Sentía que el corazón se me iba a salir de lo rápido que latía, abrí los ojos al instante de sentir el frío salpicar en mi cara, mi rostro estaba empapado de agua.
-¡MAMÁ! ¿QUÉ DEMONIOS TE PASA? - la almohada estaba mojada y podía sentir los trocitos de hielo.
Odio el agua fría, y más si me la echan en la cara.
-Te lo advertí anoche, ¿Pensabas que era broma? - me lanzó una toalla en la cara mientras reía entre dientes.
- ¡Pues no pensé que lo harías de nuevo! - tomé la toalla y sequé mi rostro con ella, había quedado completamente mojada del cuello para arriba.
-Ya es tarde, arréglate y luego limpia este desastre, las sábanas quedaron llenas de agua - dijo con una sonrisa vacilante - Cuando termines baja que ya está listo el desayuno, hice huevos revueltos y hay jugo de naranja - agregó y finalmente salió de la habitación.
Oh, qué genial, aparte de despertar temprano tengo que limpiar un desastre que yo no causé. Qué bonita forma de empezar el día.
Me di una ducha rápida con agua caliente, ya que tenía mucho frío. Me vestí con unos blue jeans rasgados y una camisa de cuadros, decidí dejarme el cabello suelto, había amanecido con unas hondas bonitas ya que dormí con una trenza.
Al terminar de arreglarme, decidí bajar a la cocina para desayunar con mi mamá, me sentía hambrienta.
Mi madre es la más hermosa, sé que generalmente todos decimos que nuestra madre lo es, pero ella sí que lo era. Tiene el cabello castaño claro y rizado, ojos de color miel y unas pestañas larguísimas que hacen que sus ojos se vean más hermosos de lo que realmente son. A pesar de ser una señora de cuarenta y tantos años, tiene una muy bonita figura.
- ¿Emocionada por conocer gente de la cuidad? - preguntó mi madre mientras me servía el jugo de naranja.
- Emocionada no, nerviosa -respondí.
- Si estás así de nerviosa por una junta de vecinos, no imagino cuando empieces a estudiar a partir de mañana - dijo, bufé.
Rayos, tenía mucha razón.
- No es para tanto mamá - dije mientras le daba un sorbo al jugo, la naranja estaba ácida por lo que me hizo fruncir el ceño - sé que puedo ser un poco odiosa, tímida, introvertida y a veces torpe, pero... - me llevé la mano a la cabeza - Olvídalo, será horrible.
- No digas eso Eli, piensa positivo - dijo con una sonrisa de oreja a oreja, se notaba forzada - Puede que conozcas a un chico bueno y hagas amigas - se acercó aún más a mí y tomó mi mano - Sé que es difícil, pero trata de congeniar más.
Si, seguro mamá. Y apenas llegue al instituto chocaré con un chico lindo quien tumbará mis libros y luego al ayudar a recogerlos me sonreirá y luego nos casaremos, tendremos hijos y seremos felices para siempre. Seguro que pasará eso.
Nótese el sarcasmo.
Después de ayudar a lavar la losa, salimos de la casa y recorrimos la urbanización buscando la dirección que habían dejado los vecinos, donde sería la reunión. Después de recorrer cinco minutos en absoluto silencio, llegamos a una plaza, donde había un parque y muchas sillas, todo muy bonito y lleno de gente.
Demasiada gente para mi gusto.
- Supongo que es aquí - dije mirando a mi alrededor.
- Si, pero no te pongas nerviosa y se cortés Eli, por favor - gruñó.
- Siempre lo soy -bufé.
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De polo a polo.
RomancePolos opuestos se atraen, ¿Mito o realidad? Para Elizabeth Parker su vida ha sido corriente, monótona y aburrida. Pero de un momento a otro, tras conocer a un chico arrogante, misterioso, insufrible pero realmente encantador, su vida da un giro de c...