Tu eres mi limbo

Capítulo 19 El lado obscuro de la luna

 Mi madre y mi abuela se encontraban platicando en la cocina viendo un programa mientras que Ximena estaba encerrada en su cuarto como en los últimos días. Me daba un descanso de la estudiada de los exámenes finales y me puse a leer un poco. Leía "La piel del cielo", el libro recomendado por Mike. Mientras me perdía en mi imaginación con los escenarios que revelaba el libro, alguien tocó el timbre. Me levanté del sillón y abrí la puerta. Mi repentina visita era Mylene. Se encontraba parada en mi puerta con una sonrisa de Chaplin. "¿Puedo secuestrarte un rato?" preguntó. Le dudé al principio ya que mi madre sabía que estaba estudiando y no es de su agrado que me olvide de mis deberes y menos si se trata de la escuela. Parece ser que me ganó mi curiosidad por sus planes, y me deslicé silenciosamente; Tomé mi bolso, me puse los zapatos y emprendí mi huida.

Nos dirigimos hacía "Hacienda San Bartolomé" vecindario que —al igual que el de Frankie— era uno de las más cotizados y conocidos por tener como residentes, en su mayoría, burócratas y gente involucrada en la farándula. Parecía que Mylene conocía bien hacia donde ir. Todo el camino le preguntaba sobre sus planes y sólo me contestaba con un "en un momento lo sabrás". Se paró frente a una casa parecida a la mismísima casa blanca, enorme, no dejaba de observarla,como si estuviera esperando algo.

— ¿Quién vive aquí? — pregunté

— Nada mas y nada menos que mi ex, Sam. Rodrigo Escalante. — contestó con una sonrisa despreciativa en su rostro, revelando el tipo de planes que tenía en mente.

Cruzamos la calle. Mylene volteaba hacia todas partes y se iba adentrando poco a poco al jardín.

—Si alguien nos ve, podría sospechar que estamos intentando robar.— le advertí.

—No hagas ruido y observa. —contestó.

Caminamos entre varias ramas hasta llegar a una ventana que daba a la sala de la casa. Parecía que había una reunión familiar. Todo parecía normal hasta que, entre esas personas, pude reconocer a alguien.

— Mylene, soy yo o esa es..

— Es Andrea.

La noche de "la cuarta luna" Paola había quedado tan acabada que se sentó a desahogarse a un lado de Mylene; vomitando todas las verdades que pudo, entre ellas, la siguiente: Andrea había sido la que había abierto de más la boca con los padres de Rodrigo. Las familias Dominici y Escalante habían sido amigas desde hace muchos años, así que Andrea era como una hija para los padres de Rodrigo. Ella había sido la que tachó a Mylene como "una mala influencia","chica fácil" y "poco conveniente" para el heredero Escalante. Sin embargo lo peor no había sido eso, afirmó Mylene. Ella ya tenía sospecha de que Rodrigo sabía todas esas cosas. El rechazo que sentían sus padres hacia ella era muy evidente. Rodrigo se olvidaba de Mylene por todo un mes entero y cuando llegaba su aniversario, le entregaba rosas en frente de todo el mundo dando una imagen de chico enamorado. Sus padres no la querían y Rodrigo la amaba, pero de vez en cuando. Ella sentía que perdía su tiempo con él y fue cuando decidió acabar con toda esa farsa. Fue el día en que se hizo todo un teatro en el estacionamiento y que Rodrigo le "rogaba" no romper. En pocas palabras, haciéndose la víctima.

— Mylene, ¿Porqué crees que Rodrigo mantenía una relación contigo si no mostraba ni el mayor interés y sus padres no te querían?

— Eso es lo que quiero averiguar. El me usaba y causaba escándalos frente a todos queriendo simular que le daba importancia a nuestra relación. Me usaba..¿Me explico? Se hacía el enamorado frente a sus padres, se comportaba de lo más cursi frente a todo el campus y cuando terminaba su show, me mandaba por un tubo. ¿Porqué?

Mientras observábamos por la ventaba, escuchamos un sonido provenir de la puerta trasera. Nos escondimos en los arbustos y asomamos un poco la cabeza para poder ver. Pudimos observar cómo Rodrigo se tropezó con un escalón y cayó golpeándose la cabeza. Se sobó y al mismo tiempo volteó a todas partes. Se levantó poco a poco y trataba de no hacer ruido al cerrar la puerta. Caminó muy despacio hacia un pequeño cuarto de almacén que tenían al fondo del jardín.