Octubre
Hace mucho que no tenía pesadillas, pero esta noche fue una excepción. Desperté tres veces asustada y traté de quedarme dormida las dos primeras, la última finalizó a las siete de la mañana, por lo que decidí levantarme y dejar la tortura que realizaba mi mente. Me coloqué el traje de baño y tomé mi toalla para bajar hasta la piscina temperada.
Desde que me había instalado en el nuevo departamento había vuelto a practicar la natación, deporte que dejé cuando comencé la universidad. Recuerdo que entrenaba tres veces a la semana y que siempre tenía como objetivo disminuir los tiempos. No quería ser la mejor, tampoco competir en los juegos olímpicos, sólo distraerme un poco y hacer el ejercicio que se requería.
Miré mi reflejo en el agua, parecía triste, distraído, sin ánimos. Hoy es diez de octubre, mi cumpleaños y, por lo tanto, el de Katy. Me lancé al agua y nadé lo más rápido que pude, esta vez no estaba mi hermana para medir mis tiempos. Di la vuelta y me impulsé con los pies para retomar con un nado mariposa, me sorprendía como mi cuerpo y mente recordaban esas cosas. Al principio, mis movimientos eran torpes, pero luego de un tiempo mi cuerpo fue reaccionando más ágil.
Llegué al otro extremo y respiré rápido, tratando de oxigenar mis pulmones, luego disminuí la frecuencia para que mi corazón se relajara y pudiera dar otra vuelta.
El tiempo volaba cuando estaba en la piscina, no me percaté de lo atrasada que estaba para la ceremonia. Me di una ducha rápida y me puse el vestido que había reservado para esta ocasión, sequé mi cabello y luego lo ordené en un moño para verme más formal.
Mi automóvil me esperaba en el estacionamiento subterráneo que tenía mi número de departamento, su color rojo oscuro me enamoraba, tal y como la primera vez que lo vi. Desde que había conseguido trabajo en Santiago, donde mi sueldo era mucho mejor que en Puerto Montt, mi estilo de vida había cambiado un poco, podía darme algunos gustos como este maravilloso coche.
Conduje rápidamente hacia mi antiguo hogar. Mi madre había organizado una ceremonia para hacerle honor a la memoria de mi hermana en su cumpleaños, no podía llegar tarde.
Durante la luz roja, un flash back vino a mi mente: una imagen de Katy y yo, celebrando nuestro cumpleaños número quince, juntas.
Puse la música más fuerte para no dejarme llevar por mis sentimientos, después de todo habían pasado más de seis meses y mis heridas ya debían sanar. En cuanto el semáforo dio verde, aceleré.
─ ¡Natalie! ─mi madre me abrazó con fuerza y besó mi mejilla de una manera muy especial, pero las palabras no pudieron salir de sus labios.
Le sonreí porque comprendía que ella no quisiera celebrar un día como este, en que su hija fallecida había nacido. Jocelyn corrió rápidamente hacia mí y no tuvo miedo de decir ''feliz cumpleaños'' en mis brazos, me besó en la mejilla y obsequió una flor de papel que ella misma había hecho.
─Es hermosa. ─dije con una gran sonrisa.
─Estoy aprendiendo a hacer origami. ─dijo muy orgullosa de su trabajo.
─Bien hecho. ─me sentí feliz de que mi hermanita lograra distraerse con nuevas actividades.
Desvié la mirada hacia el frente, casi por inercia, y me encontré con aquel hombre que me daba escalofríos. Su atuendo era mucho más formal que la última vez que nos habíamos encontrado: Pantalones negros, camisa blanca y corbata negra. Su cabello estaba más corto y su rostro perfectamente afeitado. Sus ojos oscuros encontraron a los míos y sonrió de esa manera que me asustaba, era el demonio en persona.
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Desobediente
General Fiction''Quiero que te resistas, que rompas mis reglas, que me digas ''No''. Aunque no lo creas, Natalie, quiero que me desobedezcas.'' Entra para leer el resumen. Portada original para su publicación diseñada por @TylerEvelynRood. Novela destacada oct...