La guerra de las Jenner [Terminada]

Capitulo 28: Límite

Estaba tomándome un batido cuando mi teléfono, que estaba sobre la encimera de la cocina, comenzó a sonar. Vi quien era antes de contestar; mi madre.

-¿Qué quieres?-pregunté en un tono seco. Intentando que mi conversación con esa mujer fuera lo más breve posible.

-Deberías venir a casa.-sugirió.

-Debe de ser la primera vez que coincidimos en algo.-dije poniendo los ojos en blanco aunque ella no me viera. Dejé mi batido sobre la encimera y me levanté del taburete donde estaba sentada.

-Esto se te está yendo de las manos. ¿Sabes quién ha venido a hablar con nosotros? Kris Jenner. Y encima me he enterado por las noticias que ahora eres modelo. ¡Eso ni siquiera te gusta!-dijo enfurecida.

-Mamá, no sé como tengo que decirte que no te metas en mi vida. No te incumbe si soy modelo o si dejo de serlo, tampoco deberías opinar sobre mis gustos, ya que no me conoces; es más, ni siquiera eres mi madre.-repliqué. Eso hizo que enfadara por completo y terminó por colgarme el teléfono. Objetivo cumplido.

Volví a dejar mi teléfono sobre la encimera y fui a buscar mi portátil, sería mejor que buscara un vuelvo hacia Miami cuanto antes, aunque antes de poder llegar a mi habitación me percaté de algo. Ya no necesitaba buscar vuelos, cuando podía conseguir uno gratis con tan solo una llamada. 

A eso de las cuatro de la tarde ya me esperaba mi jet privado en una de las terminales del aeropuerto de LAX. Mientras volaba le escribí a Anne para decirle que iba a quedarme un par de días en el piso y que viniera a buscarme, ya que el aeropuerto quedaba bastante alejado de nuestro apartamento. Dicho y hecho horas después me volvía a encontrar con mi amiga después de semanas sin verla. Nos fundimos en un abrazo y caminamos hasta su coche.

-¡Como me alegro de tenerte aquí de nuevo!-exclamó entrando en el coche.

-Y a mi.-suspiré.-Estoy deseando de que todo esto acabe y poder centrarme en mi carrera de verdad.-dije relajándome en el asiento del copiloto.

-¿Vas a volver a la Universidad?-preguntó estupefacta y yo temí por mi vida cuando se giró hacia mi en vez de mirar hacia la carretera.

-¡No!-exclamé como su fuera obvio, aunque eso ella no lo sabía.-Me refería en mi carrera como modelo.-dije y entonces mi amiga volvió a mirarme.-Anne por favor, céntrate en la carretera.

-Tienes muchas cosas que contarme, amiga.-me dijo riéndo.

-Lo sé, es que he estado tan ocupada estos últimos días que ni siquiera he podido llamarte.-dije apenada. Aunque no lo pareciera echaba mucho de menos a Anne, era mi mejor amiga y deseaba poder compartir todo esto con ella.

-¿Qué te parece si pedimos chino y me pones al día?-preguntó.

-Me parece genial.

Entonces giró bruscamente por una calle en donde se encontraba el restaurante chino donde comíamos siempre que no teníamos ganas de cocinar. Aparcó cerca del sitio y bajó a hacer nuestro pedido. Mientras la esperaba llamé a Kris para informarle que estaba aquí, la que montón en cólera y maldijo a mi madre de todas las maneras posibles. Quedé en cenar esta noche con ella y con su abogado. Por lo que me había contado, aún nos quedaba un largo camino.