Capítulo 16: Matar o morir.

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POV Rose

- ¿Mamá? –

Rara vez llamaba de esa forma a Janine pero es que habían pasado tantas cosas que no pude evitar sentirme como la niña que a los 5 años lo único que quería era ver a su mami y abrazarla para que la convenciera de que todo estaría bien en el mundo. En verdad necesitaba saber de mis amigos, mi familia, y ahora no sólo sabía de ellos sino que los tenía aquí frente a mí, sólo falta una persona. Aflojé el abrazo con el que estaba a punto de asfixiar a Janine y me separé lo suficiente como para poder echar un vistazo a lo largo de la habitación, cuando no encontré a quien buscaba, no me quedó más remedio que preguntar.

- ¿Y Lissa? ¿Dónde está? –

Se miraron unos a otros y después todos se volvieron hacia dónde estaba Abe, él sólo carraspeó un poco antes de verme y comenzar a hablar.

- Verás pequeña, la reina Vasilissa no ha podido venir, como sabrás en su posición no le es posible simplemente decir, "tengo mejores cosas que hacer así que me tomaré unas vacaciones" por eso, ella tuvo que quedarse en La Corte, pero te mandó besos y sus mejores deseos.-

Me entristecí y maldije mentalmente una y otra vez al idiota que había convencido a Lissa de que era buena idea la de ser reina, me retracté enseguida, cuando recordé que esa idiota había sido yo, yo y mi gran bocota. Claro que no me equivoqué, ella era la mejor y obviamente su lugar era en La Corte pero, si hubiera sabido que ser reina le impediría estar junto a mí en estos momentos, quién sabe, tal vez hubiera intentado sobornar al consejo, bueno hubiera pedido a Abe que sobornara al consejo, ahora sólo me quedaba aguantarme.

- Ok, supongo que es lo mejor, qué harían los moroi si además de quitarles a sus mejores guardianes también secuestráramos a su reina. Bueno, bueno y ¿ustedes no piensan saludarme como es debido? –

Como contestación, Eddie, Mikhail, Christian y Mia se lanzaron hacia mí, me hubieran derrumbado si Dimitri no se hubiera interpuesto entre ellos y yo, en verdad que se tomaba en serio eso de cuidarme. Mis cuatro amigos se quedaron pasmados unos pasos delante de Dimitri claramente sorprendidos de su reacción, la cara de mi sexy ex mentor pasó del miedo al enojo y después a la comprensión en menos de veinte segundos, tomó una larga inhalación y cuando se calmó por completo habló con ellos.

- Lo siento chicos pero, como ya les habrá dicho Abe, Roza está embarazada y hace poco estuvo bastante delicada, agradezco que todos ustedes estén aquí y créanme que no voy a ser el tipo sobreprotector que crea una burbuja para que nada ni nadie pueda tocar a su familia pero, por favor, les pido que sean un poco cautos en cuanto a sus juegos y bromas, no quisiera llevarme otro susto. –

La manera en la que dijo aquello, con total y completa sinceridad, hizo que comprendieran la situación, se relajaron enseguida y sonrieron, miraron a Dimitri como asegurándole que habían captado el mensaje, mi Dios ruso se hizo a un lado y ahora sí, vinieron los besos, abrazos y enhorabuenas. El último en acercarse fue Adrián, se veía igual que la última vez, sólo que parecía mmm sobrio, sí, estaba totalmente consciente, cuando me enteré que Sidney lo había hecho entrar en razón se me hizo bastante difícil creerlo pero verlo con mis propios ojos, bueno, eso le daba otra dimensión a las cosas, me sentía feliz por ambos, mi amiga por fin había superado su miedo-repulsión hacia dhampir y moroi y en el proceso había encontrado el amor, por su parte, Adrián al fin se había dado cuenta del porqué nosotros no funcionamos como pareja, simplemente había alguien más destinado para nosotros.

- Así que ¿un rusito, pequeña dhampir? Si ya decía yo que todo eso de "los nuevos mentores de la Academia San Vladimir" sólo eran excusas para tener tiempo a solas.-

Nada es eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora