<< Desperté sobresaltada, otra vez había soñado con él bebé.
La luz del sol entraba por las cortinas de mi habitación, pero el lugar seguía con bajas temperaturas. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y me di cuenta de lo empapado que estaba mi pijama por el sudor.
Aún sentía un nudo en la garganta y las lágrimas recorrían mis mejillas de manera involuntaria. Me quedé un rato tratando de asimilar que todo había sido un sueño, que jamás tendría a ese niño entre mis brazos, pero eso me dolía aún más. No podía consolarme, nada me hacía sentir mejor o menos culpable. Katherine no dejaba de repetir que lo superaríamos juntas, que ni siquiera había pasado una semana y que la herida estaba fresca, pero yo sentía que jamás dejaría de doler.
Me levanté para darme una ducha, quizás mi hermana todavía dormía y no quería molestarla por un sueño repetitivo. Por suerte estábamos solas; mamá, Elías y Jocelyn habían ido unos días a la playa para distraerse de la ciudad.
El agua caliente me hacía sentir mejor, recorría cada rincón de mi cuerpo y relajaba mis músculos, se llevaba las lágrimas y sudor de una pesadilla que hería mi corazón.
Por otro lado, estaba Max, quien no había dejado de llamarme, mandarme mensajes y golpear la puerta de mi casa, no quería verlo por miedo a mi reacción, no quería llorar delante de él, no quería su consuelo ni su lastima. También lo culpaba por lo que hicimos, pese a que yo había tomado la decisión.
Sentí una punzada en mi vientre, como dolores menstruales que fueron aumentando rápidamente. Cerré la ducha y traté de salir, pero no podía moverme. Caí en la bañera y me percaté de la sangre que corría por mis piernas.
─ ¡Katy! ─grité lo más fuerte que pude. ─ ¡Katy!
Traté de ponerme de pie, pero el dolor era intenso y adormecía mis extremidades. Grité otra vez el nombre de mi hermana. Toqué mi entrepierna para verificar que la sangre provenía de ahí y mis dedos salieron cubiertos de ella.
La puerta se abrió de golpe y Katherine corrió hacia mí.
─Llama a una ambulancia. ─le dije en shock.
Sin pensarlo corrió hasta su habitación y buscó su celular. Volvió mientras esperaba a que respondiera emergencia.
─Mi hermana tiene una hemorragia. ─gritó a la persona del otro lado. ─No lo sé...
Estaba desesperada, al igual que yo. No sabíamos que estaba sucediendo y que tan grave era.
─Katy, es mi útero. ─dije casi sin voz.
Ella me miró y comenzó a explicarle al telefonista.
Me sentí mareada, la luz me molestaba en los ojos y escuchaba la voz de mi hermana muy lejos.
─ ¿Naty? ─gritó. Fue lo último que escuché. >>
Desperté con la respiración entrecortada, asustada por como los recuerdos habían invadido mis sueños, había revivido cada momento a la perfección, como si todo hubiera ocurrido ayer.
Me incorporé confundida, al abrir los ojos tuve la sensación de que estaba en mi cama, pero aún seguía en la habitación de Daniel, tan mate y poco iluminada como la recordaba. De día lucía igual que de noche; apagada.
Mi ropa estaba donde la había dejado, así que me vestí lo más rápido que pude, evitando los tacones para no hacer ruido al salir. Miré mis muñecas antes de ponerme el suéter, estaban peor que en la madrugada. Las rodeaba un hematoma morado oscuro que resaltaba sobre mi piel. Por suerte aún no era verano y podía seguir ocultándolas.
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Desobediente
General Fiction''Quiero que te resistas, que rompas mis reglas, que me digas ''No''. Aunque no lo creas, Natalie, quiero que me desobedezcas.'' Entra para leer el resumen. Portada original para su publicación diseñada por @TylerEvelynRood. Novela destacada oct...