Capítulo 7: Quita los espejos.

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¿Eso quiere decir que no tiene rostro en estos momentos? 

—Y... ¿Cómo lo puedes encontrar? —Pregunté temerosa, quizás si intento ayudarlo me puede dejar en paz.

Lo perdí, y ahora estoy en busca de uno... —Insinuó con una voz escalofriante.

—¿Y para qué me tienes aquí? ¿Para tomar mi rostro? Por favor —Reí sarcástica, pero luego imaginé si pudiera ser realidad y paré mi risa en seco.

Quedó un silencio de por lo menos 5 segundos, de repente empecé a escuchar susurros, parecía una discusión, pero por más que intentaba escuchar, era en vano. Pestañee fuerte dos veces seguidas deseando estar en mi casa, sólo quería descansar de todo esto. Dentro de susurros, yo amarrada en frente de aquel grande espejo, dos muertes seguidas, definitivamente me estaba volviendo loca. 

Cerré los ojos nuevamente y cuando los abrí estaba en mi habitación, acostada, tal y como lo había pensado. Estaba realmente confundida, no sabía que hacer, así que opté por pararme y quitar absolutamente todos mis espejos. 

 Quitaba y quitaba aquellos cristales de cuerpo completo y ponía grandes mantas encima de lo que eran mis tocadores, con el fin de tapar los espejos. Tenía muchos vidrios que reflejaban mi cuerpo, pero esto parecía una obsesión, como si mi vida dependiera de quitar todos los espejos, así que seguí botando, tapando y guardando en una habitación todo aquello en el que se pudiera aparecer Él.

 Después del trabajo realizado me dispuse a dormir, ya eran las 7:30pm más o menos, pero no había dormido casi nada, es más, ni siquiera se por cuanto tiempo estuve en aquella habitación oscura... O a lo mejor fue una pesadilla, en realidad no lo sé, pero lo tomé como una advertencia. 

 Me quedé dormida en una cuenta de tres segundos. Entré en lo que parecía ser un sueño, aunque era muy raro, ya que sólo había un hombre vestido de blanco, llorando y rogándome de rodillas, con las siguientes palabras; 

"Cuídate de él" .

Después de unas largas horas en ese profundo sueño sentía como me agitaban por el brazo, como queriendo que despertara, y desperté, porque sentí que debía hacerlo pero me impresioné totalmente ver a Daniel, el cual no decía otra cosa que: 

—ME TIENES QUE AYUDAR... VIENEN POR MI. 

—¿Vienen por ti? —Dije confundida frunciendo el ceño, mientras bostezaba. 

—Si-si por fa-favor, ayúdame —Me pidió con un rostro de susto en su cara, casi llorando. 

—¿Pero cómo? ¿Qué es lo que pasa?—Curioseo. 

—Y-y-yo esta-taba en mi-mi cuarto y... 

—Un momento, primero cálmate Daniel —Le advertí, estaba muy agitado y parecía que se iba a desmayar. 

—Es-está bien —Dijo calmándose por fin. 

—Perfecto, ahora sí, cuéntame —Pregunté por segunda vez, ansiosa por escuchar que pasaba.

—Lo que sucedió fue que ayer en la noche podía escuchar unos golpes provenientes del espejo, cosa que me pareció rara, pero no le preste atención. En fin, esta mañana estaba escrito en ese mismo espejo unas extrañas palabras. 

—Y ¿cuáles son esas palabras? —Seguía preguntando. 

—Decía: "Tú serás mi nuevo rostro, pronto serán tres".

Un Rostro en el Espejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora