Capítulo 1

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—¡Papá no!— Grité indignada.

—No puedes hacernos esto.—Dijo Marcus negando con la cabeza.

Habíamos estado todo el día tratando de hacer a nuestro padre cambiar de opinión, pero no hemos podido.

—Vamos chicos, sólo son cuatro años.—Suspiró mi papá por milésima vez.

—¿Solo? ¿¡Solo!? ¡No nos puedes alejar de lo que queremos!—Gritó Andrew.

—Papá, ¿qué es lo que no entiendes?—Preguntó Brent. —No queremos mudarnos.

—A menos que se queden con un adulto responsable, no se quedarán solos aquí.—Sentenció mi madre.

—Mhm...—Pensé.— ¡Ya se! Tenemos un hermano de veintidós años, muy responsable, que nos puede cuidar, ¿Verdad que si puedes, Andrew?

Todos mis hermanos de unieron a mi petición. Éramos cinco. Andrew era el mayor, luego venia Marcus, Brent, yo y Jonathan.

—Supongo que sí, pero necesitaré que ustedes colaboren con el orden de la casa, el cuidado de las cosas,..—Enumeró con sus dedos.

—Sí, si claro.— lo interrumpí.— ¿Podemos?—Hice puchero. Mis hermanos me siguieron el gesto.

—¿Qué opinas querida?—Le pregunto papá a nuestra madre.

Entonces, luego de un largo discurso sobre cosas aburridas que no relataré, se aclaro todo y acompañamos a mis padres al aeropuerto, nos despedimos, y volvimos a casa en el taxi que nos había traído.

Dos semanas después la casa era un desastre pero, como siempre, Marcus trataba de limpiar lo que podía, pero siempre se volvía a ensuciar. A las doce de la noche, después de cenar las sobras de la pizza del mediodía, subí a mi cuarto y me acosté.

A la mañana siguiente me levante, me bañe, me peine, deje mi cabello suelto, me maquille muy simplemente y me vestí; me coloque una blusa turquesa y un jean denim con unas zapatillas Vans.

Baje y ya, mágicamente, se habían hecho las siete.

—¡Andrew! ¡Ya me voy! —Grité desde la mitad de las escaleras.

No escuché respuesta así que simplemente me fui.

Agarre las llaves de mi carro y fui rumbo al McDonald's donde me compre un late y fui al Instituto llegando a las siete y cuarenta y cinco, con quince minutos de sobra para entrar.

En la entrada me encontré con Daphne y Carrie mis mejores amigas.

—Hola, Al.— Me saludo al llegar a su lado, Daph.

—Amigas, ¿No notan algún cambio en mi?— Se los pregunte a propósito, ya que ambas estaban mirando atentamente sus móviles y seguramente no habían notado mi crucial cambio.

Ambas subieron rápidamente sus cabezas y abrieron la boca sorprendidas.

—Mis veinte dólares, Daphne.— Carrie sonrió malévola, y la observó sacar el dinero lentamente.

—¿Apostaron?— Pregunte confundida.

Daph suspiro y agrego;—Carrie decía que no aguantarías más del verano rubia. Y yo estaba casi segura de que no te lo ibas a sacar, pero parece que perdí.

Reí.

—Extrañaba el negro.

Después de charlar un poco más y de ponernos al tanto, de lo sucedido en la semana de vacaciones que nos dieron ya que él instituto estaba en remodelación, nos dirigimos a nuestras respectivas clases.

En el salón me senté junto con Carrie y Daphne estaba unos bancos más atrás con Luke, su supuesto "amigo". Digo esto entre comillas, ya que realmente ambos se gustan, pero ninguno es lo suficientemnte valiente como para aceptarlo.

El profesor entró a la clase haciendo que se escuchará nada además de un inevitable silencio.

—Buenos días alumnos.— Comenzó.— Hoy vamos a ver...— y no le preste más atención.

Me pasé toda la clase hablando con Carrie en susurros, burlándonos del profesor de Biología, y riendo de cualquier pavada. Al pasar la hora, salí del salón, me dirigí hacía mi taquilla y guarde mis cosas de la hora pasada.

Al acabar el día, lleve a las chicas a su casa, y cuando estaba por ir a camino a casa mi móvil sonó en mi bolso, atendí la llamada, era de Brent.

—¿Qué pasa, B?— Pregunté girando a la derecha.

Escucha Alessia, necesito que me pases a buscar por un lugar, es urgente. Te pasaré mi dirección por mensaje.

Y colgó. Extrañada abrí mis mensajes cuando sonó el tono y vi la dirección. No quedaba tan lejos. Maneje hasta allí y me di cuenta que era un centro de baile. ¿Brent en un centro de baile? Esto será interesante. Minutos después, un Brent envuelto en harina y huevo, se subió a mi auto.

—Wow, ¿Qué te pasó?—Pregunté riéndome a carcajadas. Era muy cómico.

—Él estúpido de Zack me hizo esto por aprobar Historia. Y se llevó mi auto.— Se cruzó de brazos y hizo un puchero con sus labios.

Zack era uno de los mejores amigos de mi hermano. Nunca lo había visto ya que trató de evitar a los amigos de mis hermanos. Ni siquiera deben saber que tienen una hermana mujer.

Continúe riéndome todo el camino, hasta que llegamos a casa, con Brent quejándose a mi lado.

N/A:

Hola, primero de todo siento haber borrado la historia sin decirles nada antes, pero de verdad quería mejorarla y hacerlo con tiempo. Prometo que va a estar mucho mejor, con menos faltas de ortografía y cosas extras agregadas.

Saludos.

El amigo de mi hermano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora