Capítulo 17

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Al rato de que Greyson se fue, subí a mi habitación a descansar. Ya me dolía la cabeza de tanto pensar, así que para despejar mi mente decidí dar un paseo por la residencia.

Tomé mi suéter gris y bajé para salir, la noche estaba fría y el cielo estrellado.

Me encantan las estrellas.

Mientras caminaba podía sentir el viento que rozaba mis mejillas, tornandolas frías, y un escalofrío recorrió por todo mi cuerpo.

¿Por qué salí en vestido?

Ya llevaba media hora caminando, en esa media hora pensé muchas cosas, sobre Grey, Jace, lo que había sucedido ayer, y hasta en Megan y lo raro que me parecía que fueran hermanos. Llegué a la conclusión de que en este momento no quería estar con nadie, no quiero que las cosas cambien con Greyson o ilusionarme con Jace teniendo en cuenta como es él.

¿Cómo es posible que Jace se haya metido en el baño de mi casa con Bárbara justo después de invitarme a cenar? ¿Tan mala compañía soy? Que se puede esperar de un hombre así.

A esta hora el clima decide ponerme nostálgica y la noche frágil. Es como si quisiera huir y desaparecer por una semana hasta que se me olvide todo, pero lo malo de estar solo y no tener amigos verdaderos es cuando quieres huir y no sabes para donde, ni con quien...

Me senté en un columpio y empecé a mecerme. Siempre me han gustado los columpios, creo que tendré cincuenta años y aún así los usaré y correré si encuentro uno desocupado.

Mientras me columpiaba escuché el sonido de una motocicleta y miré a todos lados para ver de donde provenía.

no puede ser - pensé.

Me levanté rápidamente del columpio y caminé lo más rápido que pude para irme a mi casa, pero mientras caminaba, bueno, prácticamente estaba corriendo, escuché una voz detrás de mí.

- Por caminar tan rápido es que terminas con un tobillo torcido - dijo, al escuchar su voz ronca voltee y lo vi sentado en su moto.

- ¿Qué quieres Jace? - pregunté y seguí mi camino.

- ¿A dónde vas tan apurada, torpecita? - dijo mientras me seguía el paso con su moto.

- Ese no es tu problema - dije y empecé a caminar más rápido.

- ¿No te da miedo caminar por ahí tan solita a estas horas?

- Sé cuidarme sola.

Escuché a mis espaldas que Jace se bajaba de la moto y la dejaba estacionada a la orilla de la acera.

- ¿Puedes esperarme? - preguntó mientras trotaba para alcancarme, al escucharlo me quedé quieta y logró seguirme el paso.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Nada, sólo quería acompañarte hasta tu casa - dijo.

- Te dije que sé cuidarme sola, quería estar sola.

- ¿Te pasa algo? - preguntó, ya habíamos llegado a mi casa.

- No, estoy bien. Además ¿Por qué te importa como esté?

- No dije que me importara, sólo pregunté - dijo.

Idiota -pensé.

Saqué las llaves de mi casa y al intentar abrir la puerta Jace la empujó para cerrarla. Su brazo quedó  muy cerca de mí, trancandome el paso, a lo que él se acercó más a mí, pero está vez quedando tan cerca que podía sentir su respiración en mi cara.

Que estuviese tan cerca de mí me hizo estremecer, ojalá no se haya dado cuenta, me estaba mirando fijamente a los ojos, sin sentir pena alguna, se acercó un poco más, ya no aguantaba los nervios, sentía que el corazón se iba a salir de mi pecho.

De polo a polo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora