Un Rostro en el Espejo.

Capítulo 14: La enfermera.

Y ahí estaba; la enfermera que había matado hace una hora, aproximadamente.

En vez de sus ojos, estaban dos trozos de cristal clavados en ellos, permitiendo ver mi reflejo.

—No... Juegues... ¡¡¡CON ÉL!!! —Gritó para luego atacarme, pero la esquivé y subí las escaleras como pude. Subía de dos en dos los escalones que en ese momento desearía que no estuvieran allí. En ese momento solo quería volar para huir de esa cosa.

Entré a mi habitación e intenté cerrar la puerta con velocidad, pero ella ya me había alcanzado; metió su mano a través del espacio de la puerta y me rasguñó el rostro, así que le dí una patada en su estómago y cerré  la puerta con pestillo.

Mi mayor impresión fue al voltearme, estaban tres cuerpos con una manta blanca encima.

Con miedo y nerviosismo me dirigí a quitar esa manta, pero mis manos temblorosas no me dejaban, y menos con los gritos de aquella enfermera que se encontraba en el pasillo.

Como pude quité la manta, y al darme cuenta que eran Jacob, Ashley y Daniel los que estaban tirados en el piso con trozos de espejos clavados en todo su cuerpo, empecé a llorar.

Tapé mis ojos con las manos y me fui a una esquina de mi habitación, llorando como una niña de 5 años.

Fue ahí cuando susurraron en mi oído:

—Pon los espejos de vuelta, extraño verte —Dijo una voz escalofriante que hizo que los vellos de mis brazos se erizaran.

Brinqué de un susto y alcé mi mirada, notando que ya no estaban ahí... Ya mis amigos no estaban.

Los gritos seguían por parte de la enfermera que se supone; debe estar muerta. Hasta que un grito por parte de una reconocida voz femenina hizo que los gritos cesaran.

—Abre la puerta —Ordenó calmada aquella voz.

Hice caso y abrí la puerta, dejando ver a una Andrea tranquila y seria.

—Andrea... —Dije asustada para luego abrazarla, pero no me siguió el abrazo. En cambio, sentí como algo se clavó en mi espalda.