Capitulo 6: De una casa a otra

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Me despedí de ellas y subí a la habitación que Kris me había asignado. La cena había sido...intensa y estaba cansada. Me quité los zapatos de tacón y me tumbé sobre la cama. Miré mi móvil, tenía llamadas perdidas de Anne. Iba a llamarla justo cuando alguien tocó en la puerta. Me levanté de la cama y abrí.

-Las chicas ya se han ido.-me informó Kris.

Asentí incómoda.

-¿A que hora te vas mañana?-preguntó.

-No lo sé, aún no he mirado vuelos.

Kris rió.

-Por favor, querida. A la hora que tu me digas podrás usar mi jet privado.

-¿Jet privado? No, no. Cogeré un avión, no te preocupes.-dije sacudiendo la cabeza.

-No hay más que hablar, dime la hora y le diré a mi piloto que lo prepare todo.-dijo y se marchó de la habitación.

Cerré la puerta confundida. Esto estaba siendo demasiado surrealista. ¿Como iba a contárselo a Anne? Recordé que iba a llamarla antes de que llegara Kris pero toda la noche había sido demasiado agotadora emocionalmente y no quería volver a recrearla.


Me puse la ropa que había traído el día anterior y bajé a la enorme cocina. Estaba vacía y no quería tocar nada. Era todo tan grande y estaba tan impoluto, y era tan desconocido que me daba miedo tocar cualquier cosa.

-¡Dakota!-exclamó Kris.-Buenos días.-dijo rodeando la isla de la cocina.

-Buenos días.-sonreí.

Se acercó a uno de los armarios que cubría la pared encima de la encimera y sacó un paquete de muesli.

-¿Desayunamos?

Yo asentí.

A mi también me encantaba el muesli, cosa que Anne odiaba y yo no entendía el por qué. A todo el mundo le gusta, ¿no? Hacía buen día así que Kris sugirió que podíamos desayunar en el patio.

-Oye, he pensado que como hoy te vas y quizás no vuelvas más...-dijo moviendo la cuchara dentro del bol de color azul.-Podríamos ir ahora de compras. Ya sabes, me gustaría pasar un rato más de tiempo contigo.

-No tengo dinero.-me excusé.

-Vamos.-rió.-No me pongas esa escusa. Yo puedo pagarte lo que sea, de veras no me importa.

No quiero que esa familia se gaste dinero en mi sin motivo. Si, es cierto que le sobra, pero de todas formas nunca van a volver a saber de mi y yo tampoco necesito su caridad.

-Oye.-dijo.-Independientemente de que seas mi hija o no, eres una buena chica. Me caes bien, me agrada tu presencia. Solo quiero pasar un rato juntas. Como amigas.-sonrió.

-Esta bien.-me encogí de hombros.

-Gracias.-sonrió.


Fuimos hasta Beverly Hills. Allí las calles repletas de tiendas eran inmensas. Había muchísima gente con dinero por todos lados y todas las tiendas eran tan lujosas que se salían de mi presupuesto mil veces. Kris paseaba por todas las tiendas, miraba detenidamente las cosas y hablaba con las dependientas como si fueran amigas íntimas de toda la vida. La mayoría de la ropa que miraba era para mi y aunque yo le insistí en que no quería nada, a pesar de las cosas tan bonitas que había y de que me moría de ganas de comprarlo todo, me compró dos vestidos. Eran largos y preciosos pero yo no veía la ocasión de ponermelos nunca y me parece una auténtica pena. Una vez terminada la jornada de compras fuimos a un lujoso centro comercial y nos sentamos en la terraza de un restaurante en la segunda planta. Tenía unas bonitas vistas.

-He avisado a Kylie para que venga a comer con nosotras.-anunció.-Espero que no te importe.

Intenté ocultar mi expresión de sorpresa y a la vez de angustia. Lo último que quería ver era a esa chica, la cual decían que era mi hermana, otra vez.

El camarero se acercó a nuestra mesa y pedimos nuestros platos. Minutos más tarde llegó Kylie y saludó a su madre con un abrazo y a mi con dos besos. Hoy vestía unos vaqueros rotos y una camiseta ancha con unos extraños dibujos, también en vez de llevar el pelo largo y verde lo llevaba corto y negro y el flequillo se lo recogían las gafas de sol que llevaba a modo de diadema.

-Bien, mamá. ¿Que es eso que querías decirme?-dijo Kylie cruzando las piernas.

-Dakota, antes de que me mates.-me miró.-Sé que quieres irte ya a Miami, y lo entiendo pero he pensado que podrías quedarte algunos días con Kylie.

Kylie se echó a reír.

-¿Con ella?-pregunté asombrada.

-Si, ¿no es una gran idea?

-Por mi genial, será divertido.-dijo Kylie con una sonrisa.

Solo sabía que nada bueno podría salir de esto.

La guerra de las Jenner [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora