Capítulo 1: Todo comenzó aquí.

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Era una noche lluviosa cuando decidí invitar a mi casa a unos amigos de la infancia, mis padres me habían dejado sola por unos días ya que solían tener reuniones de trabajo en otros países.

Cuando eran las 7:00PM aproximadamente, llegaron mis amigos, los hice pasar y los invite a la mesa, había preparado una rica pizza.

Nos pusimos a conversar de nuestras vidas al terminar de comer, todo iba bien...

—Chicos no sé ustedes, pero a mí me está aburriendo hablar sólo de nuestras vidas. —dijo Ashley haciendo una pausa, fastidiada —¿Qué tal si jugamos La Ouija? Traje la tabla —Terminó de decir, acompañada de una sonrisa que ahora invadía su rostro.

—Gran idea Ashley, de verdad que eres el alma de la fiesta — Bromeó Daniel, sarcástico —. Pero bueno, comencemos.

—¡Están locos! Claro que no, están en mi casa y no quiero que alguna cosa extraña quede aquí —Exclamé asustada. 

—No seas tonta.

—¡Vamos!

—¿Por qué no?

Insistían todos en jugar eso. Yo me negaba, hasta que sus insistencias me cansaron y acepté.

Apagamos las luces, nos juntamos en una mesa y comenzamos a jugar, por lo que Andrea empezó preguntando:

—¿P-Podemos entrar en el juego? -Terminó de decir de una manera insegura.

Todos intercambiaban miradas esperando a que algo sucediera, alguna señal, algún movimiento, pero nada sucedía.

Parecía estar en completo orden, hasta que intervine con una pregunta muy esperada, ya que todos se veían, dándose cuenta que faltaba uno de nosotros.

—¿Donde está Jacob?

—¿Como que dónde está Jacob? Está a mi lad... ¿QUÉ? ¡HACE UN SEGUNDO ESTABA AQUÍ! —Dijo Ashley mientras volteaba a la silla de su izquierda, cambiando de un rostro tranquilo a uno desesperante y dramático.

—Cálmate, de seguro se fue al baño. O tal vez se cagó con el juego que no sirve para nada.

—Vamos a buscarlo —Propuso Daniel y todos aceptamos.

—¡Jacooob! —Gritaban todos encendiendo las luces ya que estábamos jugando en completa oscuridad, sólo teníamos una linterna con la cual pudimos darnos cuenta en el momento que Jacob no estaba.

 —¡Maldito imbécil, te juro que si te estás escondiendo, te mato! —Gritó Daniel, por lo que lo fulminamos con la mirada.

Todos buscábamos hasta que ¡PUM! Sonó un último ruido que apagó todas las luces.

—¿Muchachos? —Se escuchó la voz de Daniel, ahora asustada.

—Lo que faltaba. Daniel, ¿dónde estás? —Pregunté.

—¿Qué acaba de pasar? —Se escuchó esta vez Andrea.

—Solo fue un fallo eléctrico, tranquilos —Aclaró Ashley.

—No creo que no tengamos electricidad, aquí nunca hay ese tipo de problemas, dejame alcanzar el interruptor —Dije mientras caminaba en la oscuridad y tropezaba con cada mueble.

—¿Y Jacob dónde est...? —Preguntaba Daniel para luego interrumpirse a si mismo —. Andrea, deja de agarrarme la mano, sé que te gusto pero ahora no, nena.

—¿Qué, qué? Yo ni siquiera sé donde estás —Contestó de mala gana.

—¿Vieron? De seguro solo fue un bajón de electricidad. —Dije, al encender la luz.

—Todo pasó muy rápido. —Intervino Daniel.

—Todavía no encontramos a Jacob. —Recordó Ashley, de repente.

—Joder, es verdad... ¿Estará en mi habitación? Iré a ver.

Fui a mi cuarto que quedaba en la parte de arriba de mi casa. Subía las escaleras de forma lenta, tenía una inseguridad que invadía mi cuerpo, todo fue...

—¡JACOOOOOOOOOOB! —Interrumpí mis pensamientos, gritando desesperada y asustada.

¿Qué era esto? Jacob se estaba lanzando desde la parte de arriba de mi casa, pero eso no era todo, tenía los brazos puestos en una posición incómoda, estaba sentado en la baranda prácticamente como un perro, y acompañado de un hombre sin... ¿rostro? Pero, ¿por qué lo hacía? ¿Cuál era el motivo? Y lo más raro; ¿Qué era esa cosa sin rostro?

Luego de eso, Andrea, Ashley y Daniel subieron en cuestión de segundos.

—¿Qué haces ahí? ¿Qué fue ese grito? ¿Qué es lo que pasa? —Me preguntaban, al verme arrodillada en el piso, llorando.

Andrea se asomó desde el primer piso y al ver a su amigo ya muerto en un gran charco de su propia sangre, creyó lo primero que se le vino a la mente.

''Ella lo mató''.

Un Rostro en el Espejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora