Capítulo 16

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─ ¿Conoces a este hombre?

Negó con los ojos llenos de lágrimas.

─Katherine me pidió que lo dibujara y que te lo mostrara. ─habló de manera rápida, sus palabras se tropezaban entre ellas.

─ ¿Cuándo? ─estaba un poco alterada. Jocy sólo era una niña, no era correcto gritarle de esa forma. Respiré profundo y la miré a los ojos. ─ ¿Cuándo hablaste con Katy?

─ ¿No se lo contaras a mamá? ─preguntó angustiada.

─Será nuestro secreto. ─susurré

Ella asintió y secó sus mejillas.

─Anoche, en mis sueños.

Nos miramos a los ojos, Jocy jamás me mentiría con algo así, ella adoraba a Katherine, y no podía ser su imaginación, no existían tales coincidencias.

─Me dijo como dibujarlo y que te lo mostrara, que tú entenderías. ─se ocultó en mi pecho mientras lloraba desconsoladamente, su cuerpo temblaba. ─Tengo miedo, Naty.

─Tranquila, no dejaré que te hagan daño, no lo permitiré.

Abracé con fuerza a Jocelyn y traté de consolarla en medio de su llanto. Era sólo una niña, ¿Por qué tenía que pasar por todo esto?, ¿Por qué no podía vivir su vida como cualquier niño?

─ ¿Va todo bien? ─preguntó Elías desde el umbral de la puerta.

─Sí. ─afirme para tranquilizarlo. ─Ya bajamos. ─sonreí.

Él asintió comprensivo y se retiró para dejarnos solas unos minutos más.

No le comenté nada a mamá ni a Elías, no quería ponerlos nerviosos y preocuparlos más de lo que ya estaban por Jocy. Sólo tranquilicé a mi hermanita diciéndole que sus padres la protegerían y le aseguré que nuestro secreto no sería revelado, pero, todavía así, nuestra despedida fue difícil, Jocelyn preguntaba por qué no podía quedarme a dormir con ella y lloró pidiéndome que no la dejara sola. Mi madre le explicó que yo vivía en mi propia casa y que mañana debía ir a trabajar; mi corazón se rompió en mil pedazos cuando subí al coche y tuve que dejarla.

Era real, Mr. Hyde era real. Sentí que Katherine intentaba darme una señal de que este hombre no era parte de su paranoia, no era su imaginación, ni una mentira. Le estaban haciendo un daño físico real y eso la llevó al suicidio, Mr. Hyde era la razón de su muerte. Debía encontrarlo antes de que él me encontrara a mí, vengarme por todo lo que le hizo a mi hermana e impedir que siguiera haciéndole daño a más personas.

Pasé otra noche sin dormir. Almendra cambio su expresión de felicidad por una de preocupación cuando nos encontramos en la oficina. Me interrogó sobre posibles síntomas de resfriado, o si estaba alterada por algo en particular, pero negué todo. Nada de lo que estaba pasando tenía sentido, debía mantenerme en silencio.

Había guardado el dibujo de Jocy en mi bolso de mano. Parecía una locura que Katy le hablara a Jocelyn en sus sueños, pero necesitaba hablarlo con un especialista, alguien que vieran lo que mi hermanita dibujó. Tomé mis cosas y, sin decir nada, me dirigí a la consulta de Daniel. Él podría explicarme porque una niña de ocho años dibujaría a alguien que estaba en la imaginación de su hermana. Necesitaba que algo me confirmara que Mr. Hyde era real.

Al llegar, la secretaría me miró sorprendida, obviamente no esperaba mi visita. La única vez que nos habíamos visto, yo interrumpí una sesión de Daniel, por lo que no me extrañó que la chica estuviera atenta a mis movimientos.

─Buenas tardes. ─dije cortésmente. ─Sé que el doctor Ferrer está ocupado, pero ¿podrías informarle que Natalie Bórquez necesita verlo? Es urgente.

DesobedienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora