Capítulo 15

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Los coches se detenían en el semáforo cuando estaba en rojo y continuaban su camino cuando daba el verde, observarlos era mi distracción, no quería sentirme intimidada por la mirada de Daniel. Sabía las preguntas que quería hacer, pero no como comenzar, después de todo lo que había sucedido no podía hablar sin pensar en sus manos tocándome.

─Mencionaste a Katherine. ─dijo con su expresión seria y formal, esa de Psiquiatra.

Mis músculos se relajaron y respiré al fin, Daniel no tenía otra intención ahora, no esperaba mi respuesta o que termináramos en su casa, sólo quería escucharme como el doctor que era.

─He estado leyendo su diario. ─dije atemorizada al recordar las palabras de mi hermana. ─Hay algo... Extraño.

En ese momento, llegó la chica del servicio con mi cappuccino y el café expreso de Daniel, dejó unos pastelillos en el centro de la mesa y le sonrió de manera muy amigable a Daniel, tal y como la vez anterior. Me sorprendí a mí misma sintiendo celos.

Esperamos que la chica se alejara lo suficiente para continuar.

─ ¿A qué te refieres?

─ ¿Te suena Mr. Hyde? ─tomé un poco de café para continuar. ─Katy habla de él en su diario.

─Es el personaje de un libro psicológico.

─Si, pero mi hermana lo menciona como un hombre real, alguien que le hace daño. ─mis ojos se pusieron llorosos y traté de respirar para no derramar las lágrimas.

─Nunca me contó algo sobre un hombre que le hiciera daño.

─Creo que empezó justo cuando ella dejó de ir a tus sesiones. Cuando la liberaste. ─dije mirándolo a los ojos.

─No sabía que aún escribía el diario. Era parte de la terapia y pensé que lo había dejado.

─Luego que interrumpió el tratamiento... ¿La volviste a ver?

─Si, un par de veces. Tu madre me llamaba cuando Katy sufría ataques de paranoia y no dejaba de gritar o de llorar.

Tragué saliva, esta vez no pude contener las lágrimas. Nadie me había contado sobre esos episodios.

─ ¿No notaste algo extraño? ¿Golpes, hematomas? ─tomé más café, esta vez para evitar alterarme, la ansiedad me salía por los poros.

─Nunca la examiné exhaustivamente. ─me observó por algunos segundos, de seguro notó que mis emociones estaban en un mar tormentoso. Tomó mi mano y besó su dorso, tal y como ese día en la boda de Emily, me sentí más relajada. ─Natalie, es probable que Katy haya leído el libro y que, en su paranoia, haya imaginado todo lo que te relata en su diario.

─Lo sé, pero... Siempre que algo no era real, se daba cuenta al escribirlo y me lo ponía como una Post Data. Ahora sólo me relata esas cosas horribles y está muy segura de ellas.

─Katherine estaba en una etapa muy avanzada de su enfermedad, es probable que luego de un tiempo no distinguiera la realidad de la ficción.

Suspiré y cerré los ojos. No me sentía aliviada, sabía que algo andaba mal, que Katy no mentía y que estaba siendo acosada y ultrajada por un hombre.

─A ella le gustaba los acertijos, como a mi padre. ─susurré.

─Tranquila, ahora ella está mejor.

No importaba lo que dijera Daniel, para mí Mr. Hyde era real y nada me haría cambiar de opinión.

─ ¿Pensaste en mi propuesta? ─dijo sacándome del trance.

DesobedienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora