; thirteen.

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Estaba confundida, atareada, pero por sobre todo desorientada, no sabía nada sobre el exterior, su mente simplemente abandonó la tierra quedando en un espacio alterno donde solo existían las cartas, el altar y el rostro de aquel chico.

¿Cómo es posible que en un dos por tres su vida cambiara de esa forma? Y pensar que todo comenzó con un pequeño papel en forma de corazón con un lindo color rojo y una hermosa caligrafía que veía como una simple broma de algún conocido o amigo. ¿Cómo se atrevía aquella persona a entrar de esa manera a su vida? Su pobre mente era un completo desastre en esos instantes. Un caos total.

Solo tenía claro tres cosa, no era un viejo acosador, sí era de su instituto, y por último, habían cruzado varias veces sus miradas, pero ella ni ahí con quién es el misterioso chico de los corazones de papel.

Una voz a lo lejos la interrumpió abruptamente de sus pensamientos volviéndola al mundo exterior y a la tierra.

—Señorita Jung, ¿me haría el favor de ir a dejar estos papeles al salón 34-B?

—¿Eh? ㅡSu mirada viajó del pupitre al maestro, y del maestro a todos los alumnos presentes observándola. Algo incómoda asintióㅡ Ah... sí, claro.

Torpemente se levantó de su silla en dirección a la mesa del maestro en donde él se encontraba escribiendo algo con una mano y con la otra sostenía los papeles. SuYeon lo tomó y salió cabizbaja del salón.

Soltó un suspiro ya estando fuera de aquel lugar, se sentía sofocada en el aula y como de costumbre, sus mejillas estaban encendidas como focos. Comenzó a caminar sin darle mucha importancia al asunto hasta llegar al salón, tocó dos veces y escuchó el típico "Adelante" de la maestra Oh, una joven señorita de unos veinticinco años con vestimenta de monja y unos grandes lentes. SuYeon abrió la puerta y entró caminando lentamente mirando a su alrededor nerviosa.

—El maestro Kim me envió pa... —Detuvo su paso e inesperadamente el aire se le fue completamente del cuerpo al ver al chico sentado en la fila de la ventana, nuevamente sus miradas se conectaron causando una gran confusión en los espectadores y una gran explosión de sentimientos en las mentes y estómagos de ambos.

—¿Pa...? —Interrumpió la maestra sacándola de su trance y tratando de ver hacia dónde se dirigía la mirada de la muchacha.

El chico colocó el libro tapando la mitad de su rostro y disimuladamente miraba a SuYeon sin que los demás alumnos se dieran cuenta, exceptuando su compañero de puesto, su querido amigo YoonGi.

—¡Ah, sí! Para entregarle estos papeles... —Sonrió nerviosa rascando su nuca con la mano libre.

Dejó los papeles en la mesa esperando a que la maestra los leyera y le dijera si irse o no. SuYeon esperaba y deseaba que fuera la primera.

—Oh, espera, en un segundo hago esto para que se los lleves. —Sonrió ampliamente mostrando su blanca dentadura.

La maestra tomó un lápiz y rápidamente comenzó a escribir quién sabe qué en aquella hoja mientras SuYeon más que incómoda jugaba con sus dedos y movía su pie más nerviosa que nunca por la intensa mirada que recibía de varios chicos allí, pero en especial de él.

—Es tan linda... —Sonrió ladino.

—Cállate, idiota. —YoonGi tomó su libro y con este le pegó en la cabeza.

—¡Auch! ¿Por qué hiciste eso? —Gritó en un susurro viendo a sus compañeros alrededor que lo observaba aguantándose la risa.

SuYeon por segunda vez levantó la vista en dirección a ellos y esbozó una sonrisa de diversión, pero a la vez sus pómulos mostraban su sonrojo y aparente vergüenza.

—Aquí tiene. Dígale de mi parte que mañana traeré el libro que le falta, muchas gracias por el favor.

—Sí... —Sonrió levemente tomando los papeles, giró sobre sus talones y comenzó a caminar.

—Ah, SuYeon.

—¿Sí?

—¿Se siente bien? Está bastante colorada...e ida, ¿no quieres ir a la enfermería? —Preguntó preocupada llamando la atención de todos en el salónㅡ Puede ser fiebre, Jung.

Con las mejillas sonrojadas negó rascándose nuevamente la nuca por los nervios y las miradas que recibía.

—N-no, gracias, estoy bien y me siento bien.

—Oh...está bien. —Sonrió por última vez y se concentró en su escritura.

SuYeon prácticamente corrió hasta la puerta y la cerró fuertemente, soltando un suspiro al saber que ya no habían tantos ojos clavados en ella.

—¡La puerta no es giratoria, señorita Jung!

—¡Lo siento! —Gritó de vuelta mordiéndose el labio inferior escuchando las leves risas que se alcanzaban a oír.

...

Ésta vez el corazón cayó desde el libro de literatura, aunque este era distinto, tenía un aroma diferente al de siempre, aún así era masculino.

"Qué tierna... :')
¿Sabes la emoción que tenía al verte en mi salón? ¡Fue hermoso! Y, por cierto, la fuerza con la que diste el portazo me impresionóoooo.
Otra vez... de nuevo me miraste ♡ ¡Lamento hacer el ridículo frente a tí! Prometo no volver a hacerlo más y ser un buen chico, de verdad.

Ah...~, en serio creo que ya sabes quién soy...¿por qué no me lo dices y ya?, me estás haciendo sufrir. <|3

PD: Te amo..."

paper hearts ; jjk.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora