Capitulo Uno

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Antes que todo un agradecimiento especial a Aleja_1205 por ayudarme con la edición de este capitulo, cualquier error culpen a ella xD. Nada mentira, pero sí muchas gracias por la ayuda con este capitulo. 

Bueno disfruten del capitulo...



-Al fin libre. –pronuncio en un suspiro cansado Ximena, cuando nos unimos las tres al ya salir de nuestras facultades, de reojo observo a algunos ir con unas sonrisas radiantes y a otros cabizbajos. Creo que no hace falta decir a quienes les ha ido bien en el examen final y a quienes les ha ido pésimo. Yo ni sonrío, ni estoy triste, me ha ido más o menos lo cual no me hace sentir orgullosa ya que pase con la justa. Pero en fin el próximo año espero que me vaya mejor. – Me siento tan bien, hasta podría ponerme a cantar esa estúpida canción de libre soy. –

Ximena se baja del borde de la pileta al casi caerse al agua, se alisa su vestido suelto blanco mientras juega con su mechón de cabello rojo. Sigue siendo la misma chica chistosa pero que se preocupa demasiado por su imagen, ya exagerando.

-No celebres mucho mujer que hemos pasado con la justa al siguiente semestre. –rueda los ojos la pelinegra –Paula- mirando su celular, un celular que dio inicio a una relación de la cual solo conservo como un bello recuerdo en mi memoria, he hecho exactamente lo que me ha dicho, he intentado olvidarlo aunque me ha resultado un poco difícil.- Sigo odiando a Adam, el muy puto se salvó de todo esto. –

-Yo debería odiarlo más pues era de mi facultad. –medio riño arqueando la ceja. El maldito de Adam se libró de dar este examen, fue uno de los dos que no lo tuvo de que dar por sus altas notas y ahora debe de estar en la casa con mi padre que tiene el día libre, viendo quizás alguna estúpida película mientras yo me encuentro con el cerebro frito. Los chicos pasan mirándonos, guiñándonos los ojos pues nos ha sido fácil convertirnos en las más populares de la universidad, somos el prototipo de los que la mayoría buscan para pasar el rato pero no somos de esas, bueno al menos Paula y yo pues Ximena la muy perra acepta casi con todos. Niego con la cabeza concentrándome únicamente en la pileta que hay, en esos dos enamorados de yeso que tiene en el centro abrazados, recuerdo quizás con algo de nostalgia aquel hombre del cual por mi bien intento no pensar en su nombre, en su rostro, en su sonrisa pero me resulta imposible. Vuelvo a sacudir la cabeza al darme cuenta la dirección en la que mis pensamientos se estaban yendo.- Y dejemos de renegar que ahora lo único importante es que ya salimos de vacaciones y podemos irnos a visitar cualquier parte del mundo. –

Cuando me doy cuenta de que los chicos han dejado de observarme con lujuria, con hambre carnal sé porque es, no hace falta ser un genio para saber quién está atrás de mí pues la mayoría de mujeres miran perdidamente a mis espaldas –incluyendo a mis amigas- y lo siento. Lo siento como sus manos rodeando mi cintura, como su cuerpo se apega al mío y como su tersa barba un poco crecida se frota contra mi cuello a la vez que siento su aroma.- Y también lo más importante es que estamos juntos. –

No siento por él las pirañas asesinas en mi vientre, no siento por él como mi mundo se detiene por completo pero espero que con el tiempo lo vuelva sentir, vuelva sentir lo mismo que sentí por aquel hombre del que desbloquee su número una semana después pero él no lo hizo, no lo hace hasta ahora y no me habla. Así que al mes al darme cuenta decidí ponerme firme y continuar con mi vida, seguir adelante sin mirar atrás. Seguramente él estará haciendo lo mismo.

Mis amigas sueltan un suspiro a la vez que yo hago lo mismo cuando en una actitud tan caballeresca me quita mi bolso del hombro para cargarlo él, me doy la vuelta lentamente con una sonrisa curvando mis labios y lo miro, miro al hombre que conocí cundo entre a la universidad pues comparte clases conmigo, que anda todo el tiempo conmigo y que se separó de mí cuando salimos de clases pues tenía que dar unos últimos consejos al equipo de fútbol americano, es el capitán, pero no es como aquellos estereotipo de las novelas que acostumbro leer cuando no tengo sueño, no es como aquellos mujeriegos pues desde que llego, desde que me conoció solo tuvo ojos para mí, lo cual me hace sentir mal, pésimo ya que no le puedo corresponder al cariño sinceramente, él lo sabe perfectamente, sabe que me pasa pero a pesar de eso sigue conmigo. Brindándome su cariño de una extraña manera.

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