Capítulo 6: Un rostro inexistente.

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En aquel grande espejo pude divisar mi rostro horrorizado, realmente tenia miedo, lo único que se me ocurrió fue hablar.

—¿Hay alguien allí? —Dije para luego fruncir el ceño, me sentía algo tonta por la pregunta.

—Eres una joven muy tonta, fácil de vencer, por lo visto —Respondió una voz. Fue raro, ya que no había nadie mas que yo en esa habitación, o al menos era lo que podía observar.

—¿Q-qué? ¿Quién eres? —Preguntaba insistentemente, estaba empezando a asustarme.

—¡Shhhhhhh! Cállate, no seas ingenua... ¿Crees que puedes ganar así de fácil? 

—¿D-de qué ha-hablas? —Pregunté intentando sonar fuerte y segura, cosa que no pasó ya que tenía mucho miedo y no pude evitar que mi voz saliera quebrantada. 

—No te hagas la mosca muerta, intentaste averiguar mi identidad cuando estaba en tu habitación, ¿Acaso tienes curiosidad de saber quien soy? Pues no se te hará tan fácil - Dijo aquella voz con énfasis en la pregunta. 

 Pues ya sabia de que se trataba, cuando dijo "Intentaste averiguar mi identidad cuando estaba en tu habitación", pues claro que si, era él

—¿Acaso tú..? —No terminé de formular mi pregunta cuando fui interrumpida.

—Si, soy él —Dijo con una voz plana, como si no le importase quien fuera. Como si solo estuviera diciendo algo tan sencillo como Hola.

—Dime ya —Mi voz sonaba suplicante —¿Por qué mataste a Jacob y a Ashley? ¿Vas por otro de mis amigos? ¡DÉJANOS YA! —Exclamé alterada. 

—¿No tienes idea, verdad? Es una historia muy larga, verás; me fastidia. Y más con esa estúpida cara que tienes.

 Al verme en el espejo nuevamente, observo como mi cara en el reflejo estaba sonriendo de una manera tonta, cuando en realidad no lo estaba haciendo. Me da un escalofrío y mi corazón late muy rápido.

—¡D-DESÁTAME DE ESTA SILLA, SEAS QUIEN SEAS ERES CRUEL!, ¿Como pudiste acabar con dos de mis amigos de una manera tan...?

—¿... fea? Fea fue tu cara al ver como me lanzaba desde el piso de arriba con tu amiguito —Suelta una risa burlona y sarcástica. 

 —¿Sabes qué? Acaba conmigo de una buena vez —Ordené agachando mi cabeza. 

 —No, primero me divertiré un rato contigo —Dijo mientras se prendían las luces de aquella habitación que hasta ese entonces permanecía oscura. 

 Sentí como ardían mis ojos ante esa luz, y pude notar como colgaban dos objetos indefinidos del techo, no podía ver bien, así que restregué mis ojos y al subir la mirada con lentitud... ¿Qué... DEMONIOS?

 Y allí estaban, los cuerpos de mis dos amigos colgados de una soga en sus cuellos. En realidad yo solo quería morir, quería que llegara rápido ese momento, pero me armé de valor, tragué saliva y grité: 

—¡Escuchame, maldito desgraciado! ¿Crees que vas a poder conmigo?

 No conseguí respuesta.

—¿Estas allí?

Que preguntas tan torpes las mías.

—Nunca me voy, y menos ahora que empieza la diversión —Dice, cuando de pronto suelta el par de cuerpos, dejando que cayeran al piso de la forma más cruel posible, y tras el hecho de ver como caían mis amigos hizo que empezara a llorar, desesperada, sin poder hacer nada. 

Él reía sin ganas, solo para demostrar que disfrutaba hacer eso, y que adoraba verme sufrir.

—¿Crees que es divertido? —Pregunté mientras soplaba el mechón de cabello que se apegaba a mi mejilla humedecida.

—¿Tú crees que es divertido jugar con cosas peligrosas? —Dijo, calmando al fin su risa.

—¿A qué te refieres? 

—No debiste jugar eso.

—¿La Ouija? Por Dios, ese juego es simplemente falso, además; soy mayor de edad, puedo hacer lo que yo quiera —Dije obvia.

—Mayor de edad, pero no de mentalidad —Rió nuevamente con sarcasmo —Además, ese juego no es falso.

—¿Y por que lo dices tú, tiene que ser verdadero? Me das risa.

—Yo provengo de él.

—Ay, por Dios — Me burlé.

—Ni lo nombres —Ordenó pero no entendí a quien se refería.

— ¿A quién? 

En ese momento se apagaron las luces y no conseguí respuesta.

—¿Y qué? ¿Ya me vas a matar? —Pregunté viéndome en el gran espejo. 

—No me observes fijamente, odio que hagan eso —Me dijo de pronto aquella voz. 

—¿Qué? —Observé hacia arriba, quitando mi vista del espejo, por alguna razón desconocida.

—Sólo no lo hagas.   

—¿Acaso te intimida? ¿POR QUE NO ME DAS LA CARA DE UNA VEZ? — Grité.

—Porque... No he encontrado mi cara.

Un Rostro en el Espejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora