Capitulo 33

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-Me lastimas Brandon. –hago una mueca de dolor que instantáneamente es copiada en su rostro como si fuera un mimo. Rostro blanco perfecto libre de imperfecciones, desajusta el agarre un poco, solo un poco ya que no libera por completo mi mano. Nuestras miradas se retan la una a la otra conforme le vuelvo a reñir.- Que me sueltes idiota. –

Niega lentamente con la cabeza acercándose un poco con su mirada salvaje, mi cuerpo se aleja instintivamente cometiendo el peor error yo sola al formar mi propia caliente prisión al mi cuerpo estar entre la dura pared y su perfecta fisionomía, su nariz roza la mía a la par que ahora me sujeta las dos manos al lado de mi cintura y las putas pirañas siguen apareciendo una a una en mi vientre causando que leves jadeos se salgan de mis labios entreabiertos sin ningún permiso.- Si dieran el premio a la persona que dice la palabra idiota más veces al día, serías la completa ganadora. –tiene mucha razón, uso mucho esa palabra y ya me lo ha dicho. Suelta una carcajada burlesca, sonríe tan arrogante de la manera que me encanta haciendo que me olvide por unos momentos mi molestia.- ¿Quieres que te bese, preciosa rubia? –aquella palabra tan especial para mí, con tatos significados para nosotros. Niego lentamente con la cabeza escapándose más jadeos que se entremezclan con su aliento olor a mentas, su cuerpo se posiciona más contra el mío, grande y fuerte contra pequeño y delgado, perfectamente imperfectos somos los dos ya que no nos parecemos en mucho. Siento como su dureza se frota contra mí entrepierna al igual que mi trasero contra la pared, pared tan dura como su entrepierna.- Pues tus labios piden otra cosa. –

Antes de que pueda reaccionar, antes de que pueda decir alguna palabra lógica sus labios chocan contra los míos impidiendo que alguna palabra razonable salga, sus labios se tragan mi jadeos a la par que mi mente se ve enturbiada nuevamente del deseo y las hormonas alborotadas destrozan cada pensamiento lógico, uno a uno las neuronas pensantes se retiran dejando únicamente deseo en mi mente, lujuria de la pura.

Mis labios no reaccionan por la impresión de tan salvaje beso, siento únicamente como me besa, mordiendo deliamente mi labio inferior, como me provoca con sus labios al frotarlo contra los míos a la par que cierro los ojos lentamente y me maldigo internamente cuando cedo a aquellas provocaciones que hace con sus jugosos y carnosos labios, cedo por completo respondiéndole al beso de manera rápida, nuestros labios encajan muy bien, chocan de manera perfecta y se succionan mucho mejor entre sí. Su lengua comienza a entrelazarse con la mía siendo mi cavidad bucal testigo de aquella fantástica unión que hacen esos músculos que pareciera tuvieran vida propia... Nosotros no controlamos nuestras lenguas.

Mis manos impulsadas por las suyas, guiadas por sus fuertes y seguras palmas me obligan a posicionarse sobre su firme trasero, me obliga a acariciar lentamente sus nalgas duras mientras gruñidos ahora me trago por parte de él, la intensidad del beso se comienza a incrementar poco a poco subiendo de nivel cuando mis manos con las suyas se cuelan por debajo de su polo, mis nudillos al acariciar su blanca piel, aquella curvatura de su espalda firme que da inicio a sus nalgas, mis nudillos se ven invadidos por números alfileres que golpean haciendo que aun más fuertes jadeos emita, nuestros labios siguen chocándose como dos titanes, de una manera completamente salvaje y necesitada, encajando muy bien la una con la otra a la par que mi entrepierna impulsivamente se frota contra él que no se cohíbe para nada siguiendo al frote con su cintura moviéndose muy bien apretándome más, sus duros pectorales acarician mis pechos, nuestros corazones laten a la par y cuando con sus manos me impulsa a acariciar la parte delantera de su cuerpo, a acariciar sus calientes y duros pectorales descendiendo un poco para con torpes movimientos desabrochar el cinturón de su pantalón, cuando siento mis dedos frotarse contras los vellos que consiguen escaparse de la cintilla elástica de su bóxer, cuando siento el calor de su entrepierna consigo reaccionar saliendo del mar de deseo que me estaba sumergiendo haciendo que me acuerde de todo lo que me he enterado, de lo que no me deja en paz así que aprovechando que mi lengua gana un nuevo duelo, que mi lengua es la dominante ingresando a su cavidad bucal decido –sacando del interior de su boca mi lengua- morderle fuertemente el labio inferior rompiendo así todo momento.

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