POV Rose
Llegamos a la sala y todos mis amigos estaban presentes, sonrieron al vernos entrar pero no fueron capaces de ocultar su nerviosismo, Dimitri y yo fuimos a sentarnos en el sofá en el que también estaban Mikhail y Karp, después de unos minutos aparecieron Abe y Janine, se veían muy extraños, por un lado su preocupación era evidente pero por otro se les notaba felices, demasiado para mi gusto, además estaba el pequeño detalle del brazo de Abe rodeando la cintura de mi madre. Se dieron cuenta de que los observaba e inmediatamente se alejaron, alguien iba a responder algunas preguntas cuando termináramos este asunto. La primera en tomar la palabra fue mi madre.
- Qué bueno que ya todos estén aquí, tenemos noticias importantes. La reina Vasilissa ha informado al Consejo sobre el embarazo de Rose.-
El silencio absoluto hizo presa de la habitación, listo eso era todo, ahora todos sabían la verdad. ¿Qué pasaría ahora? Había tantas cosas que deseaba preguntar, sin embargo no encontraba el modo de hacerlas, la sorpresa había robado toda idea de coherencia de mi cerebro. Afortunadamente tengo un ruso que puede leerme la mente.
- ¿Y qué sucedió? ¿Cómo reaccionaron?-
Janine miró a Abe y este siguió con la explicación aunque hubiera deseado que no lo hiciera.
- Digamos que no muy bien. La mitad del Consejo liderado por Zeklos se puso en contra de que protejamos a Rose. De hecho creen que la mejor y única alternativa válida es...-
El rostro de Abe palideció y, por primera vez, pude ver en mi viejo un sentimiento que nunca hubiera conectado con él: impotencia.
- Asesinarme.-
- No lo permitiré, nadie va a lastimarte Roza, ni a ti ni a nuestra hija.-
- Tranquilo Belikov, no dejaremos que pase, no eres el único que las quiere fuera de peligro.-
Sí esta era mi familia, los 2 hombres más importantes de mi vida, aunque pronto serían 3 por más que ellos creyeran que sería una niña.
- Además la otra mitad del Consejo está de nuestro lado, le mostraron su lealtad a la Reina, también contamos con la mayoría de los dhampir, Alberta consiguió su apoyo pero por el momento hay una crisis.-
- ¿Qué clase de crisis viejo?-
- Zeklos y sus secuaces han comenzado a sembrar la discordia entre las familias más influyentes y han conseguido suficiente apoyo como para pedir la renuncia de Lissa.-
- ¿Qué? ¿Están completamente locos? Lissa es la mejor Reina que hemos tenido. No existe nadie más capaz que ella pero ¿qué diablos tienen en la cabeza?-
Era increíble, como un idiota como Zeklos había sido capaz de llegar tan lejos, todo por ambición y poder. Y todos los que lo apoyaban ¿qué no se daban cuenta que mi bebé era nuestra mejor oportunidad? Strigoi, moroi radicales y encima burócratas ardidos, era demasiado para mi mejor amiga, no podía estar sola en estos momentos, debía encontrarla.
- Necesito ver a Lissa.-
Me puse de pie y prácticamente corrí a la salida, estaba desesperada, me imaginaba cómo se encontraría en ese momento con todo lo que tenía en contra y lejos de Christian y de mí. Por San Vladimir, tenía que verla. Escuché varias voces gritando mi nombre y diciéndome cosas diferentes pero no presté atención a ninguna de ellas, no pensaba con lógica, tenía únicamente una meta, ver a mi amiga, saber cómo estaba y consolarla. Era el plan hasta que sentí unos fuertes brazos rodeándome.
- Dimitri tengo que hacerlo, no puedo dejarla sola.-
- Roza, ella no está sola, ya escuchaste a Abe, tiene apoyo de muchas personas y te lo dijo en su carta, recuerda, debes ser fuerte, por ella, por ti, por mí y por nuestro hijo. Roza por favor.-
Su voz era suplicante, lo estaba lastimando, él estaba haciendo todo por protegerme y yo a la primera señal de problemas quería salir corriendo en dirección al peligro. Era mi naturaleza, proteger a los moroi, particularmente, a Lissa. Pero tenía que detenerme, en esta ocasión debía respirar profundamente y confiar, era todo lo que me quedaba, confiar en que todo tomaría su correcto lugar al final.
Me volteé y quedé frente a frente con mi Dios ruso, lo abrasé con todas mis fuerzas y comencé a llorar, estúpidas hormonas.
- Lo siento Dimitri, es mi instinto, me dice que debo correr a cuidarla pero tienes razón, debo ser fuerte.-
- Tranquila todo estará bien, ya lo verás, Lissa es astuta y valiente, sabrá qué hacer.-
- Lo sé.-
Cerré los ojos y me dejé llevar por el aroma tan tranquilizador de mi gran amor, comenzaba a calmarme pero seguía deseando desesperadamente saber algo de Lissa. En ese momento sentí a mi mente despegarse de mi cuerpo y ya no estaba ahí junto a Dimitri sino rodeada de gente a los que pude reconocer como miembros del consejo, estaban en el despacho de Lissa. "Espero que Rose no se tome mal la noticia, Rose te extraño". Un momento ¿Lissa? era ella, era nuestra antigua conexión pero ¿cómo era posible?
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Nada es eterno
FanficLas cosas en el mundo de los moroi van cada día mejor, la nueva reina, Vasilissa Dragomir, ha demostrado que juventud no es sinónimo de ineptitud y es que en poco tiempo se ha colocado ante la vista de muchos como la mejor gobernante, en compañía de...