrá que vérselas conmigo. ¿Entendido?

Asiento abriendo los ojos de par en par.

—SegundoContinúa con gesto adustoSi ese niño bonito aún no ha notado cuanto vales, entonces no merece la pena que llores por él. ¡Pero!... Y esta vez me sonríe Si aun así sigues queriéndolo y deseas que siga formando parte de tu vida, entonces debes dejar de esconderte y enfrentarlo.

— ¿Cómo? Le sonsaco totalmente perdida.

—Haz que se enamore de ti Finaliza guiñándome un ojo.

***

Papá ha sembrado una idea en mi cabeza. Tengo que hablar con Milo y dejar de ser tan llorica.

Si pudiera quererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora