cap 4

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En algún momento del viaje, luego de nuestro breve encuentro en las alturas, finalmente aterrizamos en un apartado pequeño del aeropuerto de la ciudad. Jorge al verme abrir los ojos, me da un pequeño beso en la frente y se pone de pie mientras recoge sus pertenencias. 

Un vehículo grande y de cristales polarizados, nos esperaba a la salida del jet. Esto era nuevo, sin contar los dos hombres que tranquilamente pudieron haber sido del servicio secreto, esperando cada uno al lado del mismo. 

Una vez dentro tras un breve saludo, noto a Jorge extrañamente callado y centrado en su ordenador como si la vida se le fuera a ir en ello. Algo no andaba bien. 

- ¿Está todo bien, amor? 

-Problemas con el bufete de abogados- Contesta volviendo su atención al ordenador.

- ¿Y se puede saber que problemas?  Quizás pueda ayudar...- Vuelvo a insistir. 

-Mi hermano Marcos se encarga de la administración y pues me informó de la desaparición de 1.6 millones de libras esterlinas en el bufete central de Alemania. - Mis ojos se abren como platos. ¿Cómo diablos? - Nadie sabe nada, ¡ningunos de los incompetentes de administración tienen idea de la pérdida del dinero! - Exclama enfurecido, nunca lo había visto así, pero entiendo su reacción, es demasiado dinero.

- ¿Qué harás entonces? - Inquiero posando una mano sobre la de él. No bien hemos llegado al país y ya los problemas empiezan a salir a flote y todavía me falta hablar con Jules y aclarar las cosas, la última vez no terminamos muy bien. 

-Esperaré a que arregles las cosas acá y nos iremos a Alemania- Responde. ¿Qué? ¿Nos iremos?, Jorge nota la expresión en mi rostro y vuelve a hablar - ¿Qué pasa? No te agrada la idea, ¿verdad? - Me quedo mirándolo. Él va en serio con todo esto y yo me quedo como una tonta sin decir nada. 

-No... no es eso, es solo que no me lo estaba esperando y son tantas las cosas por hacer aquí que no sé cuánto tiempo me tome. - El asiente sin ninguna expresión en su rostro y fija su vista en la ventanilla del auto. Se que no era esta la respuesta que esperaba, pero estoy segura de que me entiende. 

La mansión Joulen sigue igual, con su césped delantero bien podado, la fuente de un Ángel bebé, seguía derramando agua a cántaros como lo ha hecho hace más de 30 años. En el parqueo puedo apreciar el glamuroso Ferrari amarillo de Mario y la imponente todo terreno de mi madre.
Todos estaban aquí.

Jorge toma mi mano y ese gesto me transporta a unos tres meses atrás. Amargos recuerdos invaden mi mente, pero los aparto rápidamente. Al entrar a la casa, los primeros que vi fueron a una muy embarazada Kendall siendo rodeado por los brazos de mi hermano. ¡Cuanto los extrañaba! Sus abrazos me hacen sentir en casa, segura. El sonido de unos zapatos de tacón chocar contra el piso llaman mi atención, mi madre me mira con melancolía, pero con emoción también. Ella me abraza y mis ojos se humedecen.

-Mariana- Solloza despacio y entiendo que es por todas las emociones acumuladas. Los dejé en un momento donde todos estábamos vulnerables y considero que no pensé mucho en ellos...

-Mamá- Al separarse me mira como si no lo hubiese hecho en años. - Te extrañé tanto.

-Mariana Elizabeth Joulen García, ¿a mí no me extrañaste? - Sin duda esa era la voz de Sonya. Se veía hermosa.

-A ti también te extrañé enana. 

...

El almuerzo al principio fue algo silencioso hasta que Kendall lo interrumpió hablando sobre los mellizos y la mesa se llenó de conversaciones aleatoria, desde mis días en Europa hasta sobre como marcha el bufete de abogados que heredó mi hermano. 

Evitamos hablar de papá, no porque dolía, sino porque al parecer cada uno prefiere recordarlo a su manera.

 Jorge y Mario hablaban animados en una parte del patio trasero, su celular no volvió a sonar ya que le pedí que lo apagara y así evitar malos ratos por hoy.

Mi madre se había ido hace unos 15 minutos a su consultorio  al igual que Sonya, así que ahora Kendall y yo nos encontrábamos tomando café en la sala de estar hablando sobre maternidad y cosas de bebes, Kendall luce muy emocionada con la idea de ser madre y eso me alegra mucho y nos deja saber que Mario también, ver su panza ya más abultada me hace pensar si Jorge querrá hijos o simplemente que seamos él y yo, la simple idea de solo nosotros no me molesta, pero realmente quisiera hijos, un hogar...

-Cambiando de tema- Suelta Kendall y me hace salir de mi pequeño trance- ¿Qué tal todo por Venecia? - Ya sabía por dónde una su pregunta que vino acompañado de un poco sutil movimiento de cejas ¡esta no cambia!, pero gracias a Dios el timbre me salvó de entrar en detalles y responder las obvias preguntas cochina que de seguro me iba a hacer.

- ¡Ya va! - exclamo para que no se vaya a ir quien esté allí. Al abrir la puerta me paralizo.

-Mariana...


FELIZ AÑO RAZAAAAAA. LOS QUIERO, BESOS. 

Señor... Quedése [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora