Ingreso al instituto en menos tiempo del que juzgué posible.
A esta hora casi todos se han ido excepto por aquellos que son integrantes de algún club.
Me dirijo al gimnasio pensando únicamente en encontrar a Milo de inmediato.
Camino apresurada, sin detenerme a pesar de que dos chicas me saludan e intentan entablar una conversación conmigo.No puedo distraerme, soy como Schwarzenegger intentando asesinar a Sarah Connor en la primer película de Terminator. Solo que yo no soy una maquina homicida ni Milo una damisela en apuros. Bueno, o eso es lo que creo...
Da igual, lo importante es que ya estoy aquí.
Entro con cuidado debido a que el entrenador Fisher es muy paranoico cuando se trata de aquellos que no pertenecen al equipo. Dice que podrían haber espías de otras escuelas que buscan anticipar las jugadas y estrategias que él ha creado con tanto esmero.
Y por esa razón es que nadie puede presenciar las prácticas. En teoría.
Apenas traspaso las puertas, me escondo tras las gradas. Allí es donde suelen meterse los estudiantes que no quieren ser descubiertos. Quedo agazapada entre las bancas, intentando no tocar demasiado a mí alrededor. El suelo está pegajoso, hay pedazos de goma de mascar pegados en todas partes que todavía siguen frescos. También hay un olor extraño, pero definitivamente no quiero descubrir de dónde proviene.
Milo está jugando junto a Jeremy, puedo verlos aún desde el lugar donde me encuentro. Repaso mentalmente diferentes formas de enfrentar al primero y preguntarle qué rayos somos.
Saben, ahora que estoy pensando las cosas en frío, no sé si tenga el valor de hacerlo. Tengo miedo de oír la respuesta y que ésta no sea de mi agrado.
¿Y si Lisa tiene razón?
No. De todas formas voy a preguntarle, tengo que saberlo.
Me debato internamente. Que sí, que no, que sí, que no. Y sin darme cuenta los chicos toman un breve descanso. Jeremy, Milo y tres más, se sientan frente a las gradas en las que me encuentro oculta.
Es el momento para revelar mi escondrijo. Acerco mi mano a la espalda de Milo cuando uno de los muchachos habla.
—Hey Noboa— Dice, creo que su nombre es Evan, no lo sé con exactitud, no va a mi curso. — ¿Así que Ema es tu novia?— Bueno, al parecer él sí me conoce.
Retrocedo y aguanto la respiración, al parecer no será necesario que yo pregunte. O eso pienso hasta que me doy cuenta de que Milo no responde.
— ¿Noboa? ¿Por qué no dices nada? ¿Acaso te comió la lengua Tassone? — Pregunta con picardía.
—Ema y yo no... —Comienza explicar con voz extraña— Ella no es mi novia.
CRACK.
¿Escucharon eso? Fue mi corazón rompiéndose.
—Bueno, gracias por aclararlo—Todos se sobresaltan y miran detrás suyo.
— ¡¿Ema?! — Exclama Milo asombrado— ¿Qué haces aquí? — Cuestiona ansioso.
—No te preocupes, ya me iba— Le contesto de forma monótona. Me siento rara, como entumecida. No estoy enojada, ni triste, ni furiosa. No estoy nada. Empiezo a alejarme de ellos, sin mirar a ninguno en particular.
— ¡Ema, espera! — Me grita Milo. Lo ignoro y sigo caminando— ¡EMA!
Oigo como intenta alcanzarme, pero el entrenador lo detiene.
ESTÁS LEYENDO
Si pudiera quererte
Fiksi RemajaLuego de tres años de caminar juntos hacia la escuela, he decidido que es tiempo de declarar mis sentimientos a la persona que me gusta. Novela registrada en SafeCreative. Código de registro: 1602076462639